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¿A qué viene el Papa?

ksheratto@gmail.com ¿Sabe el Papa de los excesos cometidos en su nombre? Q uiérase o no admitir, la próxima visita a México del máximo jerarca de la grey católica, se ha convertido en un circo; en una feria de oportunismos y una apretada competencia de “inversiones” entre los estados que habrá de visitar el señor Bergoglio. La inversión estatal para los preparativos de ese viaje, es incierta, pero onerosa, excesiva, brutal. En todas partes se ha privilegiado la atención al distinguido visitante y su extensa comitiva, dejando de lado a los sujetos de interés de él. Es decir, pobres, marginados, hambrientos, presos, migrantes, han pasado al último término de la atención gubernamental. La tragedia de millones de mexicanos que comen paupérrimamente una vez al día, y que es retórica permanente de políticos de todos los colores, ha caído en el olvido para exaltar, no las virtudes del convidado, sino las ganancias económicas que dejará tal visita. El gobernante de Michoacán, por ej

La fracasada defensa de la caída del peso

Caso proactiva

Violencia e inseguridad

ksheratto@gmail.com Niños, víctimas de la violencia.  C ualquier parámetro sobre la violencia en el país, está, por mucho, rebasado; el repunte de ésta es de escándalo y más, porque ninguna de las estrategias para combatir la criminalidad, ha dado resultados positivos. El discurso oficial ha estado a contracorriente de la realidad. La cifra de muertos aquí, supera holgadamente las estadísticas con respecto al número de víctimas en países en franca guerra. A todos nos ha horrorizado la imagen del niño ejecutado en brazos de sus padres, en Oaxaca; la de la niña de 14 años, abatida junto con su padre, ahí mismo, en Oaxaca y la menor de 12 años, muerta durante un enfrentamiento entre el ejército y un grupo criminal en Tamaulipas. La primera reacción es culpar al gobierno. No ha sido eficiente ni ha tenido capacidad para hacer efectivas las leyes. Tampoco ha tenido voluntad para terminar con la corrupción, convertida en la columna vertebral, en el motor de todos los males del paí