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La riesgosa levedad del Estado

Violencia imparable. (Foto: www.yopasolavoz.com)
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto
@ksheratto

Rebuscar culpables del estallido armamentista en Michoacán, es tarea fácil. Ahí, los intereses financieros de los grupos dedicados a actividades al margen de la ley, prohijaron una casta de políticos de la que, conforme pasa el tiempo, no queda nada en las sombras. A su vez, éstos, los políticos producto de aquel dinero, cobijaron con la ley en la mano a sus patrocinadores.
Es el círculo vicioso perfecto que hoy nadie parece tener la fórmula para romperlo. Ya porque las estrategias militares-policíacas son endebles, ya porque la fuerza de los grupos armados es irrebatible o ya porque éstos, cumplen con el calificativo oficial: es el crimen organizado.
Mientras, el Estado como garante de la paz pública y orquestador de políticas públicas para certificar el bienestar general, se debate entre la desidia y la levedad que hasta hoy, solo ha dejado lamentables resultados que dejan a los mexicanos en medio de un charco de sangre y la incertidumbre que arrastra a todos al caos… Pero más allá aún: a la posibilidad de la expansión de la crisis y consecuentemente, a una guerra interna que por cierto, muchos ya la consideran como tal, por lo menos en Michoacán.
Aquel estado, cuya riqueza cultural es vasta y cuyos habitantes son de amplia nobleza, de pronto cayó en las garras de la ingobernabilidad, la impunidad y las complicidades entre malos y más malos. Su actual gobernante es, a todas luces, un hombre sumamente enfermo, lo que le resta facultades humanas para enfrentar una crisis que se ha salido de las manos de todos.
Tardíamente, el Gobierno Federal ha dispuesto toda la fuerza policial y militar para reestablecer el orden. Pero ello resulta insuficiente, pues los grupos armados ya han echado raíces y cuentan, si no con la complicidad de miles, por lo menos con el terror de éstos, quienes como instinto para preservar la vida, se apegan a los dictados de éstos. Y cuando el Estado pierde el control sobre los gobernados, la cosa es de alto riesgo.
La medida urgente a tomar en aquel estado debería ser la inmediata sustitución, definitiva, del gobernador Fausto Vallejo. Esto desde luego, atendiendo los preceptos constitucionales y la autonomía michoacana. Incluso, si el Poder Legislativo de aquella entidad desatiende la realidad de su estado, ahí está el Congreso de la Unión que tiene amplias facultades para intervenir y lograr un cambio de administración que empiece por dar certidumbre jurídica a Michoacán.
No hay otra opción, desafortunadamente; enseguida, implementar un operativo, efectivo y eficaz, para someter a todos los grupos armados que operan en esa entidad. De lo contrario, se corre el riesgo que más temprano que tarde, se escurran para otros estados y entonces, ya no se puedan frenar ni volviendo a refundar a la Nación.
La levedad no es recomendable en estos momentos en Michoacán. El exceso de la fuerza, tampoco. Debe haber un punto medio que agilice una solución sin más derramamiento de sangre. Es punto, estamos seguros, lo conocen las autoridades federales, pero no entendemos por qué, hasta hoy siguen actuando con poca determinación y menos energía.
Mientras persista la suavidad gubernamental, aquellos tendrán más oportunidades para desarrollarse y extenderse. México no puede ni debe caer, bajo ninguna circunstancia, en las absolutistas garras de grupos armados con distintos intereses. Permitirlo será tanto como operar a favor de ellos.

Poco crecimiento

Son, definitivamente, malas noticias. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía mexicana, no crecerá al ritmo que el gobierno de Peña Nieto tenía previsto. Será de un punto menos, según ese organismo. Es decir, solo crecerá el 3 por ciento y no el 3.9 por ciento como habían anunciado los encargados de las finanzas mexicanas.
Esto habla no de un mal cálculo, sino de una deliberada mentira por parte del Banco de México, la Secretaría de Economía y otros sectores que mantienen la triste idea que con cifras alegres, van a sacarle la sonrisa a los ciudadanos.
Con esas percepciones, el aumento a los impuestos, el alza en el índice del desempleo y el raquítico aumento salarial dictado en México, se prevé un año complicado para la economía, especialmente la de las familias.
Esto sin duda, preocupa e indigna. Mientras el Estado se robustece con una nómina insultante, el Producto Interno Bruto, que es el que finalmente determina el rumbo de la economía popular, baja ostensiblemente, lo cual nos indica con perfecta claridad que la política financiera nacional, va por mal camino.
Ante éstos hay dos opciones a considerar: la reconversión de lo hasta ahora “logrado” en materia hacendaria, laboral, financiera y económica o la inminente preparación para contener el descontento popular, una vez que cada ciudadano caiga en cuenta que, lejos de alejarse de la pobreza, se está insertando más dentro de ésta.
Ojalá y exista una mente brillante en el gabinete económico del Gobierno Federal para recomponer las cosas. El país no está para más actos en contra del interés público.

Tarjetero

*** Que en la casi desmantelada secretaría de Pesca y Acuicultura (así la dejó el académico emérito y demás títulos nobiliarios, su Excelencia, Don Plácido Humberto Morales Vásquez), se avizoran serios problemas, en virtud que el sucesor del antes citado, no sabe ni en que bomba de tiempo lo fueron a sentar. Se dice que muchos pescadores, andan muy, pero muy molestos por la falta de acción del muchachillo que fue nombrado titular. Ya veremos en qué termina el asunto. *** Que las reformas recién aprobadas por el Congreso, son “progresistas”, dicen algunos legisladores. Sí, porque solo progresan los políticos. El pueblo sigue en las mismas. *** Luego nos leemos.
amksheratto@hotmail.com

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