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| La ejecución de Bin Laden tiene de cabeza a EE.UU. |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El grito es unánime: “Ya estamos hasta la madre”; fue desde siempre, una frase tabú que solo se oía en las cantinas. Nadie se atrevía a pronunciarla en público y mucho menos ante los micrófonos. Es una expresión que denota hastío, hartazgo. Sintetiza el cansancio de millones de mexicanos que no han podido encontrar en doce años de gobierno panista, una salida a las recurrentes crisis que se han presentado una tras otra sin visos de verles partir por donde vinieron.
En efecto, estamos hasta la madre de políticos poco confiables, personajes que solo velan por sus propios intereses, jamás por los del pueblo al que dicen representar; hasta la madre de políticas públicas ineficaces que a la larga, solo benefician a los de siempre. Hasta la madre de mentiras, engaños y burlas que han dado al país, un toque de surrealismo que parece no tener ninguna forma de superarlo.
Incluso, estamos hasta la madre de marchas que no son escuchadas, que no encuentran una solución a la crisis que el gobierno federal ha creado y que ha desembocado en violencia imparable.
En ese grito de impotencia, los chiapanecos también están insertos; hasta la madre de un exgobernador descarado que trata de envolverse en el fuero constitucional para no enfrentar las consecuencias de sus actos mediante un proceso judicial que otorgue a sus víctimas, la justicia que le ha sido negada casi por decreto, a veces por desidia.
En los últimos días, por sus propios medios, bajo sus reglas retorcidas, Pablo Abner Salazar, ha tratado de “limpiar” su nombre del excremento que él mismo puso cuando fungió como gobernante. Se declara inocente de los cargos que le imputan sus acusadores que en síntesis, son miles de damnificados por el huracán “Stan”, quienes reclaman justicia, exigen la devolución de los miles de millones que sustrajo ilegalmente de los fondos destinados para vivienda y obras de infraestructura que nunca mandó a hacer.
Hasta la madre de comunicados que solo reproducen sus escribanos y propagandistas, carentes de respetabilidad y honradez. Nunca como ahora, el hartazgo se ha apoderado de todos y con justa razón. Ese grito, sin embargo, parece no tener eco en ninguna parte.
En el caso del tirano Pablo Abner por ejemplo, casi 10 averiguaciones previas obran en su contra ante distintas mesas del Ministerio Público Federal y ninguna ha procedido. La impunidad, como base para repetir lo que todos dicen ahora: Estamos hasta la madre; hasta la madre de impunidad que beneficia a un exdictador que regresa a Chiapas como si no se le reconociera como el más grande de los ladrones que haya existido en la entidad.
Hasta la madre de ver cómo el tirano se pavonea en la entidad y como siempre, recurre a viejas manías para hacerse de una presencia que solo unos cuantos soportan.
Hace una semana, reproducimos parte de una crónica en la que damos cuenta del descaro de Pablo Abner; en ésta, nuestras fuentes nos revelaron que tuvo la osadía de retar abiertamente a las autoridades en torno a las acusaciones que se le hacen e incluso, juró que siempre ha sido un hombre adinerado y que la inmensa riqueza que posee, la obtuvo del “trabajo de sus padres”. Todos sabemos que es hijo de un maestro de primaria que les abandonó desde niños y de ahí, fue un joven sin recursos que vivió con penas para sobrevivir.
De esas mentiras, estamos hasta la madre. Y de que ante ello, nadie haga lo necesario. Estamos hasta la madre de partidos políticos inmorales que han coqueteado con la posibilidad de otorgarle impunidad mediante una candidatura plurinominal.
Decíamos al principio que la frase, de ser un insulto de cantina, pasó a ser una frase nacional que expresa hartazgo, pero que también, pudiera convertirse en un halo de esperanza; esperanza que se acabe la violencia, la impunidad, la burla, el engaño, la mentira. Si al final nadie escucha, nadie atiende, seguirá siendo una frase cantinera que habrá de regresar a su origen. Sería una lástima.
Tarjetero
*** Dudas y más dudas sobre el asesinato de Osama bin Laden. Obama, el presidente estadounidense, parece satisfecho, aunque las evidencias presentadas son débiles. Lo que debemos esperar será poco para estar seguros de si hubo ó no un fraude en ese asunto. Para empezar, está raro que una prueba del ADN que tarda más ó menos una semana para conocer sus resultados, haya sido conocida a menos de tres horas tras la muerte del líder del grupo terrorista. En fin, la historia nos dará la razón. *** Judith Torres Vera, regidora de Tonalá, aparte de mentirosa y quedamal, resultó intolerante, grosera, abusiva y represora. Cuando andaba de candidata, se comprometió con la comunidad gay de regalarles una corona para su certamen de belleza. Cuando le pidieron que cumpliera su promesa, se hizo la occisa y los mandó por un tubo (felices, ellos). Cuando la denunciaron, amenazó a la reportera que hizo pública la denuncia. Arely Noriega, que ha demostrado profesionalismo, asegura que la regidorcilla de marras, le ha amenazado con demandarla. Esperemos a ver qué sucede. Por lo pronto, nuestra solidaridad don Noriega Mérida. *** Hoy, el secretario de Hacienda explicará al Congreso el asunto de la cuenta pública. Es sano, muy sano. Solo esperemos que sea una comparecencia de altura. *** Marvin Lorena Arriaga, según fuentes dignas de crédito, no ha tenido empacho en brindar ayuda a ciertos personeros de la dictadura pablista, con fines de “sacar adelante” la candidatura del exdictador al Senado de la República. Arriaga, lo sabemos todos, es empleada de CONECULTA. Eso se llama traición y deslealtad. *** Luego nos leemos.
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