Ir al contenido principal

Carlos Morales y su opacidad

Artículo Único
Angel Mario Ksheratto

Inaceptable empréstito.
La deuda del municipio de Tuxtla Gutiérrez, es una de las más altas a nivel nacional; mil 300 millones de pesos, es el cálculo que ofreció a regañadientes el alcalde Carlos Morales Vázquez, en un acto informativo que, paradójicamente, de no ser por su intrascendencia, nadie se habría enterado. Como lavatorio de manos, el edil utilizó el desastre de las administraciones anteriores para justificar su inoperancia y excusarse por los pésimos resultados en sus primeros dos meses de fracasos.
Cierto es que desde Juan Sabines Guerrero a la fecha, la administración pública municipal, viene arrastrando adeudos que conforme han pasado los años, se han vuelto cuasi impagables. Han sido nueve alcaldes en 13 años, los que dejan saldos perturbadoramente rojos y que lejos de sanearlos, el recién ungido presidente municipal, anuncia la adquisición de un nuevo empréstito de 105 millones de pesos.
El fundamento de Carlos Morales para recurrir a la banca y solicitar el aumento de la deuda pública, es endeble, pueril: pagar sueldos, aguinaldos y otras prestaciones de fin de año a los empleados del Ayuntamiento.
En el fondo, es solo un pretexto para encubrir las deficiencias administrativas suyas y proteger de la cárcel a sus antecesores, quienes desviaron recursos etiquetados.
En el presupuesto de egresos de éste año, está debidamente etiquetado cada centavo. Rubro por rubro, se establecieron montos (la mayoría estratosféricos, por cierto) de cada una de las dependencias municipales en cuanto a sueldos a personal sindicalizado, de confianza, eventuales; primas vacacional y quincenal, gratificaciones, aguinaldo, compensaciones fijas, incentivos y hasta despensas.
¿Dónde está ese dinero? ¡Claro! ¡Se lo robaron! El mismo Carlos Morales, denuncio ese hecho, pero se ha negado sistemáticamente a poner a funcionar a su equipo jurídico, para que presente las demandas correspondientes ante la Fiscalía. No tendría ni siquiera pedir a la Auditoría Superior o al Congreso que intervengan, porque es un hecho más que probado y aplica la justicia de manera directa.
Al negarse a cumplir con su obligación de denunciar, se hace cómplice de los responsables del desfalco; y se va por la ruta fácil: endeudar más a la ciudad para cubrir los hoyos que la corrupción de los nueve antecesores suyos, dejaron en la administración pública.
Es irresponsable incumplir con las leyes, pero es también, un delito omitir acciones de corrupción que, en la afamada “Cuarta Transformación”, se pretende eliminar por completo. Los expertos recomiendan que, por ninguna razón, se deben contraer deudas, por lo menos, en el primer semestre, porque hacerlo, desfasaría el presupuesto anual.
El Ayuntamiento tuxtleco, no es un ente pobre, de escasos ingresos. Solo en impuestos y fondos, en éste año se logró la recaudación de mil 234 millones 909 mil 520 pesos. Más los recursos de programas estatales y federales que no son pocos; más los provenientes en materia de desarrollo e infraestructura de los dos niveles de gobierno. Más lo que se recauda por el servicio de agua potable, alcantarillado y drenajes. Más lo que se recauda en multas. Más los ramos 23 y 33 y otros. Los ingresos, entonces, son muchos.
El edil se queja de falta de dinero, pero ha firmado ya, contratos y convenios con particulares prestadores de servicios. Y no por montos menores, sino de cientos de miles, lo cual es un insulto a la inteligencia de los capitalinos.
Si en lugar de erogar grandes cantidades de dinero en asuntos superfluos y de ornamento personal, utilizase esos recursos para pagar sueldos, aguinaldos y prestaciones, le aplaudiríamos porque entonces sí estaría en sintonía con los “postulados” de austeridad que predica el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Endeudar más a los capitalinos, es un atentado que no se debe permitir; porque abona a la corrupción y alimenta la impunidad. Hay que decir que en ese contexto, Morales Vázquez ha sido opaco. Y no por ahorrarse unos centavos en la construcción de espacios oficiales para por lo menos presumir transparencia, sino porque ha tratado, con poco éxito, tapar el desastre financiero de los que le precedieron en el cargo.
El alcalde, debe ser transparente. Y debe responsabilizarse de sus actos. Ya basta de opacidades y escondrijos. Ya basta de mentiras y aberrantes empréstitos financieros que solo Dios sabrá en qué bolsillos pararán. En dos meses ha demostrado incapacidad e ineficiencia. Ambición y soberbia. Ha mostrado que su interés, no es la ciudad, sino su propio beneficio. ¿Qué ha hecho en dos meses?

Las más leídas

Elba Esther Gordillo, sinónimo de corrupción y arbitrariedad

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Cínica, la pseudodirigente magisterial no deja lugar a las dudas respecto a su debilidad por el dinero ajeno. Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que

Apunte sobre la entrevista Scherer-Zambada

Fichero Político Angel Mario Ksheratto "El narcotráfico está en toda la sociedad", dijo el capo de la droga al periodista Julio Scherer García, fundador de "Proceso". A juicio de uno de los capos más buscado y perseguido por los gobiernos de México y Estados Unidos, toda acción legal contra el narcotráfico, no modificaría el posicionamiento que han logrado y que, deja entrever, se ha alcanzado gracias a una de las enfermedades crónicas que padece el país: la corrupción. Frente al emblemático periodista mexicano, Julio Scherer García, uno de los referentes periodísticos de mayor trascendencia en América Latina, el capo suelta una verdad estremecedora, abrumadora, perturbadora: “el narco está en la sociedad”. Para los persecutores de éstos, la frase debería ser un reto; para los mexicanos, es desalentador. El flagelo ha permeado por todas partes, en todos los estratos sociales, en todos los rincones de la región. Es, quieran o no reconocerlo las autoridades de todos l

Las rabietas de MVC

Artículo Único Angel Mario Ksheratto D e manera imprevista, el senador golpea con fuerza el lujoso e impecable escritorio; suelta imprecaciones, enreda sus dedos en el cabello y, con los puños cerrados, vuelve a castigar al mueble en el que no hay un solo papel. —¡Es un malagradecido!, —explota y se queja—: ahora, ni la llamada me toma… Ni él ni sus funcionarios, ¡carajo! La urgencia de hablar con su sucesor —y no obtener respuesta—, tiene fundados motivos para enfurecerlo: seis de sus ex colaboradores, están siendo seriamente investigados y de al menos cuatro, se tienen evidencias claras de desvíos de recursos y uno, ya tiene orden de aprehensión, misma que, inexplicablemente, no se ha ejecutado. Aunque por lo pronto, las indagaciones de millones de pesos desviados no lo alcanzan a él, sí a sus funcionarios, lo que mediáticamente podría afectarle en sus aspiraciones para saltar del Senado al Gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde donde pretende construir una