Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El ahora exprocurador de Justicia del
Estado de México, enfrenta acusaciones
de abuso de autoridad por parte de
las nanas de Paulette Gebara Farah.
De Bazbaz, a “Babas”; Alberto, el hombre de todas las confianzas de Enrique Peña Nieto, el que aseguró que Paulette Gebara Farah había sido asesinada y puso como principal sospechosa a la madre de ella, Lisette, reculó y salió con un cuento chino que al no tener una pizca de fundamento, terminó por devorarlo y llevarlo no solo al paraíso de los millones de desempleados en México, sino a la posibilidad de un juicio por las inconsistencias, yerros, mentiras, engaños, dolo, mala fe y abusos que en detrimento de la institución que hasta ayer encabezó, cometió cuando fingió “investigar” la muerte de Paulette. Las presiones tras el increíble informe mediante el cual cambia su inicial versión del asesinato, obligaron a Peña Nieto a prescindir de sus cuestionados servicios y claras evasiones de la realidad.
Renunció ayer mismo (más bien, lo obligaron a hacerlo) al cargo de Procurador General de Justicia del Estado de México, sin que se sepa bien a bien, cuál será su futuro inmediato.
Para algunos, el banquillo de los acusados, pues ayer mismo, un par de horas antes de hacerse oficial su retirada del cargo, las nanas de Paulette, Erika y Martha Casimiro, denunciaron haber sido víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos durante el tiempo que estuvieron arraigadas.
Acusan a Bazbaz de haberlas mantenido incomunicadas y revelaron un detalle que la PGJEM mantuvo oculto durante las investigaciones: Realizaron cateos en las casas de los familiares de las dos nanas, recurriendo, los “investigadores” en abuso de autoridad, intimidaciones, amenazas y otras accio0nes propias de los que se dedican a “procurar justicia”.
Modestas, Martha y Erika solo piden una disculpa pública, empero, de comprobarse que la dependencia a cargo de Bazbaz incurrió en violaciones constitucionales, debemos asumir que habrá una acción penal, formal, para deslindar responsabilidades.
Es lo menos que Peña Nieto debe ordenar, en aras de salvar su atropellada credibilidad como aspirante presidencial. Porque la renuncia de Alberto Bazbaz, no es suficiente; la justicia quedaría mocha y estaríamos hablando no de un acto de congruencia del gobierno peñista, sino de una representación circense, enderezada para burlarse de la sociedad. De hecho, legisladores del PAN y el PRD del EDOMEX, ya habían denunciado penalmente al ahora exprocurador de Justicia por el mismo caso. ¿Encubrió Bazbaz al, ó la, ó los asesinos de Paulette.
Todo indica que sí, que no se trató de inconsistencias y fallas durante el proceso de investigación, sino de mañas oficiales para que nunca se supiera la verdad. Debido a la frialdad y dureza que Lisette Farah mostró desde sus primeras apariciones en la televisión y a supuestas contradicciones ministeriales, todo mundo sospechó de ella.
Y contra ella se fue Bazbaz y su equipo de “investigadores”. La arraigaron junto a su marido y las dos nanas. Los liberaron sin ofrecer mayores explicaciones. Lisette denunció públicamente que un hermano de su marido le habría ofrecido una generosa cantidad de dinero para que se fuera del país.
La idea, suponemos, era que al irse, demostrarse su culpabilidad y la declararan prófuga de la justicia. Ese punto jamás fue investigado. ¿Fue el padre de Paulette el asesino? ¿Su tío? Hasta ahora, el único resultado cierto es que Alberto Bazbaz, ya no es Procurador de Justicia del EDOMEX. Y las preguntas siguen siendo las mismas, preguntas sin respuestas.
Mientras, la credibilidad de Peña Nieto no tiene forma de levantarse. En materia de procuración de justicia, no garantiza absolutamente nada a los mexicanos, si es que todavía tiene intenciones de buscar la Presidencia de la República. ¿Cómo creer a un aspirante presidencial su discurso sobre justicia si en su casa no ha sido capaz de darnos una muestra de su capacidad para luchar contra la impunidad y la corrupción?
