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Entre defensores y mercaderes

Cordero, con la mira en el "más allá".
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


La pretensión de uno que otro defensor del exdictador Pablo Abner Salazar, es politizar la justicia, diciendo lo contrario: que se está judicializando la política. En el caso de quien gobernara con inaudito salvajismo, no ocurre ni una ni otra cosa. Es tan sencillo de entender: se está haciendo justicia a cientos, a miles de víctimas de un gobernante inescrupuloso que creyó que la soberbia y la prepotencia le salvarían de la acción de la ley.
Argüir que la disidencia política que aparentaba días antes de su detención el tirano, fue el detonante para estar hoy formalmente preso, es faltar a la verdad y poner en entredicho la credibilidad de quienes así opinan; porque dan la impresión de no estar apegados a los códigos de conducta del periodismo serio, sino a la de intereses personales que les lleva a cerrar los ojos ante una realidad lacerante, ante hechos que en el sexenio pasado, lesionaron los derechos de todos, incluidos algunos de sus ahora defensores.
No se puede tapar el sol con un dedo, como no se pueden ocultar hechos lamentables que entonces, fueron ocultos tras mentiras oficiales. Pablo Abner no puede ser incluido en el paquete de cuestiones electorales que han preparado los que “forman opinión” a nivel nacional. Decir que es “víctima” de complots oficiales para fortalecer a grupos políticos de cara a las elecciones del 2012, es negar toda posibilidad de justicia a las víctimas de la dictadura y es además, engordar a la bestia de la corrupción y la impunidad.
Es de elemental sentido común la aplicación de la justicia cuando un exfuncionario no ha cumplido con lo que la Constitución le manda. Pablo Abner Salazar y la pandilla de sinvergüenzas que le acompañaron en el saqueo a Chiapas, incumplieron; abusaron de los cargos públicos, tomaron lo que no les correspondía, utilizaron la ley y la justicia a su favor, despojaron a los débiles y por eso y mucho más, justo es que vayan a la cárcel. No porque dos ó tres trasnochados dicharacheros tergiversen la realidad a modo de quien les fue generoso en su tiempo, la justicia va a dejarse de aplicar con todo su peso; hacerlo sería ignorar que Chiapas, por siglos, ha carecido de justicia y ahora, que hay las condiciones y la voluntad para hacerla valer, se deba acatar el alegato insulso de quienes se han convertido en “chiapanecólogos”, sin que por lo menos, sepan pronunciar adecuadamente el nombre del estado. De ahí que el dictamen de formal prisión contra el exdictador, sea visto por la mayoría de los chiapanecos, con beneplácito, pues con ello se rescata la confianza y la credibilidad en las instituciones que Salazar prostituyó en beneficio propio. Y cuando digo mayoría, no hablo del 50 por ciento más uno, sino del 99.9 por ciento de la sociedad. Desde la afortunada detención del sátrapa, no he escuchado una sola voz que se apiade de su actual condición. Y no es maldad; es confianza en el verdadero estado de derecho, y no en canonjías que los defensores del exdictador pretenden convertir en “derecho”.
Al estado de derecho aplicable a quienes delinquen al amparo de los cargos públicos, hay que atar la exigencia de justicia en todos los sentidos; desde que el tirano llegó a dormir a la misma cárcel que él utilizó para castigar a sus opositores y críticos, miles de voces se han levantado para exigir que pague cada uno de sus delitos.
Ahí están las madres y padres de más de 30 bebés muertos en el Hospital de Comitán. Entonces, el gobierno se negó a proporcionar los medicamentos para combatir la bacteria mortal y en cambio, utilizó los recursos públicos para un estadio y un equipo de fútbol; ahí están los damnificados del huracán “Stan”, a quienes se les utilizó para captar recursos oficiales y privados y posteriormente, fueron dejados a la deriva. Ahí están cientos de campesinos a quienes se les expulsó de sus tierras para repartirlas entre grupos afines del exdictador. Ahí están los maestros perseguidos, los alumnos masacrados a golpes por las fuerzas del orden pablista.
Todos con una sola exigencia: que se castigue con todo el rigor de la ley a aquel desalmado opresor que se burló de ellos cuando le pidieron justicia.
En ellos no reparan los defensores oficiosos de Pablo Abner Salazar. Para ellos solo existe el interés, la cartera de quien hoy, paradójicamente, necesita de los Medios de Comunicación que apaleó durante su malogrado mandato.
Las autoridades por tanto, no deben caer en el juego de quienes creen tener voz suficiente para sacar de la cárcel a un pillo dispuesto a comprar conciencias. Lo que cuenta son los chiapanecos, los que sufrieron en carne propia los atropellos de Pablo. Lo que digan los mercaderes de la opinión, es fruto de una dudosa defensa que cae por su propio peso. Allá ellos si quieren defender a un delincuente. El descrédito les espera a la vuelta de la esquina.

Tarjetero

*** Ángel René Estrada Arévalo, quien fungiera como Secretario de Salud durante la dictadura, también debe ser llevado a los Tribunales. Sobre él pesan serias acusaciones de desvío de fondos, negligencia, genocidio y otros delitos. Jorge Morales Messner y varios de sus colaboradores, sin duda, tienen mucho qué decir de los fondos perdidos que se utilizaron para crear empresas fantasmas. Y qué decir de David Tovilla, el famoso “vocero mudo”, que junto con sus achichincles, formó empresas de “asesoría”, también con dinero del pueblo. *** Por cierto, la funcionaria que fue utilizada por el exdictador para mi encarcelamiento, debe ser investigada, pues en su momento, públicamente y ante el juez se presentaron las evidencias de los delitos cometidos y lejos de sancionarla, fue protegida. Tras la salida de éstos del entonces COCOES, las cuentas nunca cuadraron y ahí siguen libres. *** Ernesto Cordero, precandidato del PAN a la Presidencia de la República, pidió el fin de semana pasado “a todas las almas”, votar por él. A menos que las elecciones sean el Día de Muertos, tendría un poco de suerte. *** A Hank Rhon, tras su liberación de la PGR, se le vincula con el asesinato de una de sus nueras. Nada fácil su caso. *** Todos los diputados con quienes ayer entable conversaciones breves, en el Congreso del Estado, aplaudieron el auto de formal prisión contra el exdictador Pablo Salazar. *** Luego nos leemos.
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ksheratto@gmail.com

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