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Chikungunya, problema grave

@ksheratto ¿Ignorancia o proclividad a la mentira fácil? E s, lo quieran o no admitir las autoridades, una epidemia que se ha salido de control en todos los sentidos. Curiosamente, es también una enfermedad “milagrosa”, puesto que en algunos países de América Latina, tiende a desaparecer con más rapidez que la llegada de los primeros síntomas. Ante esto los organismos de salud más serios y confiables de la región, han vacilado sospechosamente, lo que aumenta la desconfianza en la postura de los gobiernos del área que niegan el aumento del mal. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud, reporta poco menos de un millón y medio de casos en el continente, mientras que la Organización Panamericana de la Salud, asegura que tienen conocimiento de dos millones y medio, atribuyendo a Colombia, México y Nicaragua, las cifras más altas, mismas que solo Colombia ha admitido. En Nicaragua, en menos de dos semanas, de casi 400 casos comprobados, la cifra se redujo a treinta y tanto

Chuchos y emperadores

@ksheratto ¿Triunfará la razón? L a analogía podría resultarles burda, de poco valor argumental, pero en el sentido estrictamente metafórico, reúne los elementos para considerar que entre los personajes a los que atraigo para éste escrito, hay semejanzas que, no por ser similares, son todas bondadosas. Jesús Arriaga fue, en el siglo XVIII, un legendario delincuente mexicano que, se dice, robaba para repartir el botín entre los pobres. A pesar que sus atracos los llevaba a cabo con extrema violencia (se cuenta que la profesión de bandido la abrazó para vengarse de un terrateniente que lo envió a la cárcel), era éste un criminal muy apreciado y admirado por la gente. Es fácil identificar las razones por las que aquel peculiar héroe gozaba de popularidad y respeto. Su estilo robinhudesco, le generó simpatías por todas partes y no era para menos. La pobreza de los mexicanos en ese siglo, por cierto, era como la de hoy y los políticos, no han cambiado en lo absoluto. La distancia