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¿Elegir con el estómago?






Angel Mario Ksheratto

Columna dominical publicada en 
El Heraldo de Chiapas.




Albores Gleason, perdedor.
Puede que existan variadas lecturas futuristas emanadas del resultado electoral de hace ocho días; habrá quienes festejen y los que deploren los números finales. Todos y ninguno tendrá suficientes razones para revertir el sentimiento colectivo que procreó al verdadero triunfador de las elecciones: el abstencionismo que, a pesar de las cuentas alegres, sigue siendo el enemigo invencible, sostenido ahora por la nulidad del voto, que creció como gigante en casa de enanos.
Entre las muchas lecturas, está la estrepitosa derrota del PRI, frente al partido que nació de sus entrañas y que, no solo superó al maestro en mañas y artimañas, sino que propinó al padre, la paliza que ese partido pudo esperar del PAN o el PRD, nunca de su crío. La debacle del llamado tricolor, tiene muchos autores y tantos motivos, que es difícil determinar cuál ha sido el factor preponderante que lo coloca, en Chiapas, entre una segunda y tercera fuerza política.
Desde hace dos sexenios, el PRI no ha tenido un liderazgo sólido, ni una postura respetable; los yerros cometidos, han tenido tal magnitud, que no ha podido ser ni siquiera una oposición visible. Menos ahora, cuando por conveniencia, debe poner todas sus canicas al lado del partido que lo dejó fuera de toda posibilidad para las elecciones locales. La actual, no ha pasado de ser solamente la administradora de su propia desgracia.
Otra lectura es que, el fortalecimiento del PVEM, al que pertenece el gobernador, es resultado de un gobierno que, a juicio de muchos, ha respondido a las expectativas de la ciudadanía. Obviamente, no se entiende esa lectura si el principal aliado gubernamental, cayó hasta el fondo de las preferencias electorales. Tampoco se entiende si se revisa la estructura partidista pevemista, cuya anarquía ya es célebre.
No obstante, existe la teoría en el sentido que el voto duro, el voto cautivo priísta, sucumbió ante un hecho inocultable: la precaria dignidad, arrastrada por la pobreza, aun con los programas y estrategias para combatirla. ¿Cómo explicar el revés priísta en San Juan Chamula donde el mismísimo PRI, la Pepsi-cola, el posh y el catolicismo son insustituibles? Todo indica que ahí, el PVEM, aplicó tácticas que el PRI olvidó deliberadamente o, sencillamente, la inexperiencia de su actual dirigente —un chaval desconocedor del Chiapas actual (y de su historia, por lo evidente)—, no le permitió emplear, por ignorancia y soberbia extremas.
También hay quienes atribuyen los resultados a la inercia populachera, ésa que dirige sin indicar el rumbo; es decir, la moda de votar para obtener. La del voto adulador. ¿Quién gana y quién pierde? Todos. Así de sencillo.
Las lecturas, por tanto, pueden ser acertadas o equivocadas. La calidad democrática de la que gozamos, es la gran utopía, en términos de capacidad para el entendimiento de toda razón. A la gente, en realidad, le importa poco quien gana y quien pierde. Lo que quiere es garantizar la subsistencia, no la sola idea de avanzar en sentidos tan prácticos como la pluralidad, el respeto, el desarrollo, el progreso, las libertades, la equidad. Y no hablemos de educación, salud, infraestructura y otras cosas por el estilo.
La lectura puede ser variada, como ya he dicho; qué debemos entender, es asunto del cristal con que cada uno vea el asunto. Lo importante es qué hacer para alcanzar la suficiencia intelectual que nos dé la oportunidad de lograr la excelencia democrática que necesitamos para, en el futuro, elegir a quien nos represente con decoro, quien nos gobierne con honradez y no a quien nos prometan lo incumplible.
Siendo francos, los diputados federales ahora electos, no representan a los chiapanecos. No les alcanzó la demagogia para convencer a nadie. ¿Estamos obligados a seguir padeciendo a los mismos políticos, a los mismos mentirosos, a los mismos que saltan de un partido a otro? ¿Estamos condenados a elegir con el estómago y no con el cerebro o, cuando menos, con el corazón?
Estamos inmersos en un proceso electoral local; inmejorable oportunidad para elegir al o la candidata más sensata, al más inteligente, al más pulcro, al más honrado, al más digno, al más derecho… ¡Oh, no! ¡No existen los prohombres en Chiapas! Debo ser directo al decirlo: Debe elegirse al menos sinvergüenza de entre todos. Existe esa última opción, por si no lo cree.
A usted, a todos corresponde responder a la sociedad, a sus hijos, a sus nietos, a su familia, a sus amigos, con un voto inteligente; No lo desperdicie por una despensa, una camiseta que al rato estará llena de hoyancos (como las calles de nuestros pueblos y ciudades), por una gorrita; por 200, 300, 500, mil pesos. Una despensa le quitará el hambre medio día; un voto razonado, le dará trabajo para mantener a su familia sin hambre, siempre.

