“A mí me conocen en todo Chiapas; no necesito presentación”, respondió uno de los aspirantes a la rectoría de la UNACH a un reportero que quiso saber parte de su historia que lo acreditase como un candidato confiable. Otro, inició una agresiva campaña de difusión gráfica de sus actividades familiares, como queriendo que le vean como a un hombre de integridad moral intachable. Uno más, presumió sus vínculos con personajes sobresalientes de la política nacional y se declaró preparado para “debatir” ideas imprecisas.
Hasta éste domingo, cuatro contendientes se habían inscrito en la lista de aspirantes; el cuarto, francamente, desconocido… Quizá ese pueda ser su fuerte. No tiene la fama de los otros tres, cuyo pasado, los aplasta irremediablemente y nos hace creer que la máxima casa de estudios, está a punto de ser saqueada.
Los tres principales hasta ahora en la mira de los electores (una Junta de Gobierno manipulable y con poco honor), han sacado a relucir sus mejores trapos: Rodolfo Calvo, se ha declarado “escritor”, “filántropo” e “investigador”; Plácido Humberto Morales Vázquez, ha dicho que es egresado de una universidad alemana, cuyo nombre, no ha dado a conocer y se hace llamar “académico emérito”, “historiador” y “literato”. Y Harvey Gutiérrez, se asume como “luchador social”, “académico”, “empresario” y “catedrático”.
Esa, claro está, es la expectativa de cada uno de ellos, puesto que la realidad, la que todos conocemos, es muy distinta a lo que ahora utilizan como discurso de merolico para alcanzar una rectoría que está cada vez más lejos de la posibilidad de ser una de las mejores escuelas superiores del país.
Solo revisemos el pasado de cada uno de los tres, para advertir que se está a punto de entregar la UNACH a gente sin capacidad, ni la mejor de las voluntades para hacerla progresar. Plácido Humberto Morales, jamás explicó la desaparición de cinco millones de pesos, pertenecientes a un fideicomiso del PRI, cuando lo presidió, el siglo pasado. Amén de lo anterior, cuando presidió la alcaldía de Ocozocoautla, cometió un millonario desfalco, al grado que tuvo que salir huyendo de Chiapas, cuando le hicieron enterar que había una orden de aprehensión en su contra.
Harvey Gutiérrez, durante años, dirigió la Universidad Valle del Grijalva, de su propiedad. La queja recurrente fue la de acoso sexual, especialmente a muchachos de físico atractivo. Finalmente, se presume que vendió dicha universidad. Nos preguntamos, si no pudo dirigir su propia empresa, ¿podrá con la UNACH? El señor, no es de fiar.
El gran mérito de Rodolfo Calvo Fonseca, es haber escrito una tesis que luego la publicó como libro; luego, hizo publicar la “biografía” del doctor Manuel Velasco Suárez, exgobernador de Chiapas y abuelo del actual gobernador. Su verdadera vocación, sin embargo, es regentear centros nocturnos, algunos de los cuales, son de su propiedad.
Para mañana martes, 25, se tiene previsto cerrar el ciclo de inscripciones; suenan otros nombres, pero, para desgracia de los universitarios, ninguno reúne las cualidades necesarias, ni tiene la solvencia moral para alcanzar ese cargo.
Jaime Vals, actual rector, según fuentes allegadas suyas, “no tenía intenciones de inscribirse”, hasta la tarde de éste domingo. Incluso, “oficializaron” la versión de su decisión de no buscar la reelección. El anuncio, sin embargo, olió a burla, a engaño. Vals es un hombre sin un ápice de carisma; suele ser incluso, grosero con la gente que se acerca a él para saludarle. A los estudiantes, les ha dado un trato frío, lejano. Su pasado por la presidencia municipal de Tuxtla, tampoco le ayuda gran cosa.
No obstante, hay quienes afirman que ha sido durante su administración, que la UNACH avanzó en materia de infraestructura. Que es un académico inmejorable y que la única salida para esa casa de estudios, sería la reelección. En términos políticos, eso sería un contrasentido a la Constitución de México. Pero vistas las cosas, muchos se inclinan a creer que es mejor, a darle la rectoría a cualquiera de los arriba mencionados, en virtud de su pasado.
Con todo, no se avizora, por desgracia, ningún buen futuro para dicha universidad. En manos de la alicaída y poco confiable Junta de Gobierno, está su destino. Ojalá y no sea el más negro de todos, el que le escojan. Si con los antecedentes de éstos se elige a uno de ellos, debemos prepararnos para el funeral de lo que había sido una de las escuelas más prestigiosas del sureste de México. La UNACH, no es cloaca, como para que permitan que las ratas se apoderen de ésta.
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