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Mostrando las entradas con la etiqueta Reportajes

Copainalá, gobernado por la delincuencia

Angel Mario Ksheratto Versiones indican que la diputada Conde, está involucrada en el asunto. ►Los Alcará, han impuesto reino de terror ►Robos, asaltos, secuestros, homicidios, violaciones, en su carrera criminal ►Alcaldesa los protege; diputada hace caso omiso a denuncias ►Asesinato de ciudadano, desata ira generalizada A don Baloy Jiménez López, sus asesinos no le dieron tiempo siquiera a bajar del camión de volteo en el que se trasladó para tratar de ayudar a su hijo, a quien dos reconocidos criminales del pueblo, habían disparado sin motivo alguno. Las balas perforaron su cráneo de tal suerte que la sangre se esparció por toda la cabina. Su mano izquierda quedó sujeta a la manija de la portezuela y la derecha, sobre la palanca del freno de manos. A unos metros de la báscula comunitaria, Richard Jiménez Reyes, su hijo, se debatía entre la vida y la muerte; le habían acertado un balazo en el pecho y dado un rozón de bala en la frente. Los testigos aseguran que los her

Reportaje: Zozobra por ola de asaltos en Tonalá

No descartan aparición de “justicieros anónimos” Angel Mario Ksheratto ► Sospechan de participación policial en creciente inseguridad ► Director de la policía no pasó control de confianza ► Ciudadanos creen que fue “autorobo”, el de SEPESCA ► Empresa del alcalde también fue asaltada. Es casi un milagro ver a un agente de policía resguardando a los tonaltecos. —N o nos han dejado otro camino que armarnos para defender nuestro patrimonio… si se muere el ladrón o nos toca morir, pues ni modos —dice casi juntando las cejas el comerciante cuyo negocio está a menos de dos cuadras de la presidencia municipal de la ciudad de Tonalá—; el último asalto (de tres que ha sido víctima) lo resistió a balazos, a pleno día, logrando que los maleantes huyeran en una motocicleta. La policía llegó cuando ya no se le necesitaba. El taxista que me traslada por la ciudad, me ve con desconfianza; conforme avanzamos y le entero del propósito de mi estancia, suelta la sopa. Cuenta que la inse

Historias de la cárcel

Tarzán, el diablo y la libertad –Ver al diablo en persona es un privilegio de pocos locos como yo, mi jefe–, me dijo una mañana Tarzán, un antiguo prisionero que a sus 40 años, tiene tantas arrugas en la cara como delitos cometidos. Sus manos entumecidas por el frío de febrero, apenas se distinguen entre callos y nudos que esconden las gruesas uñas. El cuerpo enjuto y la mirada siempre alegre, hacen de ese hombre un personaje especial en el módulo Conyugal, donde convivimos los doce reos aquí asignados. Para Tarzán (jamás responde cuando se le llama por su nombre) no existen los imposibles ni los inconvenientes y es a él a quien todos los prisioner os recurrimos para conseguir cualquier cosa que haga falta para sobrevivir entre los muros. Parado en el umbral de la ce lda 18 que me fue asignada, tirita con extraña violencia bajo la raída camisa beige del uniforme, tratando de calentar sus manos con el a liento de su boca, donde la ennegrecida dentadura contrasta grotescamente con la

Rescatando a las guacamayas de la Lacandona

Colorido y belleza en riesgo El esfuerzo de un grupo de ecologistas, poco a poco encuentra resultados interesantes (SRN).- “Las Guacamayas” es un centro vacacional de contacto directo con la naturaleza, ubicado en la Selva Lacandona, en el municipio de Marqués de Comillas, a 220 kilómetros de Comitán por la carretera Fronteriza del Sur y a 240 km de Palenque. Se ubica en la localidad Reforma Agraria, en la ribera del río Lacan-Tun, línea limítrofe de la reserva de la biósfera Montes Azules, y toma su nombre del Ara macao, la guacamaya roja que encuentra en el lugar, por la exuberante vegetación y el caudaloso río, el lugar ideal para reproducirse. En este lugar, además de poder conocer de cerca la fauna silvestre en las mil 200 hectáreas de selva, el paseante tiene la alternativa de realizar paseos acuáticos observando la unión de dos ríos cuyas corrientes no se mezclan y conser van su coloración original: verde esmeralda uno y azul intenso el otro, además de realizar caminatas al

