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Cero tolerancia a la violencia

Aldert Zepeda, prepotente, ineficiente, corrupto.
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto
@ksheratto

La “explicación” ofrecida, ya nadie la cree. Siempre es lo mismo. Por cobardía o por ausencia de principios y valores, los mal llamados “maestros”, provocan desmanes y luego culpan a actores externos, a grupos de bandidillos sin oficio que también se hacen llamar “anárquicos”. Los destrozos de ayer en el Congreso del Estado, fueron de inmediato facturados a quienes, según los maestros, no pertenecen a su movimiento, una especie de asonada sin control ni estrategia que cada vez, es más violenta.
Buenas o malas, las reformas son necesarias para reinsertar a la vida social a un sector que se niega a acatar normas más estrictas y las bases de una educación más apegada a los tiempos que se viven.
Basta ver las faltas de ortografía en las mantas, pintas y carteles de los maestros para convencernos que en realidad, la educación requiere de un espectacular giro. ¡No se puede defender un esquema educativo caduco y padre de toda ignorancia! Hemos visto con pena y vergüenza que hasta la palabra “educación”, la escriben con “s”.
La extrema violencia, la destrucción de espacios públicos y la constante represión contra quienes opinan distinto a ésos, es otro síntoma revelador en una lucha que se ha alejado de los principios rectores de la otrora buena educación.
Las voces de los supuestos maestros, por desgracia, no pueden ser escuchadas; aquí aplica aquel viejo adagio que dice que sus actos suenan tan fuerte, que no se puede oír lo que dicen. Y es francamente, cierto. No es posible compartir y respaldar un movimiento violento; no se puede apoyar a quienes salen a las calles a afectar los derechos e intereses de terceros. Hacerlo, sería derruir los principios —tan pocos y tan endebles— de una convivencia armoniosa.
Los destrozos causados ayer, son sin lugar a dudas, una acción deleznable, repudiable. Son muestra de incivilidad, abierta provocación y ausencia de respeto a las personas y las instituciones. No merecen, sus protagonistas, respeto ni respaldo de la sociedad. Por el contrario, deben ser abierta y enérgicamente repudiadas, en virtud que se atenta contra la paz pública y el desarrollo de la vida cotidiana del resto de ciudadanos que, para escozor de los violentos, son inmensa mayoría.
La oposición de los rijosos a reformas educativas, no puede tener sustento en actos al margen de las normas que rigen a la sociedad. Mientras la civilidad esté ausente de los reclamos magisteriales, la respuesta de la sociedad será contraria los objetivos que ésos persiguen.
La tolerancia es válida en todo conglomerado humano; pero no puede ser aplicable en éste tipo de situaciones. Por lo tanto, el Estado de Derecho, debe prevalecer por encima de cualquier interés particular o de grupo que atente contra la mayoría de ciudadanos.
Si la protesta social se ha criminalizado, desafortunadamente, es por la utilización excesiva de la violencia. Justos pagan los pecados de quienes exigen tolerancia, pero no son tolerantes; profesan el arte de “educar”, pero demuestran que desconocen el oficio.
¿Hasta cuándo la tolerancia hacia los radicales seguirá mermando la fuerza del Estado y la fortaleza de la sociedad? Por muy justas que sean las demandas magisteriales, éstas solo son, por desgracia, motivo para delinquir. Eso es grave y muy preocupante. Vergonzante, además.

Alcalde abusivo

Todo parece indicar que el edil de Berriozábal, Albert (o Aldert) Zepeda, goza de total impunidad ante ciertas autoridades de primer nivel de la actual administración. Deben ser, como suele suceder, funcionarios que se benefician de la corrupción del alcalde de ése municipio.
De entrada, Zepeda, lleva una administración descontrolada y llena de fraudes y desvíos notorios de recursos públicos. Todos lo saben. Los órganos para dizque erradicar la corrupción, la Contraloría, el Congreso del Estado, la Comisión de Hacienda. Pero todos están empeñados en encubrir los malos manejos del presidente municipal, quien ha logrado comprar la conciencia de la mayoría de regidores con contratos y prebendas varias.
Pero lo que ha empezado por derramar el vaso es que, derivado de las denuncias (al menos eso dice uno que otro perredista trasnochado) del regidor Ricardo Alcázar Mata —que antes fue su aliado incondicional—, Zepeda ordenó el secuestro o presunta detención del padre de éste, un anciano de nombre Ricardo Alcázar Petris.
Se presume que fue una detención, puesto que en ésta, dicen testigos, participaron elementos de la Procuraduría, sin que hayan presentado una orden de aprehensión. Esto último, desde luego, configura el delito del que ahora acusan al alocado alcalde. Evidentemente, ahí, todo está mal.
Pero causa harta preocupación que, estando las cosas tan mal, nadie haga algo y por el contrario, algunas autoridades se presten para reprimir a los detractores de Zepeda. Eso es mucho más grave porque se está cayendo en actos extrajudiciales que, se supone, ya no deben suceder en un país que ha firmado todos los tratados internacionales en materia de tortura, secuestro institucional, represión, en fin.
Ahí, a vuelo de pájaro, el delincuente es el alcalde; a él debieron detener para que pague por sus fechorías, no al padre del denunciante sistemático. Eso es justicia. Lo demás, es un exceso que debe ser investigado a fondo.

Tarjetero

*** Hace unos días detuvieron a un tal Hugo Enrique Garay Ramírez, acusado de manejar en total estado de ebriedad. En muchos medios se dio a conocer la información. El caso es que éste sujeto, es el alcalde en funciones de Cintalapa. Sí, así como lo leyó. Porque el alcalde constitucional, ni sus luces. Garay Ramírez es quien manda, ordena, reprime, todo. Pero hay más: al sujeto en mención, se le corrió de Chiapas Solidario por hacer mal uso de los recursos públicos. Más aún, se manejó en corrillos políticos que a éste, como sanción, se le habría inhabilitado para ocupar un cargo público durante determinado tiempo. ¿Quién le autorizó a ejercer otro cargo si legalmente le estaba impedido? Es que en Chiapas, no pasa nada y pasa de todo a la vez. *** Por fin se confirmó que en la lucha contra el crimen organizado, se está matando a los muertos. El caso del afamado Chayo, lo comprueba. Solo aquí pasan cosas insólitas. *** El Día del Niño, el Día de la Mujer, cualquier día dedicado a determinado grupo o sector social, vemos y oímos discursos grandilocuentes sobre derechos y demás cosas de cada quien. Pero solo en esos días. El caso de una niña tzotzil, originaria de Mitontic, aprehendida por las autoridades por órdenes de un juez, es para locos. La niña, de apenas 14 años de edad, decidió abandonar a su marido en San Juan Chamula, debido a problemas familiares. Primero, la sentenciaron a pagar una multa de casi 25 mil pesos por ese hecho. Al no pagar, la metieron a la cárcel. Y sale de ahí, solo si paga esa multa. Es una barbaridad. Una injusticia que debe ser frenada, ¡ya! No es posible que por un lado, griten discursos y por otro, se permita ese tipo de atrocidades. Increíble. *** Luego nos leemos.
amksheratto@hotmail.com

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