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El reconocimiento de Calderón

Insuficientes los recursos para hospitales: Presidente
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


Los presidentes como los peces, por la boca mueren. En abril del 2009, el presidente Calderón anunció que a finales del 2011, México habría alcanzado el estatus de “cobertura universal de salud”; esto significaba que habría médicos suficientes, medicina suficiente y tratamiento hospitalario adecuado. En cada estado donde se ha dado la declaratoria de cobertura universal, el discurso ha sido optimista: se han alcanzado los objetivos, se ha superado la grave problemática.
Incluso, se han ofrecido cifras para la inversión y números altos en cuanto a beneficiados se refiere.
Pero ayer, durante el ya tradicional rito político en Tlaxcala, el mismo mandatario desalentó a los mexicanos al decir que no hay medicinas suficientes para los pacientes y quejarse de la mala atención que persiste en los centros asistenciales del país.
Aunque instó al personal médico a mejorar la calidad en la atención, dejó atónitos a todos cuando afirmó que “no hay dinero que alcance” para surtir de medicinas a los hospitales. Para justificar la crisis, puso como ejemplo a Estados Unidos, donde, según Felipe Calderón, “varias decenas” de millones de ciudadanos, no cuentan con seguro médico. Remató: “Muchos países en el mundo, no han alcanzado la cobertura universal, ya no digamos muchos países en desarrollo, como México”.
El discurso de mandatario, por fin se ubica en la realidad. Al hospital que vayamos, nos vamos a encontrar con deficiencias que delatan carencias dolorosas. No hace mucho le relaté el caso de un niño que murió en Tuxtla Gutiérrez por falta de atención médica adecuada, por un lado y por otro, porque no había espacio para él en el centro hospitalario a donde fue llevado de emergencia. La madre de éste sigue peleando una cuantiosa indemnización y el policía a quien las autoridades del nosocomio ordenaron no dejar entrar a más pacientes por falta de espacio, sigue preso, acusado del homicidio de aquel infante.
En los hospitales del IMSS, los pacientes deben comprar sus medicinas porque en la farmacia de la institución, no hay en existencia; y eso que por ley, esa dependencia está obligada a surtir de medicinas o en caso contrario, reembolsar al usuario, los gastado en proveedores particulares. Cuando se trata de una cirugía o heridas punzo-cortantes, los familiares del paciente deben comprar el algodón, alcohol, gazas, agua destilada y ya no se diga las medicinas que en las farmacias, están a precios desorbitantes.
Con las deficiencias a las que se refirió ayer el señor presidente, nos vemos obligados a preguntarnos por qué se siguen haciendo declaratorias de cobertura universal, si no hay los elementos para así considerar a algunos estados.
Debemos suponer que antes de hacerlo, se deben tener garantizados los servicios médicos, de asistencia y desde luego, debe haber personal calificado para ofrecer un servicio de primera calidad. Hay hospitales donde las batas de médicos y enfermeras, son, literalmente, hilachas. Esto solo por poner un ejemplo dramático.
Es de reconocer la buena voluntad de Calderón Hinojosa; hace su mejor esfuerzo, lucha tesoneramente, pero como él mismo lo admitió ayer, los recursos son insuficientes para cubrir la demanda de millones de mexicanos. Hace unos días en el Estado de México, aseguró que el llamado Seguro popular, alcanzó ya, la cifra de 103 millones de afiliados. Perfecto.
Es un seguro aparentemente gratuito, meramente popular. Pero ¿de qué sirve que tenga millones y millones de afiliados si éstos se topan, en varios estados del país, con hospitales en la pobreza extrema? Es como si un ave desplumada intentase empollar a sus huevos sobre un témpano de hielo. Ante la falta de dinero como el presidente admite, debería haber otras estrategias, otras formas de proteger la salud de los ciudadanos. Pero ya no con discursos ni con actos que, evidentemente, son solo para tapar el ojo al macho.
Si otro reconocimiento debemos hacer al mandatario, es su capacidad para reconocer lo que está fallando. No se ha anclado en el discurso bonito y barato, sino que ha dicho, con todas sus palabras, la realidad; ya sea que lo expresado ayer en Tlaxcala hubiese sido un exabrupto al margen de sus cuidadores de imagen ó ya sea porque quiso ser honesto, la cuestión es que tiene razón: las deficiencias en el sector salud federal, son notorias.
Pero más, preocupantes; indignantes y por qué no decirlo, deben ser motivo para una reflexión de fondo… Y no para revertir las aspiracionjes del pueblo.

Tarjetero

*** El desorden en la UNACH, es grave; la rectoría, por falta de seriedad y responsabilidad, permite la manipulación, el chantaje y la irresponsabilidad de quienes, siguiendo instrucciones del prófugo Ángel René Estrada Arévalo, exrector universitario, desestabilizan esa casa de estudios. Obviamente no se puede esperar más de Jaime Valls; es un hombrecillo endeble, manipulable, irresponsable, sin criterio propio. Aprovechando la debilidad del rector, Hilda María Jiménez Acevedo y Susana Sosa Silva, hacen lo que les viene en gana. La primera, porque busca vengar lo que dice, le hicieron a su protector, el antecesor del pobre Jaimito; la segunda, porque quiere ser rectora. Ambas están acabando con el programa LINEA, para empezar. Y la rectoría, deja que lo destruyan. ¡Qué lástima! *** La Junta Local de Conciliación en Tapachula, sigue haciéndose de la vista gorda en el caso de los maestros del CONALEP despedidos durante la dictadura pablista. Julián Domínguez, pablista de hueso colorado y enquistado en la actúalo administración, obvio, defiende los intereses de su anterior jefe, lo que lo ha llevado a presionar para que la JLC, desoiga y altere los hechos. Según los afectados, Susana Martínez Cueto, titular de la Junta en Tapachula, dictó un laudo plagado de errores, pese a que existía previamente, una sentencia federal a favor de los maestros reprimidos por la dictadura. Para el colmo, Julián Domínguez contrató a un abogado “de su confianza” para defenderse de los demandantes, mismo que está cobrando casi tres veces más del adeudo y hasta ahora, no ha logrado nada. ¿Corrupción? ¿Negocios bajo la mesa? Ya lo veremos. *** Todo un enredo (sin duda, alimentado por la corrupción) el caso de los locales del mercado de Ocosingo, propiedad de tres mujeres emprendedoras. Un mercado público, pasa a ser propiedad privada, los aparentes dueños, manipulados por un abogado y un juez sin escrúpulos. Y ninguna autoridad que intervenga. Es una larga historia que poco a poco iremos desmenuzando. *** El gobernador Sabines recibió ayer a gobernadores del grupo de trabajo “Clima y Bosques”. Por cierto, el mandatario pidió a sus colaboradores, no abstenerse de denunciar la corrupción. Buena medida. Ningún corrupto debe estar dentro del gobierno. Ni uno. Cero. Y en eso, colaboraremos denunciándolo públicamente. *** Luego nos leemos.
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