Hasta ahora, quieran o no admitirlo, la principal sospecha es que Bazbaz, se corrompió y por ello cambió el resultado de las investigaciones. No hay otra explicación lógica acerca de su proceder. ¿Acaso recibió órdenes de Peña Nieto para que actuase en contra de los intereses de los mexiquenses? Puede ser. Los Gebara tienen harto dinero y con dinero, dice Wilfrido Vargas, “baila el perro”.
No lo quisiéramos creer, pero hasta que no digan la verdad, la sospecha prevalecerá. Eso es irrefutable.
Tarjetero
*** ¿Se acuerda de “La Familia Burrón? Pues ayer, su autor, el caricaturista Gabriel Vargas, falleció, a los 95 años, en la Ciudad de México. Vargas fue un icono del arte gráfico en el país. Descanse en paz. *** Y hablando de muertitos en política, Manuel Sobrino, el prestanombres de Pablo Abner Salazar, por fin renunció a su aspiración de ser alcalde capitalino. Se declaró enfermo y decidió dejar la contienda. Era lo mejor. El pobre chamaquito, no sabía ni dónde queda la Avenida Central y además, sus ligas con la dictadura le pesaron mucho. Pero ahí, la culpa la tiene Arely Madrid que vendió cara esa candidatura. En fin, cosas de los priístas. La pregunta es: ¡recuperará su dinero invertido Sobrino? *** Ya son varias denuncias de ciudadanos que se quejan que supuestos policías ingresan a las casas bajo el argumento de “denuncia anónima” y causan destrozos. ¿Y las garantías constitucionales? *** Dan risa los nuevos diputados “rateros” que entraron como suplentes de los que se fueron como candidatos. Y les decimos “rateros”, porque nomás van por un rato a calentar la curul; cuando pierdan los propietarios, tendrán qué decirles “bye, bye”. *** Que Gabriel Soberano podría ser quien entre al quite tras la renuncia de Manuel Sobrino. *** Luego nos leemos.
ksheratrto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
El ahora exprocurador de Justicia del
Estado de México, enfrenta acusaciones
de abuso de autoridad por parte de
las nanas de Paulette Gebara Farah.
De Bazbaz, a “Babas”; Alberto, el hombre de todas las confianzas de Enrique Peña Nieto, el que aseguró que Paulette Gebara Farah había sido asesinada y puso como principal sospechosa a la madre de ella, Lisette, reculó y salió con un cuento chino que al no tener una pizca de fundamento, terminó por devorarlo y llevarlo no solo al paraíso de los millones de desempleados en México, sino a la posibilidad de un juicio por las inconsistencias, yerros, mentiras, engaños, dolo, mala fe y abusos que en detrimento de la institución que hasta ayer encabezó, cometió cuando fingió “investigar” la muerte de Paulette. Las presiones tras el increíble informe mediante el cual cambia su inicial versión del asesinato, obligaron a Peña Nieto a prescindir de sus cuestionados servicios y claras evasiones de la realidad.Renunció ayer mismo (más bien, lo obligaron a hacerlo) al cargo de Procurador General de Justicia del Estado de México, sin que se sepa bien a bien, cuál será su futuro inmediato.
Para algunos, el banquillo de los acusados, pues ayer mismo, un par de horas antes de hacerse oficial su retirada del cargo, las nanas de Paulette, Erika y Martha Casimiro, denunciaron haber sido víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos durante el tiempo que estuvieron arraigadas.
Acusan a Bazbaz de haberlas mantenido incomunicadas y revelaron un detalle que la PGJEM mantuvo oculto durante las investigaciones: Realizaron cateos en las casas de los familiares de las dos nanas, recurriendo, los “investigadores” en abuso de autoridad, intimidaciones, amenazas y otras accio0nes propias de los que se dedican a “procurar justicia”.
Modestas, Martha y Erika solo piden una disculpa pública, empero, de comprobarse que la dependencia a cargo de Bazbaz incurrió en violaciones constitucionales, debemos asumir que habrá una acción penal, formal, para deslindar responsabilidades.
