ksheratto@gmail.com ¿Sabe el Papa de los excesos cometidos en su nombre? Q uiérase o no admitir, la próxima visita a México del máximo jerarca de la grey católica, se ha convertido en un circo; en una feria de oportunismos y una apretada competencia de “inversiones” entre los estados que habrá de visitar el señor Bergoglio. La inversión estatal para los preparativos de ese viaje, es incierta, pero onerosa, excesiva, brutal. En todas partes se ha privilegiado la atención al distinguido visitante y su extensa comitiva, dejando de lado a los sujetos de interés de él. Es decir, pobres, marginados, hambrientos, presos, migrantes, han pasado al último término de la atención gubernamental. La tragedia de millones de mexicanos que comen paupérrimamente una vez al día, y que es retórica permanente de políticos de todos los colores, ha caído en el olvido para exaltar, no las virtudes del convidado, sino las ganancias económicas que dejará tal visita. El gobernante de Michoacán, por ej