Ir al contenido principal

Critican texto de Hernández Navarro

Defienden a candidata del PRD a la gubernatura.
Ideas invitadas

El origen familiar y la función pública

Gerardo Orantes Jordán*

Periodista Luis Hernández Navarro:
Le escribo algunos comentarios acerca del artículo publicado en el Diario La Jornada (http://www.jornada.unam.mx/2012/02/21/opinion/019a1pol)

Voy a empezar por las coincidencias.

Es triste para todos aquellos que consideramos que México necesita una izquierda funcional, observar la cantidad de irregularidades que hay en el PRD. Es cierto, en Chiapas, el PRD es un partido que se ha prostituido por espacios políticos. Una muestra clara de ello es la alianza que sostuvo con el PAN en las últimas elecciones.

Los demás partidos políticos tampoco se han caracterizado por prácticas democráticas, ni mucho menos, pero ese es otro tema. En fin, celebro que critique el hecho de que nuestra izquierda no está funcionando como debería.

Ahora bien, dada la forma en que redactó el artículo, no me quedan claras las intenciones de su texto. El titulo es “El PRD: el estercolero chiapaneco”. Sin embargo, dedica gran parte de éste a mi familia. Como periodista, usted tiene la oportunidad de hacer uso de la palabra para criticar, denunciar, proponer.

No obstante, al pretender descalificar a un contendiente a la gubernatura por rumores, asuntos personales o acusaciones a miembros de su familia, usted está tirando a la basura la oportunidad que su profesión le ofrece.

En el momento que juzga a la senadora por Orantes por su origen familiar y no por su función pública, está perdiendo objetividad, pero sobre todo, está emitiendo un juicio sobre una familia completa, mi familia.

Cuando usted hace mención de la carrera política de la Maestra Orantes, se fía de rumores de sus colegas, de la carrera política de su marido, de una supuesta relación de amistad con Elba Esther Gordillo, pero no hay un solo argumento en su texto. Dice que promovió su agenda personal, pero no dice cómo. Menciona que promovió iniciativas, pero no deja claro cómo no se comprometió a que se volvieran leyes.

“Durante años, los Orantes han sido dueños de vidas y mujeres”, dice su texto. Periodista, ¿cuál es el vínculo entre esa frase y “El PRD: El estercolero chiapaneco”?

En pocas palabras, nadie que se exprese a favor de la democracia, se ofendería si usted hace una crítica al trabajo de la senadora como funcionaria pública o una crítica a la disfuncionalidad de un partido. Lo que no se da cuenta es que al descalificar a María Elena Orantes por ser miembro de una familia, nos descalifica a todos los Orantes.

Señor Hernández Navarro: recuerde que el periodismo debe, finalmente, servir a la sociedad. Su texto es poco útil, porque en vez de sumarnos a quienes pensamos que la izquierda en México debería funcionar mejor, ofende a quienes pertenecemos a la familia Orantes al hacer un juicio sobre nuestro apellido.

Señor Periodista: su texto es flojo ya que sentencia como culpables de un asesinato a toda una familia sin mayor argumentación y contribuye a que la izquierda, siga siendo entendida en Chiapas como una eterna confrontación, incluso violenta, entre “los pobres y los ricos”.

Francamente, es lamentable encontrarse con notas con tal nivel de irresponsabilidad y tan laxas de argumentos; notas que enardecen, despiertan pasiones y reviven odios, en vez de contribuir a la construcción del estado que necesitamos los chiapanecos. Lo invito a reflexionar sobre la responsabilidad que implica tomar la pluma y ponerse a escribir.

Señor Periodista: estoy muy interesado en contribuir a mi estado. Considero que la crítica es ejercicio indispensable en aras de la democracia, pero un texto irresponsable, como el que usted publicó, lejos de unir, divide a quienes deseamos un Chiapas mejor.

Quedo a sus órdenes.

gorantesj@hotmail.com

Estudiante de las licenciaturas en Matemáticas Aplicadas y Actuaría del ITAM.

Las más leídas

Elba Esther Gordillo, sinónimo de corrupción y arbitrariedad

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Cínica, la pseudodirigente magisterial no deja lugar a las dudas respecto a su debilidad por el dinero ajeno. Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que

Apunte sobre la entrevista Scherer-Zambada

Fichero Político Angel Mario Ksheratto "El narcotráfico está en toda la sociedad", dijo el capo de la droga al periodista Julio Scherer García, fundador de "Proceso". A juicio de uno de los capos más buscado y perseguido por los gobiernos de México y Estados Unidos, toda acción legal contra el narcotráfico, no modificaría el posicionamiento que han logrado y que, deja entrever, se ha alcanzado gracias a una de las enfermedades crónicas que padece el país: la corrupción. Frente al emblemático periodista mexicano, Julio Scherer García, uno de los referentes periodísticos de mayor trascendencia en América Latina, el capo suelta una verdad estremecedora, abrumadora, perturbadora: “el narco está en la sociedad”. Para los persecutores de éstos, la frase debería ser un reto; para los mexicanos, es desalentador. El flagelo ha permeado por todas partes, en todos los estratos sociales, en todos los rincones de la región. Es, quieran o no reconocerlo las autoridades de todos l

Las rabietas de MVC

Artículo Único Angel Mario Ksheratto D e manera imprevista, el senador golpea con fuerza el lujoso e impecable escritorio; suelta imprecaciones, enreda sus dedos en el cabello y, con los puños cerrados, vuelve a castigar al mueble en el que no hay un solo papel. —¡Es un malagradecido!, —explota y se queja—: ahora, ni la llamada me toma… Ni él ni sus funcionarios, ¡carajo! La urgencia de hablar con su sucesor —y no obtener respuesta—, tiene fundados motivos para enfurecerlo: seis de sus ex colaboradores, están siendo seriamente investigados y de al menos cuatro, se tienen evidencias claras de desvíos de recursos y uno, ya tiene orden de aprehensión, misma que, inexplicablemente, no se ha ejecutado. Aunque por lo pronto, las indagaciones de millones de pesos desviados no lo alcanzan a él, sí a sus funcionarios, lo que mediáticamente podría afectarle en sus aspiraciones para saltar del Senado al Gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde donde pretende construir una