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De encuestas y fracasos electorales

Peña Nieto, del plato a la boca...
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


Nunca, las encuestas, son de fiar; la experiencia ha dado siempre el mismo resultado: cifras acomodadas al mejor postor. Como mecanismo de medición electoral, la aportación es pobre, raquítica. Al menos para el ciudadano bien informado. Sin embargo, no deja de llamar la atención que a un año de las elecciones, los encuestadores estén acaparando la atención del público con números que, manipulados ó no, inducen a la reflexión con respecto al posicionamiento de los principales aspirantes a la Presidencia de la República.
Los resultados de los sondeos realizados por diversas empresas, son apabullantes a favor de Enrique Peña Nieto; entre 25 y 35 puntos por encima de su más cercano competidor, Manuel Andrés López Obrador a quien ubican entre el 12 y el 17 por ciento de la preferencia electoral en general. Los aspirantes panistas, a la cola: oscilan entre el 6.8 al 13 por ciento. Lo anterior si globalizamos a las encuestadoras.
Evidentemente, los números son fríos y poco calculados, pero en cierto modo, dibujan el mapa electoral de un país con severos problemas de credibilidad y confianza en sus políticos. Sorprende, por ejemplo, que los aspirantes del partido en el poder, aparezcan con porcentajes extremadamente bajos. Ernesto Cordero, secretario de Hacienda y considerado el candidato del Presidente Felipe Calderón, se sitúa con apenas el 6.8 por ciento de las preferencias, en contraste con el 51 por ciento que favorece a Peña Nieto.
La abismal distancia entre el priísta y el panista es interpretada como la expresión de desacuerdo del electorado con la administración de Calderón Hinojosa, pero principalmente, con la política económica de México, conducida precisamente por Cordero. No obstante, las mismas encuestadoras, reportan un crecimiento de la popularidad del Presidente en los últimos dos meses, que subió de entre 44 a 55 puntos. ¡Toda una enredadera!
En el rejuego de números de cara a la elección del 2012, vemos que la calificación de los partidos es pésima: PAN 26, PRI 38 y PRD 21. De los partidos chicos, el de la reina de la corrupción Elba Esther Gordillo, es decir, el PANAL, es el que menos cuenta con la aprobación de la ciudadanía. Tiene apenas 7 puntos en su cuenta. Un indicativo que sobresale porque podemos notar una pérdida de credibilidad importante en las instituciones políticas. Lo anterior, de la encuesta realizada por la empresa Consulta Mitofsky.
Ahora bien y siguiendo los fríos números de CM, al interior del PAN, Santiago Creel Miranda encabeza las preferencias con el 19.1; Josefina Vázquez Mota 18.7, Alonso Lujambio 5.5 y Ernesto Cordero 4.6. En el PRI, Enrique Peña Nieto, cuenta con el 63.7 por ciento, mientras que Manlio Fabio Beltrones, apenas alcanza el 7.3; enorme la diferencia. En el PRD, el 32.1 apoyaría la candidatura de Marcelo Ebrard, mientras que el 29.4, prefiere a Manuel Andrés López Obrador. De todo éste merequetengue de números contrapuestos, se desprende que de haber sido las elecciones en el mes de julio pasado, Peña Nieto hubiese ganado con el 54.7 por ciento de los votos. Marcelo Ebrard se hubiese conformado con el 32.1 por ciento y Santiago Creel, con apenas el 16.9 por ciento. Berumen y Asociados, Gallup y otras empresas, no están lejos de coincidir con Mitofsky.
Ahora bien, ¿son los resultados de los sondeos determinantes? No. Aunque las empresas dan a conocer su metodología, nada es confiable. La lógica del país es distinta a los números.
En el proceso electoral pasado, Manuel Andrés López Obrador encabezaba las encuestas. Todos daban por hecho que él sería el Presidente. Y perdió. Perdió por su bocota. A Calderón hubo encuestadoras que lo ubicaban en tercer lugar. ¿Es Peña Nieto, según las empresas encuestadoras, el candidato idóneo? ¿Estamos ante el imperio de los números? ¿Perdió el sistema de partidos su eficacia? Todo indica que sí.
Para algunos, el eventual triunfo del todavía gobernador del Estado de México, sería un retroceso; la continuidad del PAN, significaría un desastre descomunal y el arribo del PRD, un serio peligro para la democracia y los derechos humanos. Ninguno, al parecer, llena las expectativas de un país urgido de un cambio de rumbo.
Mientras, seguiremos siendo bombardeados por cifras especulativas que carecen de sentido común.

Tarjetero

*** Según Pablo Abner Salazar, su traslado al penal de Huixtla, es una acción contraria a sus derechos humanos. Nada qué ver. Son procedimientos normales dentro del sistema penitenciario. Sus lloriqueos por ese traslado, eran de esperarse. Nunca ha tenido la gallardía para enfrentar su realidad. Ahora llora y patalea. Cuando él ordenó el encarcelamiento de cientos de ciudadanos inocentes, hizo lo que le dio la gana; pisoteó derechos, abusó de su posición de gobernante. No puede por tanto, exigir lo que negó a los inocentes. Debemos insistir en sugerirle que se aguante. Que sea hombre. Se ve ridículo llorando por cualquier mosquito que pasa frente a sus narices. Cuando fue poderoso, no tuvo compasión de nadie; se comportó como un criminal. Ahora debe pagar sin rezongar. *** No cabe duda que algunos políticos, se pasan de cualquier raya. Carlos Avendaño Nagaya anda haciendo la propuesta en el sentido que todos los candidatos pasen por el llamado “control de confianza”, que incluye exámenes toxicológicos, psicológicos y poligráficos. De no ser porque la propuesta viene de un político con fama de mentiroso, le creeríamos tantito. Imagínese si le hubiesen hecho a Carlitos la prueba del polígrafo… ¡No fuera diputado! Ahora sí, Avendaño Nagaya, salió bien gandalla. *** Diputados locales sostuvieron reunión de intercambio de ideas con funcionarios peruanos. Juan Aquino, presidente del Congreso, ofreció a los visitantes, una amplia explicación de cómo el Gobierno de Chiapas ha podido sortear diversos problemas para superar sus ancestrales problemas. *** A la par de los programas de reforestación que se están llevando a cabo en el estado, sería interesante implementar una reforma que endurezca las penas a los taladores. Que en ésta se incluya un veto absoluto a éstos para que accedan a cargos de elección popular. Nadie estaría en contra de ello. *** Que el alcalde de Tapachula se ha encerrado a piedra y lodo; sus razones tendrá, pero debió haber pensado antes de meterse a camisa de once varas. *** ¡Vaya! Por primera vez vemos al senador ecologista, Manuel Velasco, cerca de un árbol. Pensamos que ese rollo de la ecología era mero cuento güero. Y es que la verdad que de ecologista, el Partido Verde no tiene ni pizca. *** Todo es bueno, si al mismo tiempo, se realizan acciones ejemplares; en el PRD, dicen, había un cochinero en las finanzas. Ya corrieron al anterior encargado del dinero. Lo exhiben como un sinvergüenza, pero hasta ahí. Deberían fincarle responsabilidades penales. Es lo justo. Lo demás es reyerta de cantina. *** Luego nos leemos.
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