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Violencia e imprudencia ponen en jaque a Calderón

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El extremismo violento y la inexperiencia
gubernamental, de la mano en un
asunto que no extraña pero...

Cuando los dos factores que dan título a la columna de hoy se juntan, sus consecuencias son mayores que los de las explosiones que reflejaron por un lado, el extremismo de un grupo armado en la clandestinidad y por otro, la incapacidad gubernamental para prevenir actos subversivos que, quiérase o no admitir, son específicamente terroristas con tendencias claras que no dan lugar a las vacilaciones, pero tampoco deben ser motivo para facilitar la desmoralización del Estado frente a quienes han adoptado la violencia como método de lucha.
La precipitación del Gobierno Federal a dar por certeras las proclamas del Ejército Popular Revolucionario y para reconocer su vulnerabilidad frente al terrorismo, demuestra, entre otras cosas, la ausencia de políticas de seguridad pública eficaces y, peor aún, la falta de criterios sólidos para garantizar el abasto de energéticos en zonas estratégicas del país. Resalta, entonces, la imprudencia oficial que al final, no ha servido ni siquiera como estrategia para ganar terreno mediático a los guerrilleros y mucho menos para establecer una conducta apropiada en casos de violencia extrema.
Frente al atolondramiento del gobierno, el EPR se vio superior en tácticas, no obstante la generalizada repulsa a sus actos; en un Estado en el que se debe privilegiar el diálogo, ganó el grito lamentable de la violencia pero, desgraciadamente, también la inexperiencia de las autoridades para enviar no solo a los subversivos sino a los mexicanos en general, un mensaje contundente que, por lo menos, limitase el terreno de acción del grupo armado. No basta la condenación a la violencia; urge que para evitar las condenas, se prevenga la acción, factor que, evidentemente, falló al gobierno de Calderón, cuya figura se desmorona frente al caos violento que azota a los mexicanos y lo peor: frente a la indiferencia y la falta de tacto para contener los ataques frontales.
Por otro lado, el EPR, debemos decirlo con todas sus palabras, equivocó desastrosamente la ruta. Resurgir con violencia tras varios años de ostracismo provocado por rupturas internas que a la vez propiciaron detenciones y desmembración de sus bases, no los hace ganadores, pese a las brutales consecuencias económicas del sabotaje. Por el contrario, pierden y pierden mucho más de lo que en apariencia, ganaron. La gran pregunta, sin embargo, es si tras la crisis interna del EPR, sus militantes lograron reagruparse y más aún, tener capacidad de actuación. Si no es así, ¿de dónde y con qué objeto se saboteó el suministro de energéticos a esa importante zona productiva de México? ¿Alquilan los eperristas sus siglas? La precipitación del gobierno mexicano en dar por ciertas las autoatribuciones del grupo guerrillero, llama poderosamente la atención. Una cosa es la honradez y otra, la falta de serenidad.

Los otros ataques

No solo la guerrilla lanza sus obuses contra objetivos específicos; en Chiapas, los ataques son por otras causas y se asientan en distintas razones. La campaña electoral que apenas comienza es ya escenario de burdos ataques, de encontronazos y revelaciones, de empujones y amenazas, de injustificados ataques que nos hacen recordar que en política, lo único verdadero son los enemigos. Lo que preocupa es que el nivel del pleito (que no debate, que quede perfectamente claro) ha alcanzado el rango de odio personal, asunto que, esperemos, no pase de ser el resentimiento de unos cuantos apocados y al término de la contienda, todos tan cuates como siempre.
Lo decimos porque en más de una ocasión hemos tenido en nuestro poder algunos panfletos denigrantes en contra del senador del Partido Verde, Manuel Velasco Coello, cuya labor legislativa quizá no sea del agrado de muchos, pero que finalmente, la han respetado dentro de un marco de estricta civilidad. Decimos que preocupa el nivel de los ataques personales, porque nos coloca, a todos, en un esquema de bajeza que amenaza con desbordarse y caer en un terreno propicio para la violencia electoral, lo que ningún chiapaneco bien nacido desea. Tampoco lo decimos porque se trate del senador Velasco Coello; muchos son los contendientes que han sido víctimas de brutales ataques panfleteros y eso, es sumamente riesgoso para la endeble democracia que medio experimentamos.
No deja de extrañar que una de las víctimas de ese irracional odio sea el reconocido “Güero” Velasco: En primer lugar, porque, con todo y que es todavía un chaval, ha sabido ganarse el afecto de sus electores y el respeto de sus adversarios serios. En segundo, porque es un hombre que sabe respetar y tercero porque, con errores y tropezones, ha hecho un trabajo legislativo aceptable. Al “Güero”, se le podrá criticar su facilidad para tomarse la foto con las grandes personalidades de la política; es válido si lo vemos desde el punto de vista de sus relaciones públicas. Pero de ahí a que por odios estúpidos le endilguen verdaderas asquerosidades, o traten de empujarlo al desfiladero, ya habla de lo inadmisible. Lo que llama la atención es que las sospechas de los crueles ataques en contra del “niño” senador que dio una lección de madurez al bigotón candidato de Pablo para el Senado (derrotándolo estrepitosamente en las urnas) recaen sobre algunos personajes que, en apariencia, se acercan a éste, le dan largos y calurosos abrazos, le cubren de elogios y lo más lindo, reciben de él, cierto tipo de apoyos electorales. ¿O no?

Tarjetero

*** Con todo y que ya no llegan a las sesiones, los diputados siempre sí van a recibir más de 350 mil pesos de “bonificación”, que no “guardadito”. Eso es no tener ni tantita vergüenza. ¡Bola de haraganes! Por eso, la verdad, no dan ganas de votar. ¿Darle el voto a quienes no van a cumplir con su trabajo? Pues, hay qué pensarlo mucho. *** Edye Cruz Manssur, sudando la gota gorda para solucionar los graves problemas agrarios que dejaron los secuaces de Pablo Salazar en la Secretaría de Asuntos agrarios. A ver si logra algo. *** ¿Quién es la funcionaria local que hace unos meses andaba a pata y hoy allana las zapaterías con sus guaruras? ¿Sabe el gobernador Sabines que esta señora pone en mal a su gobierno con su excesiva prepotencia? *** Luego nos leemos.
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