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Policías asaltan, extorsionan y amenazan a trabajadores

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


Elementos de la Policía Sectorial, han
sido formalmente acusados de atracar
a un grupo de vendedores ambulantes.

Para Cresencio López Flores y sus compañeros, ése sería un día más de trabajo y esperanzas. Como siempre que llegan a Chiapas, buscaron un lugar para vender las láminas de hojalata que traen desde Puebla para vender a la gente de escasos recursos. Nunca habían sido molestados hasta ésa mañana en que abruptamente, un comando de policías sectoriales, a bordo de la patrulla 434, les cayó encima con acusaciones que fueron desde el robo del camión en que transportaban su producto hasta el delito de “ofrecer un mal espectáculo en la vía pública”, pasando por su condición de “fuereños”. No hubo explicación que valiera.
Vino la violencia, el exceso de fuerza y los golpes, ingredientes favoritos de los policías; por las malas, los cinco vendedores fueron subidos a la patrulla. Atrás de ellos, otros agentes iban en el camión donde llevaban sus láminas. Durante el trayecto al destacamento policial en Huixtla, las amenazas e insultos de parte del comandante del grupo no cesaron. Acusaban a los detenidos de pertenecer a una banda de secuestradores, los señalaron de asaltar bancos y juraban que les “meterían” cualquier cantidad de delitos para que jamás salieran de la cárcel. Crecencio López, Julio Adrián López Lara, José Gutiérrez Morales, José Fernández Hernández y Dionisio Romero Morales, temblaban de miedo e impotencia. Se creyeron perdidos y apenas si cruzaron un par de miradas entre sí; hablar, ni pensarlo.
En la especie de celda a donde fueron llevados, escucharon las acusaciones del casi “tribunal” en que se constituyó el grupo de policías y recibieron ahí mismo la sentencia: “van a estar muchos años por vender láminas chuecas, otros más por andar en camión robado y otros más por secuestro, amenazas a la autoridad, resistencia al arresto, daño en propiedad ajena y los delitos que nosotros les queramos echar”, dijeron a los detenidos. El de la voz era nada menos que el comandante de los policías, Alexander Pérez López, el mismo que encabezó la ilegal detención. Pero en su infinita compasión, el jefe policial propuso a los cinco trabajadores, un trato fácil: cinco mil pesos de “multa” y podrían irse en ése preciso momento. Los detenidos se negaron y entonces fueron enviados a un cuarto oscuro; su camión quedó a expensas de los corruptos policías.
Ya entrados en calma, aceptaron el trato y entre los cinco juntaron la cantidad que les fue exigida. La entregaron al comandante Pérez López y salieron al patio del destacamento donde vieron con impotencia que su camión estaba casi desvalijado y con más de la mitad de la carga fuera de éste. La chapa de la guantera forzada, los documentos de éstos en desorden y el faltante total del dinero que suelen llevar en ése lugar para sus gastos personales: tres mil pesos. Vinieron los reclamos y de nuevo, las amenazas y golpes de los policías. Al final, se quedaron con el dinero de la extorsión, el de los viáticos de sus víctimas y varias docenas de láminas, así como menjurjes propios de un camión de carga que viaja por todo el país. Pero la amenaza más grave fue que no regresasen más a Chiapas porque podrían morir en la próxima vez que caigan en manos de los policías.
Es una historias reales, como muchas que siguen sucediendo en Chiapas. Policías corruptos, sin control de sus superiores y dispuestos a abusar de la pistola y la charola que llevan consigo. Una copia del acta levantada por las víctimas ante la Organización de la Defensa de los Derechos Humanos “Una Mano Amiga”, obra en nuestro poder, por aquello que a las autoridades superiores de la Secretaría de Seguridad Pública, le interesa conocer el caso y desde luego, decide dar muestras de limpieza en ésa institución. Estará a disposición de éstas, si así lo requieren.

Mariano debe ser juzgado

No debe quedar ninguna duda: las atrocidades cometidas por Mariano Herrán Salvatti, deben ser justamente castigadas; sus redes de defensores (algunos dentro del gabinete actual) han perdido la fuerza moral para seguir defendiendo lo indefendible. Fue, como servidor público, no solo el garrote de Pablo Salazar para perseguir a ciudadanos inocentes, sino también el instrumento de sus ambiciones personales para despojar a miles de chiapanecos de sus propiedades. Apenas la semana pasada, una fuente de todo crédito nos confirmó que durante el tiempo que Herrán Salvatti estuvo como Fiscal, cientos de autos americanos fueron “decomisados” bajo el argumento de tener “reporte de robo” en Estados Unidos o Guatemala. Lo extraño es que, a pesar de ello, los autos han sido vistos en manos de otros dueños, quienes han expresado su voluntad de declarar que les fueron vendidos por agentes de la AEI, comandantes de ésa corporación o funcionarios de la extinta Fiscalía. En total, son cerca de trescientas quejas relacionadas con el mismo asunto, las que se han recopilado en la Costa de Chiapas.
Eso, para señalar solo uno de los asuntos que hasta ahora, se desconocía. Y si se revisan expedientes de otros miles que están todavía en las cárceles, el número de agravios cometidos por Mariano Herrán, es interminable. De ahí la exigencia que el Congreso del Estado no se vaya a constituir en el gran exonerador del todavía funcionario. Sería grave para la justicia y para el propio Congreso que solo estén en una simulación. Deben, para empezar, cumplir con su función y exigir, los diputados, al Ministerio de Justicia, que intervenga de inmediato, antes que, por ésas leyes incomprensibles de protección a la corrupción, se deje en libertad a quien la debe. Es elemental justicia.

Tarjetero

*** Olaf, es el nombre del sujeto que se autodenomina “enlace” entre el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia y que, no duda en decirlo, lleva la personal representación de Mariano Herrán Salvatti para que los dos titulares de las dependencias citadas, hagan lo que éste ordena. Lo peor es que el tal Olaf, no midiendo su lenguota, dice cualquier cantidad de sandeces de Sabines, a quien da fuera del Poder Ejecutivo, “antes diciembre próximo”. *** Mañana, la historia de la policía del otro Mariano, alcalde de San Cristóbal. *** Luego nos leemos.
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