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| Sospechan que Renata Cabrera, negocia con delincuentes. |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Si un mote habría de ponerse a la jueza Renata Cabrera Sánchez, éste sería el de “La reina de la corrupción”; con un largo historial delictivo —sí, no hay en ninguna legislación del mundo, un término jurídico-legal distinto para calificar a quien contraviene deliberadamente la ley—, la presunta administradora de la justicia en Simojovel, ha vuelto a atraer las miradas con un hecho que evidencia su devoción por retorcer los renglones de la justicia y que además, pone en entredicho la aplicación de la justicia en Chiapas.
En julio pasado, un grupo de delincuentes —encabezados por Abelardo González Gómez, hermano del actual tesorero de aquel municipio— secuestraron al ganadero Gonzalo Zúñiga Mijangos, en pleno parque central y a la vista de todos. La víctima, como pudo, se defendió de los cuatro hombres que participaron en el ilícito, alertando a la Policía Municipal que inició la persecución de los plagiarios.
Según cuenta el propio Zúñiga Mijangos en un documento en poder de Fichero Político, entre forcejeos y golpes, logró saltar del vehículo en marcha poniéndose a salvo, en tanto que los gendarmes municipales perseguían a los criminales. Éstos fueron detenidos tras la persecución. Hasta ahí, todo bien. Perfecto.
Pero éstos tuvieron la “fortuna” de haber caído en las manos de una jueza incompetente y, muy probablemente, corrupta. Sus antecedentes en Pichucalco y Tapachula, así lo confirman. En la primera ciudad, liberó a un grupo de delincuentes que luego serían recapturados en Tabasco, donde perpetraron una masacre familiar. En Tapachula, su actuar estuvo siempre acompañado de quejas por malos tratos, acusaciones de favorecer a los detenidos y señalamientos de prepotencia y corrupción.
Así, Abelardo González Gómez, Javier Velasco Sánchez y Pedro Ruiz Jiménez, obtuvieron su libertad, por ordenamiento judicial, firmado y avalado por Renata Cabrera Sánchez, quien en su descargo, ha dicho que fue la Procuraduría de Justicia la que no presentó las pruebas de rigor para sentenciar a los secuestradores… ¡Pero si fueron detenidos en flagrancia!
El auto de formal libertad a los tres secuestradores, se dictó a solamente 25 días de haber cometido el delito. Un tiempo verdaderamente sospechoso. Hasta donde se tiene conocimiento, el Ministerio Público seguía otras líneas de investigación, pero la jueza, en un acto que llama la atención, los liberó sin esperar los elementos que la institución encargada de aportar pruebas, preparaba para robustecer la acusación contra los criminales.
La inescrupulosa liberación de los tres sujetos, ha sido duramente cuestionada; el principio de flagrancia, los testimoniales, las declaraciones judiciales, el reconocimiento pleno de éstos tanto por la víctima como por los policías que participaron en la detención, fueron ignorados por una jueza que es vista con desconfianza y preocupación, especialmente porque muchos ciudadanos han externado quejas en torno a su actuar.
Y es que al lado de la jueza en cuestión, labora un sujeto al que solo reconocen como Carlos, quien es el encargado de “negociar” con los facinerosos su liberación; de hecho, en Simojovel, El Bosque, Bochil, Huitiupán y diversas comunidades de la región, opera una peligrosa banda de asaltantes, cuyos miembros han sido plenamente identificados: Los detienen y en menos de lo que canta un gallo, la susodicha, los deja en libertad… Y ahí siguen, asolando a la ciudadanía.
Cabe señalar que cuando fungió como jueza en Pichucalco, junto con Miguel Ángel Villalba Sánchez, “trabajaron” de la misma manera; Villalba, como Magistrado de la sala penal de esa zona, firmaba los expedientes, sin hacer las revisiones de rigor.
Es de recordar que el magistrado, fue el juez de consigna durante la dictadura pablista; bajo ese cargo, juzgó, sin pruebas, a cientos de ciudadanos que eran considerados enemigos de aquel delincuente, hoy, afortunadamente, en la cárcel.
Nos preguntamos: ¿Dónde está la lucha contra la impunidad? ¿Quién protege a una jueza que trabaja en beneficio de la criminalidad? ¿Acaso Villalba Sánchez sigue mandando en el Poder Judicial? ¿Quién más se beneficia económicamente con las ganancias de la jueza?
Renata Cabrera Sánchez, por sus actos al margen de la ley, debería estar en prisión; no libre y peor todavía, “impartiendo” justicia y liberando a gente que hace daño a la sociedad. Se ha dicho una y otra vez que no se permitirán actos de corrupción. Ahí hay uno; evidente. Insoslayable, insostenible, indefendible.
¿Actuarán las autoridades? ¿Investigarán a fondo a ésta mala funcionaria? Las evidencias contra los secuestradores liberados, son más que claras; no tiene ni por dónde ni qué argumentar la jueza Cabrera. Esperemos que no encuentre más complicidad para seguir medrando con la justicia y poniendo en riesgo a los chiapanecos. Sería fatal para la administración de la justicia.
Tarjetero
*** Los panistas se van por la elección interna de candidato a la Presidencia de la República. Todo indica que, si se respeta la voluntad de los borreguitos que habrán de asistir a las asambleas, el increíblemente “cae mal” Ernesto Cordero, quedará como hasta ahora: hasta muy atrás de la cola. Es que la verdad, no sabemos quién le dijo a éste pobre hombre que tenía las de ganar. Caprichos de Calderón, aseguran algunos. *** Hay que estar alertas; según las autoridades, en las próximas horas, podría descender la temperatura, además de incrementarse las lluvias. *** Más concesiones a los que ya tienen. Sí, los concesionarios de radio ayer recibieron más documentos, de manos del presidente Felipe Calderón, que les acreditan más estaciones de radio. Y eso que se está en medio de una campaña contra los monopolistas. Congruentes, los tíos. *** “El turismo de aventura es el segmento más innovador de esta actividad económica; promoverlo contribuye a ofrecer, para nosotros significa una imagen más objetiva de nuestro país y especialmente de nuestro estado para el mundo”. Palabras del gobernador Juan Sabines Guerrero, durante la inauguración de la Cumbre Mundial del Turismo, en San Cristóbal de las Casas. *** Luego nos leemos.
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