Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Cómplice y compadre del
dictador Pablo Salazar, piensa
que es "moda" pedir juicio
político contra su aliado.
“…estamos cerca de la gente y atenderemos sus peticiones”; pareciera una frase digna, la expresión de un hombre apreciado por sus virtudes y talento. Pero no, es la tímida perorata de un senador fracasado que ha visto la exigencia generalizada de investigar el saqueo y excesos de Pablo Salazar como una moda a la que se deben unir aún sus cómplices, como si con ello pudieran escapar de sus responsabilidades, directas e indirectas. Cargado de cinismo, Rubén Velásquez, el “prohombre” de la dictadura que fue derrotado en las urnas por el que siempre consideró “un niño”, se resbala y se bate de excreciones en una especie de aval y defensa de la tiranía pablista a la que no defiende explícitamente pero en cambio, la implica en hechos que van más allá de lo que ya tenemos pleno conocimiento:
Pablo, sus hermanos y cómplices, se sirvieron con la cuchara grande. Entre los beneficiados, el propio Rubén Velásquez, de quien se ha dicho hasta el hartazgo que financió parte de su campaña con recursos que estaban destinados para los damnificados del huracán “Stan”.
La contumelia del senadorcete parece no tener límite; llama, con impudicia extrema, a no realizar movilizaciones ni a arriar banderas políticas con la petición de juicio político contra su antiguo compadre, protector y cómplice, como si en su precaria voluntad estuviese el repartir órdenes sobre un asunto que ha embarrado a todos los que formaron parte de la dictadura y como si la sociedad estuviese condenada a consentir sin reparo, los abusos de una pandilla de malandrines que solo se beneficiaron a sí mismos, a espaldas del pueblo y no “cerca de la gente”, como ahora presume Velásquez, en un intento por parecer gracioso o quizá, de tomar distancia para zafarse de la complicidad sobrentendida con el dictador y sus disminuidas huestes. No corresponde a Rubén Velásquez avalar la petición de juicio político contra el corrupto Pablo Salazar; no, porque él, Rubén, fue parte activa de ese vergonzante episodio de los chiapanecos. No, porque el senadorcete fue beneficiario directo de esas pillerías.
Tampoco le corresponde desvirtuar el movimiento social que exige enjuiciar al tirano. Al hacerlo, se desdice de su indigna palabrería mediante la cual se pone él, “cerca de la gente”. Ninguna autoridad moral tiene el poblano para incidir en un asunto que, por lo menos históricamente, ha sido más que juzgado por una sociedad exigente y valerosa que está dispuesta a no permitir que los ladrones de los recursos del huracán “Stan”, queden en manos de quienes los tomaron ilegalmente. Lo que sí corresponde a Velásquez es sopesar la posibilidad de pedir licencia al Senado para someterse a una investigación rigurosa y afrontar las consecuencias de sus malas acciones. Y si fue beneficiado de su compadre Salazar, le corresponde también, cerrar el pico y no tratar de adherirse al justo reclamo popular, puesto que no es una moda, sino un acto de congruencia de la ciudadanía que creyó en aquella fatídica esperanza que pintó de morado el exdictador y que terminó siendo la peor pesadilla para los chiapanecos y de la cual, Rubén Velásquez asumió el papel de monstruo sin cabeza (obvio, sin cabeza no hay sesos, a menos que los tenga un par de centímetros abajo de la rabadilla) que persiguió a los soñadores que pensaron que Pablo sería un buen gobernante. Pero he ahí que no fue así; ha sido un gobierno brutal de abusos y rapiña.
Las peticiones de Martha
Todo, en materia de corrupción, parece estar enlazado; aquí ya sabemos cómo operó la familia del exdictador para agenciarse de riquezas clara y perfectamente explicables. A nivel nacional, el escándalo por la corrupción de Vicente Fox, sube a cada segundo de tono. Lo último, la confesión de un empresario sin escrúpulos que admite haberse dejado seducir por la melosidad de Martha Sahagún, en ese entonces concubina presidencial, con la esperanza de hacer grandes negocios con el expresidente, su familia y círculo de amigos íntimos. Según versiones periodísticas, Luís Miguel Moreno Vélez, reveló que días antes del segundo informe del gobierno de Fox, Martha le llamó para decirle que quería “un regalo perfecto” para el entonces presidente de la república. El dueño de MM Consultores, aceptó la petición directa y explícita de la consorte: un Jeep Wrangler X, rojo, con las mismas características, diseño, capacidad y lujos del que tiene George W. Bush en su rancho.