Es lo menos que Peña Nieto debe ordenar, en aras de salvar su atropellada credibilidad como aspirante presidencial. Porque la renuncia de Alberto Bazbaz, no es suficiente; la justicia quedaría mocha y estaríamos hablando no de un acto de congruencia del gobierno peñista, sino de una representación circense, enderezada para burlarse de la sociedad. De hecho, legisladores del PAN y el PRD del EDOMEX, ya habían denunciado penalmente al ahora exprocurador de Justicia por el mismo caso. ¿Encubrió Bazbaz al, ó la, ó los asesinos de Paulette.
Todo indica que sí, que no se trató de inconsistencias y fallas durante el proceso de investigación, sino de mañas oficiales para que nunca se supiera la verdad. Debido a la frialdad y dureza que Lisette Farah mostró desde sus primeras apariciones en la televisión y a supuestas contradicciones ministeriales, todo mundo sospechó de ella.
Y contra ella se fue Bazbaz y su equipo de “investigadores”. La arraigaron junto a su marido y las dos nanas. Los liberaron sin ofrecer mayores explicaciones. Lisette denunció públicamente que un hermano de su marido le habría ofrecido una generosa cantidad de dinero para que se fuera del país.
La idea, suponemos, era que al irse, demostrarse su culpabilidad y la declararan prófuga de la justicia. Ese punto jamás fue investigado. ¿Fue el padre de Paulette el asesino? ¿Su tío? Hasta ahora, el único resultado cierto es que Alberto Bazbaz, ya no es Procurador de Justicia del EDOMEX. Y las preguntas siguen siendo las mismas, preguntas sin respuestas.
Mientras, la credibilidad de Peña Nieto no tiene forma de levantarse. En materia de procuración de justicia, no garantiza absolutamente nada a los mexicanos, si es que todavía tiene intenciones de buscar la Presidencia de la República. ¿Cómo creer a un aspirante presidencial su discurso sobre justicia si en su casa no ha sido capaz de darnos una muestra de su capacidad para luchar contra la impunidad y la corrupción?
Hasta ahora, quieran o no admitirlo, la principal sospecha es que Bazbaz, se corrompió y por ello cambió el resultado de las investigaciones. No hay otra explicación lógica acerca de su proceder. ¿Acaso recibió órdenes de Peña Nieto para que actuase en contra de los intereses de los mexiquenses? Puede ser. Los Gebara tienen harto dinero y con dinero, dice Wilfrido Vargas, “baila el perro”.
No lo quisiéramos creer, pero hasta que no digan la verdad, la sospecha prevalecerá. Eso es irrefutable.
Tarjetero
*** ¿Se acuerda de “La Familia Burrón? Pues ayer, su autor, el caricaturista Gabriel Vargas, falleció, a los 95 años, en la Ciudad de México. Vargas fue un icono del arte gráfico en el país. Descanse en paz. *** Y hablando de muertitos en política, Manuel Sobrino, el prestanombres de Pablo Abner Salazar, por fin renunció a su aspiración de ser alcalde capitalino. Se declaró enfermo y decidió dejar la contienda. Era lo mejor. El pobre chamaquito, no sabía ni dónde queda la Avenida Central y además, sus ligas con la dictadura le pesaron mucho. Pero ahí, la culpa la tiene Arely Madrid que vendió cara esa candidatura. En fin, cosas de los priístas. La pregunta es: ¡recuperará su dinero invertido Sobrino? *** Ya son varias denuncias de ciudadanos que se quejan que supuestos policías ingresan a las casas bajo el argumento de “denuncia anónima” y causan destrozos. ¿Y las garantías constitucionales? *** Dan risa los nuevos diputados “rateros” que entraron como suplentes de los que se fueron como candidatos. Y les decimos “rateros”, porque nomás van por un rato a calentar la curul; cuando pierdan los propietarios, tendrán qué decirles “bye, bye”. *** Que Gabriel Soberano podría ser quien entre al quite tras la renuncia de Manuel Sobrino. *** Luego nos leemos.
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