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Las pretensiones de Peña y Moreira

Peña Nieto y Moreira Valdez, imposiciones bajo la mesa.
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El Partido Revolucionario Institucional está resuelto a no modificar las actitudes que lo llevaron a la derrota en el año 2000; la soberbia, la simulación, las imposiciones y las decisiones cupulares arbitrarias, siguen siendo el elixir que los mantiene en la prehistoria de la política moderna mexicana. El caso Chiapas es la mejor prueba de ello.
Si un partido mantuvo su capital político y social tras el descalabro frente a un pragmático Vicente Fox Quesada y una negociación de alto nivel en cuanto a la gubernatura en ese mismo año, ha sido el PRI de Chiapas. La “derrota” del 2000, como ha quedado históricamente probado, fue un acuerdo bajo la mesa entre el entonces saliente Presidente Ernesto Zedillo y líderes de la izquierda que juraron aceptar el cómputo final de votos, a cambio del gobierno chiapaneco, encabezado por el tirano Pablo Abner Salazar, quien había amenazado con desatar un conflicto social de grandes dimensiones si no le otorgaban, ilegalmente, el triunfo.
El priismo chiapaneco acató aquella inicua transacción; en aras de mantener la estabilidad, argumentaron entonces, los pocos que admitieron las negociaciones turbias. Los cotos de poder de movilización priísta, no se vieron afectados. Ni en las elecciones del 2006, pues el candidato triunfador, no procedía de las filas de la izquierda, sino, era un distinguido militante tricolor que, inconforme con las imposiciones centralistas del CEN del PRI, se acogió a las siglas perredistas. Historia vieja y conocida por todos.
El PRI chiapaneco siguió siendo fuerte; en la práctica, fue el que hizo ganador a Juan Sabines Guerrero. Los dirigentes priístas que se refugiaron en un entonces debilitado PRD, mantuvieron su control y capacidad de convocatoria. En las elecciones intermedias, ha sostenido esa teoría: pocos distritos y alcaldías ha cedido a sus opositores. Insisto: sigue siendo un partido fuerte, nos guste o no.
No obstante, la cúpula nacional de ese partido, parece no entender la situación; entre un desacreditado Humberto Moreira y un ensoberbecido Enrique Peña Nieto, intentan repartir las candidaturas en Chiapas a gente que no es militante de su partido y lo que mucho más vergonzante y ofensivo, entre gente que ni siquiera es chiapaneca.
Según las pretensiones de Moreira y Peña Nieto, la candidatura del PRI al Gobierno del Estado, la han determinado a favor del Partido Verde Ecologista, cuyo principal contendiente, carece de un discurso sensato, honorable, contundente, serio y responsable.
Para el Senado de la República, intentan imponer a Mónica Arriola Gordillo, hija de la corruptísima líder “moral” del magisterio, Elba Esther Gordillo, del Partido Nueva Alianza, más conocido como “el Panal”. Dos de los más importantes cargos de elección popular, para un partido distinto al suyo. Esto nos indica con toda claridad que tanto Peña Nieto como Moreira Valdez, ignoran la historia reciente de su partido en Chiapas y sobre eso, pretenden someterlo a decisiones improcedentes, determinaciones que lesionarían gravemente la unidad de su órgano político en la entidad.
El argumento que han presentado es que deben respetar los convenios de las alianzas celebradas recientemente. En contraparte, cientos, miles de priístas locales, alegan que es un acto de imposición inaceptable y por tanto, dicen algunos, la rebelión podría alcanzar alturas insospechadas.
No es para menos; en otros estados, Moreira y Peña, pretenden hacer lo mismo, lo que ha generado el constante envío de misivas a la cúpula priísta exigiendo la renuncia del actual presidente partidista… Hasta ahora, solo buscan derrumbar a Humberto Moreira, quien enfrenta serias y graves acusaciones de corrupción en Coahuila, estado al que recién gobernó.
Y es que a ningún priísta le ha gustado la intención de los dos virreyes que conducen al PRI nacional. Si hacemos listas, el PRI local tiene a por lo menos, cinco precandidatos fuertes, inteligentes y capaces, para la gubernatura. Si ponemos a todos éstos frente a Manuel Velasco, el candidato del PVEM que pretenden i poner desde la Ciudad de México ¡por Dios!, lo hacen polvo discursivamente hablando.
Señores, el “Güero” Velasco, es un muchacho cae bien, carismático, amable, querendón, bonitillo, agradable, simpático… Lo que quieran; pero la verdad es que su discurso es para niños de preprimaria. No sabe otra cosa que no sea repetir lo que los boletines oficiales hacen publicar. Si lo comparamos con María Elena Orantes, Sami David, José Antonio Aguilar Bodegas, Arely Madrid y Roberto Albores Gleasson, nada tiene que decir. Aprecio mucho al mequito Velasco, pero francamente, no está preparado para ser candidato. No tiene recursos discursivos y dudo mucho, que tenga un proyecto sólido y confiable para Chiapas.
A menos que en breve presente un buen programa de gobierno y nos dé muestras que no solo sabe gritar incoherencias en las plazas, podríamos decir lo contrario. Esperemos decirlo algún día.

Tarjetero

*** Hablando del Partido Verde, es inconcebible que al dueño de ese partido, el PRI lo quiera llevar en la primera fórmula para el Senado de la República. Jorge González Martínez, en el pasado, fue exhibido extorsionando a empresarios de Cancún; lo vimos todos en la televisión. Está siendo investigado por cuestiones hacendarias y por si fuera poco, es sospechoso de haber estado presente en el presunto suicidio de una extranjera, en su departamento en Cancún. Todos sabemos la clase de corrupto que es y con todo, los priístas lo impulsan. ¿Tendremos, si gana el PRI, otro sexenio de impunidad y corrupción? Parece ser que sí. Desgraciadamente. *** Manlio Fabio Beltrones, declinó sus intenciones de ser candidato a la Presidencia de la República; dijo que era para mantener la unidad del PRI. ¡Vaya! *** Ulises Grajales, dizque diputado local, subió ayer a la Tribuna del Congreso local para aplaudir la recolección de armas llevada a cabo recientemente. Dio cifras y números que la verdad, nadie entendió. Con amigos y defensores así, mejor es no intentar nada. *** Carlos Jongitud Barrios, a quien Elba Esther traicionó ante Carlos Salinas de Gortari para luego convertirse la cacique del magisterio, murió ayer. *** Siempre no se venderá Mexicana de Aviación. Imperan ahí, las presiones de los monopolios. *** Tuxtla Gutiérrez, sitiado por reparación de calles, marchas y plantones. Ayer martes fue caótico. Y ni quien ponga orden. *** Luego nos leemos.
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