El influyentismo como arma para enriquecerse ilícitamente. Los analistas especializados en el escándalo de la corrupción de Fox, siguen pensando que el expresidente, no ha sido activo en el latrocinio a la Nación, sino su mujer. Una prueba más para dar la razón a éstos, además de las que ya sabemos de memoria. Pero, ¿acaso no era Fox el responsable directo de los intereses del país? Ahora comprendemos por qué fue, su gobierno, un desbarajuste: Si no pudo contener las ansias de poder, fama y riqueza de su concubina, no pudo con más de 110 millones de ciudadanos. Lo que sí, es que su explicable riqueza lo ha llevado al ridículo exasperante. En un juicio por esos arbitrarios actos de corrupción, podrían alegar locura en su defensa y creo que todos les creeríamos. No cabe duda.
Tarjetero
*** Empezó el reacomodo en el Ministerio de Justicia. Del Pino, como rescoldo de la dictadura que no da un buen mensaje para la sociedad. Y la exigencia cada vez más clara y fuerte es que no se ratifique a Mariano Herrán. Sería un mal mensaje que podría tener infinidad de interpretaciones buenas, pero más, malas. *** El Chunco (sí, así con “C” no con “K” porque es regionalismo muy nuestro) nos ha demostrado que será un diputado muy divertido, si es que gana. Haber dicho que los sordomudos le han pedido que sea diputado, es para atacarse de la risa. ¿Cuándo le han oído o hablado? De plano. Si no habrá debate de altura, por lo menos iremos a zurrarnos de la risa. ¿O se burló de ese respetable sector de la sociedad? No lo creo; pero sí que me sacó la risa cuando lo leí. Buena ocurrencia. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Cómplice y compadre del
dictador Pablo Salazar, piensa
que es "moda" pedir juicio
político contra su aliado.
“…estamos cerca de la gente y atenderemos sus peticiones”; pareciera una frase digna, la expresión de un hombre apreciado por sus virtudes y talento. Pero no, es la tímida perorata de un senador fracasado que ha visto la exigencia generalizada de investigar el saqueo y excesos de Pablo Salazar como una moda a la que se deben unir aún sus cómplices, como si con ello pudieran escapar de sus responsabilidades, directas e indirectas. Cargado de cinismo, Rubén Velásquez, el “prohombre” de la dictadura que fue derrotado en las urnas por el que siempre consideró “un niño”, se resbala y se bate de excreciones en una especie de aval y defensa de la tiranía pablista a la que no defiende explícitamente pero en cambio, la implica en hechos que van más allá de lo que ya tenemos pleno conocimiento:Pablo, sus hermanos y cómplices, se sirvieron con la cuchara grande. Entre los beneficiados, el propio Rubén Velásquez, de quien se ha dicho hasta el hartazgo que financió parte de su campaña con recursos que estaban destinados para los damnificados del huracán “Stan”.
La contumelia del senadorcete parece no tener límite; llama, con impudicia extrema, a no realizar movilizaciones ni a arriar banderas políticas con la petición de juicio político contra su antiguo compadre, protector y cómplice, como si en su precaria voluntad estuviese el repartir órdenes sobre un asunto que ha embarrado a todos los que formaron parte de la dictadura y como si la sociedad estuviese condenada a consentir sin reparo, los abusos de una pandilla de malandrines que solo se beneficiaron a sí mismos, a espaldas del pueblo y no “cerca de la gente”, como ahora presume Velásquez, en un intento por parecer gracioso o quizá, de tomar distancia para zafarse de la complicidad sobrentendida con el dictador y sus disminuidas huestes. No corresponde a Rubén Velásquez avalar la petición de juicio político contra el corrupto Pablo Salazar; no, porque él, Rubén, fue parte activa de ese vergonzante episodio de los chiapanecos. No, porque el senadorcete fue beneficiario directo de esas pillerías.