POLÍTICOS EN PENA.- Los ya candidatos para Tuxtla Gutiérrez, están listos para la arena que les pongan enfrente; habrá de todo. No nos interesan, desde luego, berrinches, lloriqueos, acusaciones y demás puestas en escena que indiquen impotencia, impericia, irresponsabilidad, desesperación y debilidad de los contendientes. La contienda real, se presume, será entre Paco Rojas y Fernando Castellanos. Los otros pobres, deberían mejor regresar a casa a ver los aburridos partidos de la selección mexicana. Y esperemos que las propuestas no giren en torno a valijas Vuitton y cajas de zapatos. ● Hablando de ese asunto, al candidato del PVEM, sus asesores le están tendiendo la cama para perder. ¿A quién se le ocurrió exhibirlo como plañidera acusando una campaña de desprestigio en contra suya? En primer lugar, debió hacerlo la dirigencia estatal (o la municipal, si es que existe) y no el candidato. Fernando Castellanos, por lo visto, tiene a los enemigos dentro, no fuera. Mal inicio. ● Que el tal Leonardo Guirao, aquel exalcalde que tiró toneladas de billetes en casi todo el estado mientras su pueblo moría y muere de hambre, está metiendo mano en las elecciones. El dinero, fluye como cascadas impresionantes para apoyar a sus candidatos locales. ¿De dónde sale tanto dinero? El tipo, dice ser pobre. ¿De dónde, entonces? Debe ser investigado, antes que el fuero lo proteja… Aunque dicen que ya está siendo investigado y rumores hay, en base a los resultados de dicha investigación, que podría no tomar posesión como diputado federal. ● Que le bajaron los sumos al partido Mover a Chiapas. Y no desde la oficina de Juan Carlos Gómez Aranda, sino del inquilino mayor de Bucareli. Suficiente ha sido la derrota del PRI en Chiapas, como para que un “moradito”, le reste más votos. De tal manera que el MOCHIS, tendrá que imponer candidatos perdedores, para no desafiar las órdenes superiores. ● Hablando del que habla fuerte en la SEGOB, un político costeño, presumió que el mismísimo Miguel Ángel Osorio Chong, le habló a su celular para decirle que él y nadie más que él sería el candidato del PRI a la alcaldía de su pueblito. ¿Sabe usted quién es? Le doy una pista: es un soberbio de primer nivel, prepotente, abusivo y loco. Dice ser, el amado de todos los tiempos de los ferrocarrileros. ● A Los Jaguares de Chiapas, no les pagan el sueldo. ¡Ah, pero trajeron a Ricardo Antonio Lavolpe como entrenador! Hay versiones que ese equipo, se va de Chiapas. Si no en ésta temporada, en la siguiente. O antes que empiece el próximo torneo. Si en la FIFA se destapó la corrupción, que no se sepa que pasa con el equipo pablista que fue traído para ocultar la corrupción imperante en ese entonces.

PURGANTE.- María Elena Orantes López, la derrotada candidata a la gubernatura, sacó a relucir su inconformidad tras la derrota de su partidito en Chiapas, el Movimiento Ciudadano, propiedad de uno de los gobernadores más corruptos que haya tenido Veracruz, justo en los tiempos de Salinas de Gortari: Dante Delgado Rannauro. La exsenadora, acusó al gobernador de “tirar la piedra y esconder la mano”, asunto que al chiapaneco común y corriente, ni le va ni le viene. El caso es que agregó que el PRI-PVEM, ganaron la elección federal por la corrupción y otras lindezas ilegales de ambos partidos. Lo que olvidó doña Nena es que su hermano, Hernán de Jesús Orantes López, fue candidato —y ganó—, por esa “maldita” coalición. En otras palabras, la ex de todas las ex (porque ha estado en todos los cargos posibles, gracias a su capacidad para mentir) acusa a su hermano de corrupto. ¿O es Chuchi el único pulcro, honrado y limpio de esa alianza? Algunos griegos, los miembros de dos o tres tribus hebreas e incluso los más pervertidos romanos, lavaban con lejía sus labios, antes de besar ciertas partes innobles y pudendas de sus objetos de placer, o antes de injuriar a su más acérrimo enemigo. Ojalá, doña “Ex”, haya hecho lo mismo.

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