Ksheratto

Samuel Chacón, cuestionado. Fichero Político Angel Mario Ksheratto Los malos ejemplos suelen seguirse cuando la impunidad impera; Samuel Alexis Chacón Morales, un muchachito que logró escalar los débiles peldaños de un partidito en permanente formación, logró a expensas del partido que traicionó hace algunos meses, una curul en el Congreso del Estado. Antes y aprovechando las circunstancias, laboraba como regidor del Ayuntamiento de Tapachula. Hizo convenios que terminó desechando por ambiciones de unos centavitos extra. Amparado en una laguna en la ley electoral que lo mismo es violatoria a los derechos políticos que ciudadanos, irrumpió de nuevo en su oficina, aún cuando, según la ley, no debería hacerlo en virtud de haber ganado la elección. Es un tema del que ya hablamos y que finalmente, sirvió de nada pues los “intérpretes” a sueldo de las leyes locales, tomaron, evidentemente, la decisión equivocada e reimpusieron a una diputada en la actual legislatura. En el caso de Sam

Roberto Mancilla, caricaturizado. Fichero Político Angel Mario Ksheratto Hace 20-22 años, junto con Salvador Ruiz Zambrano, Carlos Acevedo Martínez, Carlos Ruiseñor Liévano y Carmelo Espinosa, nos reuníamos en domingo por las tardes; la tarea era armar el periódico “Signos” que entonces circulaba todos los lunes. De todos, el infaltable fue Roberto Mancilla Herrera, cuya contundencia con la pluma era incontestable. Los políticos y funcionarios a quienes se refería en sus artículos, le calificaban de “intratable”; nosotros, que compartimos muchos años la misma mesa y la misma silla en las modestas oficinas de Signos, le teníamos como un periodista temerario, uno de los pocos que puso en su lugar al entonces gobernador Patrocinio González Garrido, famoso por su mal genio y pocas pulgas. Pero detrás del periodista irrevocable y testarudo, estaba el amigo, el compañero de mente ágil que nos hacía las tardes de domingo llevaderas. Pese a su pluma certera y punzante, era un hombre

El autor de éste blog, recibe el Premio México de Periodismo 2010, otorgado por la FAPERMEX, el 15 de agosto pasado Fichero Político Angel Mario Ksheratto Más allá de las habituales diferencias entre pares dentro de un gremio cuya diversidad es su mayor virtud, periodistas de toda la República aglutinados en la Federación de Asociaciones de Periodistas de la República Mexicana (FAPERMEX) lograron un consenso ante la ola de violencia que se revuelve sobre la prensa, especialmente en algunos estados del norte y centro del país: Impulsar un protocolo de seguridad para prevenir más asesinatos, secuestros y agresiones contra los comunicadores. Fueron largas horas de análisis sobre una situación que preocupa a todos; finalmente, la exigencia contundente al Presidente Calderón para que asuma la responsabilidad constitucional que le obliga a garantizar la seguridad de los ciudadanos, entre éstos, claro está, la de los periodistas que, en números de escándalo, ya suman los ciento once a

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Vicente Fox, se pronunció a favor de la legalización de las drogas, asunto que se negó a abordar cuando fingió ser el Presidente de México. Lo que no hizo cuando tuvo su oportunidad, ahora intenta imponerlo como si fuese la única voz autorizada o si su voz gozase de autoridad alguna para, por lo menos, escucharle. Es, según consideración colectiva, el Presidente más tonto que ha tenido México. Penosamente —agrega la mayoría—, el más ignorante. Sí, se trata de Vicente Fox Quesada, expresidente mexicano que en los últimos días encontró tabla bofa para navegar en las tormentosas aguas de un país que se debate entre la violencia y los errores de un gobierno que trata de convencerse a sí mismo de victorias inexistentes. El tema al que ha recurrido es al de la legalización de las drogas, cuya aprobación promueve bajo argumentos realmente chistosos, carentes de lógica y claramente enfocados al negocio a grandes escalas. Su propuesta de legalizar el tráfi

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Las agresiones a periodistas en México y Chiapas, son cada vez más constantes. Mientras en todo el territorio nacional los periodistas unen sus voces (a regañadientes, si se quiere, dado nuestro natural —e irracional— instinto de superioridad profesional, maldición que nos puede arrastrar a la horca) para exigir al gobierno cumpla con su obligación moral y constitucional de proteger la vida y derechos de quienes nos dedicamos a la tarea de informar, en Chiapas, dos reporteros fueron víctimas de un acto que vulnera no solo los principios fundamentales del hombre, sino la voluntad expresa del gobierno doméstico que ha procurado una relación sana con la mayoría de los comunicadores, pese a las complicaciones y posibles malos entendidos que ésta traiga consigo. La movilización periodística del sábado, no obstante nuestras diferencias, tenía un motivo doble; uno explícito y el otro, implícito. Por un lado recordar al Gobierno Federal su compromiso inel

Fichero Político Angel Mario Ksheratto La excelente caricatura del Dr. Gómez Maza elaborada por Francisco Grughua, lo pinta tal y como fue: congruente. Muy pocos hombres en la historia contemporánea de Chiapas han sabido ocupar su lugar, en el momento y lugar justos; éste fue el doctor Gilberto Gómez Maza, quizá, el último de los políticos de izquierda que no claudicó ante las mieles del poder, aunque lo buscó, no con afanes de enriquecerse a costa del pueblo como muchos otros han hecho, sino para poner en práctica el caudal de buenas obras que, desde su modesto consultorio de médico pediatra, echó a andar a riesgo de vivir siempre en la medianía económica con que sin embargo, forjó una familia ejemplar. Fue hombre de palabra completa hasta el día de su muerte, una partida dolorosa para los chiapanecos que, como él, soñaron un estado distinto, un estado en el que se respetasen los derechos de cada quién. Al doctor Gómez Maza, le recuerdo en las intensas conversaciones con las organizac

Fichero Político Angel Mario Ksheratto David Solís (en primer plano) y Martha Grajales (a la derecha, de blusa blanca), durante una de las pocas a las que asistieron como diputados locales. El pleito por las curules abandonadas al fragor de las ambiciones personales, subió de tono; la ley, que juraron cumplir y hacer cumplir los diputados, bajo el fuego irracional de una abierta rebeldía que la coloca en el último plano, como si ésta —la ley— estuviese en la víspera de su funeral. Obviamente (y a juzgar por el nivel cultural, social y político de los enredados en un asunto que debió ser visto con la lupa de la ley en materia electoral) el lío se ha salido de los cánones de buena conducta y civilidad, al grado que una de las legisladoras protagonistas del affaire, no solo logró vulnerar la ley, sino que puso en jaque la poca credibilidad que los ciudadanos tienen en los políticos de ahora y pone en evidencia lo que todos hemos temido y condenado desde siempre: la impunidad con que los p