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Presidenciables, ¿desmemoriados o ignorantes?

Peña Nieto, crítico de literatura...
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


“Ha nacido un estadista”, aparece diciendo el expresidente Vicente Fox, en cuyas manos aparece la portada de un periódico en el que se resalta la confusión de Enrique Peña Nieto entre Fuentes (Carlos) y Krauze (Enrique), durante la Feria Internacional del Libro, celebrada en Guadalajara, Jalisco. Es la caricatura de Hernández en el diario La Jornada, en la cual, el ingenio mexicano resume la tragedia literaria de gobernantes y aspirantes a serlo.
En su momento, el expresidente Fox cambió de nombre y apellidos a Jorge Luis Borges, llamándole “José Luis Borgues”; ayer, Ernesto Cordero, aspirante del PAN, llamó Isabel a la autora de “La isla de la pasión”, cuyo verdadero nombre es Laura Restrepo.
Todo pudiera pasar como un mero resbalón de la memoria; a todos suele sucedernos que de pronto, olvidamos algunas cosas, muchas veces, las más simples y fáciles. En cuestión de literatura, he oído a muchos fanfarrones que presumen lecturas de autores inexistentes y obras que jamás han sido escritas. Conozco a muchos otros que andan con los brazos atiborrados de libros, pero que ni por desgracia, los abren para leerlos.
Pero cuando se trata de un hombre o una mujer que viven de la política y que por tanto, se presume, deben ser gente muy bien preparada, la cosa cambia. Y molesta a muchos.
No porque se quiera a un gobernante erudito en todas las ciencias, sino porque la ignorancia manifiesta, delata. Si autores de lectura obligada como Enrique Krauze y Carlos Fuentes, son con tanta facilidad confundidos, estamos no ante una breve traición de la memoria, sino ante la indiferencia de un político pues, los dos escritores mexicanos son clave para entender al México moderno.
En “La Presidencia imperial”, Krauze hace todo un diagnóstico del país; las recurrentes crisis políticas y sociales, la corrupción, los secretos del PRI para mantenerse en el poder, en fin, es un libro imprescindible para todo aquel que quiera dedicarse a la política. Todo aspirante a un puesto público, debería leerlo, no una, sino muchas veces.
Igualmente, en “La silla del águila”, Fuentes construye el verdadero retrato de la política mexicana, desde los aztecas hasta la agonía electoral del PRI.
¿Es mucho esperar que los políticos estén al tanto de nuestra historia reciente? Puede ser que sí sea mucho… Para ellos es mucho, por desgracia. Lo que resulta escalofriante es que entre ellos, se burlen por los yerros comunes. Ernesto Cordero, tras enterarse del imperdonable olvido de Peña Nieto, se soltó la lengua. Junto a él, muchos panistas se burlaron del priísta. Los epítetos utilizados, sin embarco, como el boomerang, regresaron a las pocas horas. Cordero cambió de nombre a la insigne escritora colombiana, Laura Restrepo. Ni a quién irle. Ignorancia absoluta y preocupante por todos lados.
De lo que no nos quedan dudas es que los aspirantes a la presidencia son una de dos cosas: desmemoriados a propósito o ignorantes sin cura. Ambas cosas, por supuesto, son inaceptables. No se puede aspirar al más alto cargo de la nación, con ese nivel de ignorancia.
Si nos ubicamos en Chiapas, no esperemos cosas mejores. Hay aspirantes a la gubernatura que ni siquiera saben cuántos artículos tiene la Constitución; otros que no saben los apodos de algunos municipios. Otros más, ignoran por completo, cuántos habitantes tiene la entidad.
Sería bueno que una exigencia para aspirar a cargos de elección popular, se tuviese como norma, que los candidatos demuestren haber leído, por lo menos, unos diez libros. Y eso también sea exigencia para los funcionarios. Hay algunos que, de verdad, dan lástima y asco.
Hace algunos años, mientras cenábamos en un restaurante de Tuxtla con un grupo de amigos, se sentó a la mesa, sin invitación, el entonces rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, un tal Jorge Ordóñez. Nuestra charla giraba en torno a un proceso electoral que se avecinaba y de lo que cada uno de los comensales, en su personal experiencia, tenía que decir. Solíamos desahogarnos cada noche de sábado en ese lugar.
El rector, que yo creía, por el cargo que ostentaba, era un hombre culto y que por tanto, iba a hablar de cuestiones académicas, se soltó a hablar de un famoso programa de televisión, de esos que produce Televisa para gente sin el menor nivel cultural: “Big Brother”. ¡Y era rector universitario! ¡Qué poco nivel cultural! Yo diría que nulo.
Como ese, abundan entre los funcionarios. Conozco políticos que creen que María Angulo fue emperatriz de Chiapas; en fin, los resbalones de los políticos, son aleccionadores. Ojalá ellos aprendan de sus errores.

Tarjetero

*** Hace algunos días, por las redes sociales se supo que Pablo Abner Salazar, preso por actos de corrupción, se habría declarado “preso político”. En la declaración filtrada por esos medios, el tirano acusa al actual gobierno, precisamente de los delitos que él cometió cuando mal gobernó Chiapas. Dice el tirano que éste gobierno, tiene secuestrados a todos los Poderes del Estado. ¿Acaso no fue él quien expulsó al presidente del Tribunal? ¿No persiguió e inventó delitos al presidente de la CEDH? ¿No sometió al Congreso del Estado? Ninguna autoridad moral tiene Pablo Abner para andar de patriotero rabioso. Como hemos dicho siempre: ¡Que se aguante! Sea hombre y reciba el castigo que se merece, sin quejarse de nada. Sus víctimas, nunca se quejaron. ¡Se machito! *** “Rápido y furioso” ya es un escándalo imparable. Ahora se sabe que también lavaron dinero en México. O sea, los delincuentes, son los mismos que atacan la delincuencia. *** Vienen los informes municipales. Muchos alcaldes, se dice, no tienen nada qué informar. ¿Y las entidades para procurar que no se fuguen los recursos? *** Luego nos leemos.
amksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com

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