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Reflexiones, no rasgaduras ante muerte de SRG

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


Hablar de la obra de don Samuel Ruiz García es hablar de gran parte de la historia moderna de Chiapas. Polémico, provocador, controversial, supo siempre ocupar el lugar que le correspondía: el de los indígenas pobres por quienes luchó hasta el hartazgo de las autoridades civiles y eclesiales, quienes a la hora de su muerte, se han rasgado las vestiduras para rendirle tributo. No fueron pocos los que, desde las más altas esferas del poder, le atacaron ferozmente, acusándole de todas las desgracias sociales que se suscitaban como consecuencia del olvido institucional en que se encontraban. Y siguen en las mismas.
Hace años, cuando un puñado de indígenas tuvo la osadía de declarar la guerra al Gobierno Federal, armados con piedras, machetes y escopetas de palo, el entonces obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, jugó un papel preponderante, tanto para frenar el embestida del ejército mexicano, como para convencer a los indígenas que estaban al margen del grupo guerrillero, no involucrarse en una aventura que parecía —y fue— una acción iconoclasta que contrastaba con la cultura de lucha pacífica que se predicaba desde los púlpitos comunitarios.
Sin embargo, supuestas investigaciones oficiales sobre la actividad real del Emérito, le endilgaron la promoción de la violencia en Los Altos de Chiapas. No faltaron los informes mediante los cuales se afirmó que él fue el principal promotor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional e incluso, sugirieron que el comandante en jefe del EZLN, era él y no el subcomandante Marcos, mucho menos la Comandancia General de esa agrupación que por cierto, perdió su credibilidad a los pocos años de haber surgido.
Nada se pudo comprobar; todo quedó en meras conjeturas que fueron enlistadas en las acciones de una supuesta “guerra sucia”, una guerra de baja intensidad que igual, quedó en la gran pantomima en que se convirtió la guerra, salvo el tema de la territorialidad que ha sido una especie de segregación admitida.
A la muerte del “Tatic”, como le conocían a don Samuel Ruiz en las zonas indígenas, sin duda vendrá un torrente de acciones y reacciones. Habrá quienes teman una escalada militar para arrinconar a los zapatistas y poner fin a años de sometimiento guerrillero a miles de indígenas que no comulgan con el grupo armado; otros sin duda, harán sugerencias salidas del contexto político actual.
Lo cierto es que el momento es para reflexionar; tanto sobre la obra del Obispo Emérito, como de las condiciones en que sobreviven sus defendidos. Muchos pudieron no estar nunca de acuerdo con sus métodos y formas, pero en una cosa parecen coincidir: los indígenas siguen siendo objeto de abusos de toda índole. ¿Por qué no trabajar en su beneficio? Ayer mismo, la Arquidiócesis hizo un reconocimiento a la labor del obispo Ruiz García; reconoce las condiciones de sus protegidos, pero no esboza un plan para que la Iglesia continúe la obra que inició. Eso es grave.
Porque la Iglesia está obligada a ayudar… Y no a atacar a quienes ayudan, como lo hicieron con don Samuel.
Parece que la Iglesia está del lado de los ricos, no de los pobres.

Atención a migrantes

Hace unos días, el Gobierno local instaló una mesa interinstitucional para atender a los migrantes provenientes de Centro y Sudamérica. Plausible. Ello nos obliga, otra vez, a exigir al Gobierno Federal, mayor atención a los deleznables actos que en contra de éstos, cometen los empelados del Instituto Nacional de Migración. Está probado que los abusos son de esa célula dependiente de la Secretaría de Gobernación, no de los chiapanecos, como sugieren algunos informes de prensa en reportajes intencionalmente reciclados.
El trabajo para garantizar seguridad, decoro y dignidad a los viajantes, debe ser conjunto. El gobierno chiapaneco ha sido consistente en su intención de salvaguardar los derechos de los migrantes. No ha vacilado en sostener los pilares para un trato respetuoso. Pero falta la buena voluntad del Gobierno Federal para hacer una purga dentro del personal del INM. Mientras sigan los mismos malos elementos, los abusos van a seguir. La corrupción no se puede combatir con discursos, sino con acciones contundentes, determinantes.
Hace unos días se reportó el asalto a cinco migrantes guatemaltecos por parte de empleados del INM. Hasta ahora, solo a uno de éstos suspendieron. El resto quedó protegido bajo el manto de la impunidad. Insisto: El gobierno de Juan Sabines Guerrero está haciendo lo adecuado, lo correcto; pero poco se podrá avanzar si no hay, de parte de la administración calderonista, una acción ejemplar que devuelva la confianza en la dependencia migratoria.
Ojalá lo entiendan y hagan lo conducente.

Tarjetero

*** Sí, como no. Hilary Clinton, secretaria de Estado de la administración Obama, nos viene ahora con el cuento que México debe seguir la lucha contra el crimen organizado. Cómo no son ellos los que están poniendo los muertos y la sangre, se les hace fácil venir a dar órdenes. ¿Hasta cuándo entenderán que México es un país independiente y no solo la “frontera” de Estados Unidos? Habrá que recalcarle a la señora Clinton que el problema de las drogas se va a terminar cuando ellos, los gringos, dejen de ser drogadictos. Si no lo fueran, no habría trasiego de drogas a su país. Nosotros nada tenemos qué ver con sus adicciones. Y las autoridades locales deben definir cuál es su papel en los intereses de los Estados Unidos. Ó son el guardia de seguridad de los gringos ó son los garantes de la Constitución mexicana. Es su decisión. *** Mi profundo agradecimiento a las muestras de afecto y amistad mostradas durante el festejo de mi cumpleaños, el fin de semana pasado. Muy agradecido. *** Luego nos leemos.
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