Tampoco le corresponde desvirtuar el movimiento social que exige enjuiciar al tirano. Al hacerlo, se desdice de su indigna palabrería mediante la cual se pone él, “cerca de la gente”. Ninguna autoridad moral tiene el poblano para incidir en un asunto que, por lo menos históricamente, ha sido más que juzgado por una sociedad exigente y valerosa que está dispuesta a no permitir que los ladrones de los recursos del huracán “Stan”, queden en manos de quienes los tomaron ilegalmente. Lo que sí corresponde a Velásquez es sopesar la posibilidad de pedir licencia al Senado para someterse a una investigación rigurosa y afrontar las consecuencias de sus malas acciones. Y si fue beneficiado de su compadre Salazar, le corresponde también, cerrar el pico y no tratar de adherirse al justo reclamo popular, puesto que no es una moda, sino un acto de congruencia de la ciudadanía que creyó en aquella fatídica esperanza que pintó de morado el exdictador y que terminó siendo la peor pesadilla para los chiapanecos y de la cual, Rubén Velásquez asumió el papel de monstruo sin cabeza (obvio, sin cabeza no hay sesos, a menos que los tenga un par de centímetros abajo de la rabadilla) que persiguió a los soñadores que pensaron que Pablo sería un buen gobernante. Pero he ahí que no fue así; ha sido un gobierno brutal de abusos y rapiña.
Las peticiones de Martha
Todo, en materia de corrupción, parece estar enlazado; aquí ya sabemos cómo operó la familia del exdictador para agenciarse de riquezas clara y perfectamente explicables. A nivel nacional, el escándalo por la corrupción de Vicente Fox, sube a cada segundo de tono. Lo último, la confesión de un empresario sin escrúpulos que admite haberse dejado seducir por la melosidad de Martha Sahagún, en ese entonces concubina presidencial, con la esperanza de hacer grandes negocios con el expresidente, su familia y círculo de amigos íntimos. Según versiones periodísticas, Luís Miguel Moreno Vélez, reveló que días antes del segundo informe del gobierno de Fox, Martha le llamó para decirle que quería “un regalo perfecto” para el entonces presidente de la república. El dueño de MM Consultores, aceptó la petición directa y explícita de la consorte: un Jeep Wrangler X, rojo, con las mismas características, diseño, capacidad y lujos del que tiene George W. Bush en su rancho.
El influyentismo como arma para enriquecerse ilícitamente. Los analistas especializados en el escándalo de la corrupción de Fox, siguen pensando que el expresidente, no ha sido activo en el latrocinio a la Nación, sino su mujer. Una prueba más para dar la razón a éstos, además de las que ya sabemos de memoria. Pero, ¿acaso no era Fox el responsable directo de los intereses del país? Ahora comprendemos por qué fue, su gobierno, un desbarajuste: Si no pudo contener las ansias de poder, fama y riqueza de su concubina, no pudo con más de 110 millones de ciudadanos. Lo que sí, es que su explicable riqueza lo ha llevado al ridículo exasperante. En un juicio por esos arbitrarios actos de corrupción, podrían alegar locura en su defensa y creo que todos les creeríamos. No cabe duda.
Tarjetero
*** Empezó el reacomodo en el Ministerio de Justicia. Del Pino, como rescoldo de la dictadura que no da un buen mensaje para la sociedad. Y la exigencia cada vez más clara y fuerte es que no se ratifique a Mariano Herrán. Sería un mal mensaje que podría tener infinidad de interpretaciones buenas, pero más, malas. *** El Chunco (sí, así con “C” no con “K” porque es regionalismo muy nuestro) nos ha demostrado que será un diputado muy divertido, si es que gana. Haber dicho que los sordomudos le han pedido que sea diputado, es para atacarse de la risa. ¿Cuándo le han oído o hablado? De plano. Si no habrá debate de altura, por lo menos iremos a zurrarnos de la risa. ¿O se burló de ese respetable sector de la sociedad? No lo creo; pero sí que me sacó la risa cuando lo leí. Buena ocurrencia. *** Luego nos leemos.
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