¿Por qué entonces, el misterioso cargamento?
Los informes se cruzaron durante el día y confirmaron que no había razones para enviar 27 mil toneladas de maíz a Chiapas. Un funcionario comentó a su homólogo encargado de investigar el asunto, que el estado, podría tener incluso, un superávit del grano, “gracias —palabras más, palabras menos— a las estrategias y apoyos financieros oportunos del gobernador (Manuel) Velasco Coello, que no ha descuidado ni un solo segundo, la producción maicera.” La pregunta seguía en el aire…
Ningún funcionario de ninguna dependencia de asistencia social, de productividad, economía o financiamiento, tenía informes precisos y pertinentes de aquel cargamento que puso a todos a indagar aún con los funcionarios de menor rango para determinar si no habría por ahí, una fuga de autoridad que constituyese un acto al margen de los procedimientos regulares para la distribución de ayuda humanitaria, asistencial o normal. Nadie tenía respuestas a la pregunta.
La duda que descalabró los planes de todos, surgió cuando a sus respectivos despachos, llegó una Tarjeta Informativa de la Administración Portuaria Integral de Puerto Chiapas, en la que se detallaba el arribo de un buque carguero —no identificado en la Tarjeta— con las 27 mil toneladas de maíz. El barco —eso sí se especificaba— procedía de Topolobampo, Sinaloa y atracó hace un par de días.
Contra las normas generales de ese y otro tipo de cargamentos marítimos, las autoridades de la nave, declinaron informar, como obliga el protocolo, sobre la procedencia del maíz, el tipo del grano, región de distribución, condiciones físicas de éste, quiénes son los proveedores y compradores finales. La Tarjeta Informativa de la Dirección Portuaria de Puerto Chiapas, omitió deliberadamente esos y otros datos que sí importaban a funcionarios de alto nivel para, obviamente, informar debidamente a sus superiores y, en un momento dado, a la sociedad, en virtud de la obligación de transparentar cada acción de gobierno.
De manera extraoficial, se supo que “Gramosa Agroalimentos”, a la que la Dirección Portuaria reconoce como “participante” suya, fue la que “colocó” el maíz en la entidad, pero no se detalla en dónde, con quiénes, cuándo, quién lo envía y por qué.
Una de las reglas para el ingreso de cantidades de esa naturaleza de granos, es que exista declaratoria previa de hambruna, emergencia o desabasto por diversas razones. Hasta donde sabemos y, de acuerdo a las autoridades federales y del gobierno de Chiapas, no existe ninguna de esas condiciones. Otra razón es que los mismos productores hayan solicitado granos de calidad para reproducción y, en ninguna dependencia agrícola, existen solicitudes para ello.
Tanto el gobernador Manuel Velasco Coello, como el titular de la SAGARPA, la SEDESOL, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) y otras dependencias, han reiterado infinidad de veces que Chiapas, tiene garantizado plenamente el abasto de granos, principalmente el maíz. Los esquemas de cobertura y aseguramiento, confió ayer mismo una fuente federal, están en sus mejores momentos en lo que a Chiapas corresponde.
¿Por qué entonces enviar y recepcionar maíz bajo condiciones misteriosas? ¿Se pretende desvirtuar los precios? ¿Provocar un superávit para crear caos en los precios de ese grano? ¿Descapitalizar al productor chiapaneco? ¿Inmovilizar las finanzas y la economía? ¿Algún candidato recibió esa prebenda para repartir en estos días y obtener así, algunos votos?
Está claro que no hay desabasto. ¿Qué hay detrás de esas 27 mil toneladas de maíz? No hay hambruna. Perdonarán la petulancia, pero ¡no las necesitamos! A menos que alguien sí las demande para otros propósitos, cosa que la Dirección Portuaria Integral de Puerto Chiapas, de explicar; también deberá hacerlo la empresa involucrada, pues lo que han desatado son sospechas. Autoridades estatales y federales, mantenían hasta anoche, el acelerado ritmo de las investigaciones, para evitar suspicacias electorales.
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