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Paulette, víctima de todo y de todos... ¿Quién la mató?

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto



Las inconsistencias de los padres de
Paulette y de las autoridades, hacen
sospechar que el crimen podría
quedar impune.

Carla Estrada, la soporífera creadora de churros telenoveleros idiotizantes, jamás habría tenido la capacidad para armar la trama de un drama que incluye enredos, contradicciones, probables infidelidades, ineficacia policial, sospechas, mentiras, rupturas… Paulette, como protagonista central de una historia familiar de la que en realidad, nunca fue parte; sus padres, Lisette Farah y Mauricio Gebara, enfrentados tras la tragedia, desventura común que empieza con matrimonios a conveniencia financiera o por la condición social. Las nanas, dos muchachitas de las que solo se ha hablado a modo de referencia trágica, envueltas en un lío de intereses, quizá las menos sospechosas, pero las más vulnerables como para que de pronto, en uno de tantos “giros” que ha dado el asunto en materia de “investigaciones policíacas”, resulten responsables necesarias de un crimen sin nombre. El dinero todo lo puede.
La frialdad y dureza que ha mostrado Lisette, hacen pensar que en un arranque de ira, desesperación, locura, celos y frustración, tomó a la niña y la asesinó sin piedad; es la conclusión a la que todos los que se han interesado en el tema, han llegado. De hecho, en la reciente entrevista con Adela Micha, la mujer se veía forzada a llorar. Ahí reveló que gente cercana a ella desconfió desde un principio de su versión con respecto a la desaparición de Paulette. Culpable, decimos todos. No ha ofrecido elementos confiables y eso la hace responsable directa de la muerte de su propia hija. La indignación parece que nos está ganando la razón. Veamos algunos aspectos relevantes que poco se han explorado en la búsqueda de la verdad sobre ese horrendo crimen.
Según los peritos a los que no han identificado plenamente las autoridades, Paulette habría muerto varios días antes de ser encontrado su cuerpo. Se supone que desde el momento en que la familia denunció su desaparición, la casa fue sujeta de estricta vigilancia, tanto de la propia familia, como de agentes ministeriales y policías rasos. ¿Por qué nadie se percató de la fetidez propia de un cadáver? No era un lugar hermético como para decir que era imposible que los hedores salieran al medio ambiente de la casa.
También se ha dicho oficialmente que la policía había registrado cuidadosamente el inmueble y no encontraron nada. En la entrevista con Adela Micha, Lisette asegura que el lugar donde fue encontrado el cuerpo de la niña, tiene una abertura de aproximadamente 15 centímetros, suficientes como para que los investigadores hubieran podido percatarse de su presencia. ¿Pudo alguien “sembrar” el cadáver? Fue noticia en los diarios nacionales y noticieros de televisión, el hecho que los investigadores hubiesen cubierto con enormes mantas la entrada al edificio durante el cateo al apartamento donde vivió Paulette… Fue justo ese día en que apareció su inerte cuerpo.
De inmediato, Alberto Bazbaz, Procurador de Justicia del Estado de México, confirmó que Paulette había muerto por asfixia. Y dejó como imprecisa la información respecto al día del deceso. Pocos días después, se desdijo y anunció la contratación de “expertos” forenses para que determinen, científicamente, las causas de la muerte de la menor. Además, indicó que hubo inconsistencias en la aplicación del polígrafo a los padres de la niña, arraigados por haber caído en contradicciones. Más enredos que consistencias; más mentiras que eficacia en la investigación. Y más sospechas contra Lisette, quien parece estar pidiendo a gritos que la encarcelen por la muerte de su hija.
Aunque el levantamiento del arraigo no significa que Lisette, su marido y las nanas sean inocentes, sí deja dudas respecto a los motivos de su arraigo y posterior desarraigo. Los “investigadores” exploraron el estado mental de Lisette y Mauricio; ella, de inteligencia superior a la media y él, con coeficiente intelectual bajísimo, casi con retraso mental. A la tragedia de un crimen, la de un matrimonio incompatible, o a la inversa. Y a ésta, la sentencia colectiva contra Lisette; esto a falta de capacidad de las autoridades para encontrar la verdad. Si la autoridad competente es incompetente, el pueblo juzga y condena: Lisette asesinó a su hija; que pague su delito.
Pero la sospecha mayor ahora es que para la liberación de los padres de Paulette, las autoridades pudieron haber recibido dinero. No hay otra explicación después de haberles oído decir que la madre era la principal sospechosa. ¿Se sabrá algún día la verdad? Mientras tanto, Lisette Gebara Farah, la otra hija del matrimonio ahora disuelto por la tragedia, parece ser la otra víctima del mismo crimen.

Tarjetero

*** Ojalá a ninguno de los candidatos a la alcaldía tuxtleca se le ocurra decir durante su campaña que dará continuidad al trabajo del actual edil. Será como ponerse una soga al cuelo pues dar “continuidad” significará que seguirá el desbarajuste administrativo, el ausentismo y la proliferación de baches por todas partes. En otras palabras, no hay nada que valga la pena darle continuidad. Ojalá no cometan ese error porque sería su ruina electoral. *** Hablando de candidatos, Luís Raquel Cal y Mayor Franco, se postulará para un cargo de elección popular. ¡Vaya! Hasta que le hizo justicia la revolución, pues toda su vida se ha dedicado a apoyar a otros y él se ha quedado siempre con el deseo de ser diputado. Le deseamos suerte. *** Hay quienes ven con mala fe a Julio Scherer García por la entrevista que le hizo al “Mayo” Zambada. El señor hizo su trabajo. Y muy bueno por cierto. No ha faltado el maloso que lo ligue con el narco, pero ése no es el punto. Los periodistas no son propiedad de nadie; son libres y por tanto, pueden entrevistar a quién deban, en pos de otorgar a éste país, una parte de la verdad que tanta falta hace para comprender la violencia que se vive. El capo entrevistado, queramos ó no admitirlo, es también protagonista en la guerra contra el narco, aunque sus métodos de lucha sean absolutamente cuestionables, principalmente porque entre sus víctimas, hay muchos colegas periodistas. Con todo, es reprobable que, por envidia profesional, celo laboral, simple antojo de ética o ganas de joder, se deplore el trabajo periodístico de quien ha mostrado ser un profesional contundente del periodismo. Si a cualquier otra vaca sagrada del periodismo, le hubiesen ofrecido ésa entrevista, ¡la hace! *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com

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