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Manuel, ¿Candidato?

Artículo Único

Angel Mario Ksheratto

A raíz de un documento que hicieron circular (con escasa difusión, por cierto) alcaldes, diputados y militantes del Partido Verde Ecologista de México, se empezó a especular sobre el trasfondo de éste: que había una ruptura definitiva con el PRI; que se trata de la evidencia de un distanciamiento entre el gobernador Manuel Velasco y el presidente Enrique Peña. Que las castas internas del PVEM, habrían entrado en pugnas irreconciliables e incluso, se dijo que los personajes visibles y con poder de ese partido, se estaban rebelando contra los mandos superiores, en señal de advertencia sobre el futuro de éstos.
En la carta pública, los firmantes se declararon suficientes para impulsar candidaturas propias y distanciarse de las alianzas en las que el Verde, ha sido visto solo como el palero de los partidos grandes a quienes ha ofertado, en elecciones pasadas, su reserva de votos. Una reserva nada pequeña, si se recuerda que para el triunfo del PRI en el 2012, el PVEM, aportó un considerable porcentaje de los sufragios que dieron la victoria a Peña Nieto.
Eran, por supuesto, otros tiempos y había condiciones distintas, muchas de las cuales, estuvieron siempre del lado de la ilegalidad, al grado que el entonces IFE, debió multar al Verde con millonarias cantidades, tras detectarse que se rebasaron los topes de campaña y se violaron otras disposiciones electorales. El despilfarro fue evidente, escandaloso, insultante. Muchos funcionarios de ese partido fueron pillados con maletas repletas de dinero para financiar dicha campaña.
¿Está preparado el PVEM para lanzar una candidatura propia a la presidencia de la República? ¿Tiene suficientes méritos y recursos de sobra para postular por sí mismo a un candidato a la gubernatura de Chiapas? Los argumentos de los firmantes para tal pretensión, son endebles. Poco contribuyen a la certeza que intentan dar a sus aspiraciones.
En la ciudad de México, la percepción es otra: sí tienen firmes intenciones de buscar la silla presidencial con un candidato surgido de sus filas; no se habla de un aspirante independiente o una candidatura ciudadana, sino de un militante probado: Manuel Velasco Coello. La pretensión es alta, pese a las dificultades que tendrían que enfrentar para sostener los deseos y más, cuando ese partido ha perdido terreno en las urnas.
En el 2009, el PVEM tuvo su más alta votación, algo así como 2 millones 200 mil votos que en porcentaje, alcanzó el 6.5, mientras que en el 2012, bajo al 4.04 a nivel nacional, a pesar de haber ganado la gubernatura de Chiapas, en alianza con el PRI. El resultado de las elecciones del 2015 y de las últimas cuatro contiendas estatales en el país, lo ubican en el mismo nivel que alcanzó la primera vez que compitió con candidato propio a la presidencia de la República. Hay que recordar que solo en multas por infinidad de anomalías cometidas en las últimas elecciones intermedias (2015), el Verde debió pagar más de 600 millones de pesos en multas.
Bajo esas circunstancias y otras complicaciones propias del principal aspirante a la nominación, no se ve un panorama halagüeño para que el PVEM compita seriamente en el proceso electoral.
La pregunta obligada es si Manuel Velasco Coello, está preparado para aparecer en las boletas presidenciales dentro de un año. No le ha sido fácil gobernar a una entidad sumida en la pobreza y la marginación y más, cuando la situación financiera le ha sido totalmente adversa. No existen dudas que la mejor (o peor) calificación que reciba será la de los electores, pero la historia inmediata, ya tiene su veredicto y eso, pesará durante su eventual campaña.
¿A quién le conviene que el Verde lance su propia candidatura? Dos o tres votos que ese partido aporte al PRI, son buenos. Hay quienes consideran que lo más conveniente es fragmentar el voto, permitiendo que vayan solos, pero eso dependerá de la propuesta de MVC, si es que concretan los acuerdos cupulares para lograr ese propósito.
En Chiapas, son muchos los que le apuestan a la candidatura del gobernador; y no porque tengan confianza en él, sino porque, dado el actual escenario político local, los probables aspirantes a sucederle constitucionalmente, tienen sus propias ambiciones de poder. Con Manuel Velasco fuera de la gubernatura y sumido en una campaña nacional, quien le suceda, tendrá la facultad de mover los hilos a su antojo e imponer, ya no a un sucesor de Velasco, sino a uno propio…

De ahí surge otra pregunta: ¿Quién le sustituiría en caso de aceptar la nominación de su partido? ¿Eduardo Ramírez Aguilar? ¿Fernando Castellanos Cal y Mayor? ¿Enoc Hernández Cruz? ¿José Antonio Aguilar bodegas? ¿El Bala…? 

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