El suplicio por un pedazo de tierra

Reportaje Angel Mario Ksheratto Senta do sobre el frío piso de su celda, don Arturo rara vez voltea hacia la puerta para dejar ver su d enta dura maltratada, detrás de una lúgubre sonrisa que acompaña con un ademán de adolorida displicencia. Otras veces, su mirada obliga a ignorarlo pues se nota cargada de odio, de ira y una profunda intención de violentarse. Las horas le arrebatan cada instant e de vida y solo la recobra cuando el repartidor de comida se asoma por la reja para dejar los desperdicios d e algún restaurante de lujo, en calidad de alimento para los reos. En la profundidad de sus inescrutables pensamientos, la imagen de su familia se niega a abandonarle y recuerda con insistencia a su mujer, cuyo nombre ha ahogado en su dolor de hombre, en aquella insalvable prisión a la que llegó acusado de delitos que le resuenan en la mente, aunque la memoria no atina a acomodarlos en sus ratos de posible lucidez. Por las noches habla largamente con Vicenta, su mujer ausente para

Palabra bajo arresto

Vínculo Reportaje Rehabilitación suspendida Angel Mario Ksheratto La tragedia de ésta prisión es que la impotencia se impone a la buena voluntad. He visto a varios internos derrumbarse frente a su propia desventura. Entienden las razones por las que han sido llevados ahí, pero no alcanzan a comprender por qué, la desgracia y la pobreza los sigue a todas partes. No es raro saber que a cada cierto tiemp o, uno de ellos termina colgado de una cuerda o con las venas rotas. Los presos se lo t oman con humor. “El licenciado Lazos, es infalible para salir de aquí con todo y que esté uno condenado de por vida”, suelen decir cuando alguien se ha quitado la vida colgándose de un lazo. O de plano, tienen qué vivir una vida sin más elemento que la inercia de estar vivos. Argueta, un much acho de 19 años –hecho prisionero por su propio padre, en “castigo” por su mal comportamiento–, a veces intenta sobreponerse a su propia malaventura. Demuestra buena voluntad

Doña María, dignidad entre rejas

Reprtaje Especial Breves historias de una prisión Angel Mario Ksheratto Con la cara hundida en el suelo, doña María creyó que los zapatistas habían vuelto a invadir su pueblo cuando vio caer la vieja puerta de madera y aparecieron sobre el umbral varios hombres fuertemente armados. Recordó aquella madrugada del 1 de enero de 1994 cuando cientos de campesinos armados con armas de madera, palos y machetes declaraban la guerra al gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En medio del caos provocado por aquellos guerrilleros, logró ponerse a salvo la iglesia y ahí permaneció hasta que el ejército federal recuperó las calles de la población, muchos días después. La bota de uno de los hombres que tomaron por asalto su casa de madera y cartón, posaba con fuerza sobre la mitad del rostro que salía del montón de tierra y ceniza en un rincón de la choza que servía de cocina; apenas podía respirar pero no tuvo tiempo de llorar. – “Me van a matar estos desgraciados” –, pensó mientras clamaba a Di

Inocencia encarcelada

Reportaje especial Breves historias de una prisión II Angel Mario Ksheratto L a señora Armendáriz pisa por segunda ocasión éste penal; su delito –cuenta con voz apagada– es haber golpeado el carro de un sujeto que, a tres meses del incidente, no se ha presentado a declarar para dilucidar el asunto. La única información que posee de su acusador es que, en el momento del accidente, éste fungía como funcionario del gobierno pablista, lo que sin duda influyó para que fuera recluida sin una sola acusación formal en su contra. –No sé con qué golpeé el carro porque no llevaba más que una bolsa de plástico con verduras y frutas–, dice mientras sorbe café y cuida que nadie más escuche la conversación. Cuando volvió en sí, era trasladada sobre la góndola de una patrulla policial sin más explicación que una bofetada y una cadena de imprecaciones por haber ensuciado el uniforme de los gendarmes. Sobre la ceja izquierda, una pequeña cicatriz confirma su dicho, aunque los policías alegaron que la