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| Chacón, en callejón sin salida. |
Angel Mario Ksheratto
Luis Armando Melgar Bravo y Roberto Albores Gleason, olvidaron las promesas de campaña; “No aprobaremos un aumento al IVA, sería atentar contra la economía de los mexicanos”, dijo el primero en una entrevista realizada dentro del camión en que se conducían los candidatos de la alianza PRI-PVEM, de Palenque a Playas de Catazajá. Un par de días después, vía telefónica, el todavía dirigente estatal del PRI, dijo que su partido, no avalaría ningún aumento al IVA. “No es la solución a una eventual problemática económica del país y no es necesario aumentar el IVA”, dijo.
Hace unas horas, ambos senadores votaron a favor, no solo del aumento al 16 por ciento de ese impuesto, sino a favor de la homologación de éste en las zonas fronterizas del país.
Zoé Robledo Aburto, senador perredista, si bien hizo una defensa férrea —en Tribuna— de la no homologación del IVA en las fronteras y de haber votado en contra “en lo particular”, “en lo general” —según consignan la mayoría de medios nacionales—, votó a favor, junto con los senadores Miguel Barbosa, Alejandra Barrales, Fidel Demédicis, Isidro Pedroza, Armando Ríos Piter, Luis Sánchez, Angélica de la Peña, Adolfo Romero, Sofío Ramírez y Benjamín Robles Montoya.
No debería sorprendernos el voto a favor de un gravamen insultante para los mexicanos. Pero no deja de llamar la atención que en el caso de Chiapas, uno de los opositores a la homologación del IVA en las llamadas “zonas libres”, ha sido el gobernador Manuel Velasco Coello.
Era de suponerse que, en consonancia con los intereses del estado de Chiapas, los tres senadores debieron votar en contra o por lo menos, abstenerse de emitir su voto. Haber avalado un aumento del IVA del cinco por ciento en ciudades fronterizas de Chiapas, es haber dado un voto en contra de la economía de esas regiones y del estado en general.
Es, entre otras cosas, mostrar su desprecio por los ciudadanos, independientemente de reiterar su capacidad para la traición y la mentira. En campaña, los dos senadores de la alianza gobernante, fueron reiterativos hasta el cansancio en cuanto a que no avalarían gravámenes en contra de los más necesitados.
Hay razones de mucho fondo para intentar explicar el voto a favor de esa medida fiscal y en contra de la política opositora del gobernador Velasco Coello. En el caso de Albores Gleason, parece más que un voto razonado, un voto de venganza contra el mandatario chiapaneco.
En los últimos meses, Velasco ha sido un férreo defensor de Alberto Patishtán, sentenciado a 60 años de prisión por la muerte de varios policías en una emboscada. Gobernaba entonces, Roberto Albores Guillén, padre del ahora senador. El actual gobernante, ha dicho una y otra vez que con Patishtán, se cometió una injusticia.
No debe ser agradable para Albores Gleason escuchar que su papá, permitió una aberración jurídica contra un maestro al que se le negó un juicio equitativo. Ahí puede estar la motivación para la postura del senador y dirigente priísta en la entidad. ¿Tienen, los chiapanecos que viven en la zona fronteriza, la culpa de las pataletas de un hijo consentido y manipulado, dispuesto a agraviar a todos por defender la honra de su padre?
En el caso de Melgar Bravo, no tenemos mucho qué rebuscar para darnos cuenta que es un senador sin rumbo y sin metas fijas. Votó por inercia, por ignorancia de lo que ocurre en su pueblo y por falta de conciencia social. Ello nos muestra a un político poco preparado, no tan inteligente, ambicioso y carente de una propuesta integral para los chiapanecos. Fue incapaz de apoyar al gobernador, que es de su mismo partido y más allá de ello, que abogaba por los chiapanecos.
Robledo Aburto, por su parte, debe explicar por qué en el mecanismo de votación, diferenció su postura. O desmienta con argumentos sólidos, las versiones periodísticas que circularon en la capital del país.
De cualquier forma, el aumento al IVA, es una medida grosera que tendrá, sin duda, un alto costo para el PRI y el PVEM. No dudemos que las elecciones de medio sexenio, serán la respuesta del pueblo a ambos partidos. ¿Con qué cara pedirán el voto popular si ya crucificaron al pueblo? ¡Traidores!
Tarjetero
*** Que contra el IVA en las fronteras, se podrán tramitar amparos. Ojalá prosperen. Por lo pronto, por la torpeza de los senadores, se va a perder mucho en materia económica y comercial en Chiapas. ¿De qué sirve que se firmen “tratados comerciales” con Centro América si gravan los impuestos? Es un contrasentido inaceptable. *** Alguien tiene que ponerle un fin a los desmanes de los maestros. ¡Ya basta de tropelías! Una cosa son sus demandas y otra, sus intereses y furias sin control. *** En el IFE, las cosas están de la patada. La corrupción ahí, hasta donde se sabe, es enorme. Y eso que, se cree, es una institución “ciudadanizada”. *** Hoy podría salir de la cárcel, Alberto Patishtán, maestro encarcelado bajo cargos de homicidio y otros delitos graves. En los últimos meses, el gobernador Manuel Velasco se convirtió en su defensor moral. *** Según el secretario de Gobierno, Eduardo Ramírez, hay toda la disposición para dialogar con los maestros. El caso es que los dirigentes magisteriales, no dan fecha para el inicio de las conversaciones, lo cual nos parece una tozudez. Esperemos que, por el bien de Chiapas —si es que aman al estado— pronto termine esa etapa negra, de malas vibras y peores acciones. *** En Tapachula, no hay tabla de salvación para Samuel Chacón. Todo parece estar en su contra y todo, porque el señor, aparte de no saber administrar el dinero del pueblo, hace cada tontería, digna de ser denunciada ante las autoridades correspondientes. *** El otro Samuel, el de Tuxtla, igual. A pesar de la existencia de dinero etiquetado para cuestiones culturales, está exigiendo parte del salario de los empleados para fiestas tradicionales. Samuel Toledo Córdoba Toledo, parece no entender que en Chiapas, las pillerías, se denuncian. *** Que un tal Daniel Sandoval, se está llevando una buena billetiza de Chiapas, mediante malas prácticas financieras con las constructores. Y lo hace, obviamente, a espaldas del gobernador, pero con el aval de cierto doctor. *** Luego nos leemos.
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