Ir al contenido principal

"Las joyas del Príncipe", al rescate de valores musicales

Muchos artistas no trabajan por amor a México, sino al dinero y la fama: Macías

Angel Mario Ksheratto


El cantautor, arreglista y compositor
chiapaneco, aboga por mejorar la
calidad en la industria musical.

Desentendido de los estereotipos artísticos que imponen modas más que talento, Carlos Macías, se declara antes que nada, un hombre que guarda sus triunfos pasados para prepararse todos los días en proyectos nuevos, atractivos. “No me interesa el físico; la moda en el arte de cantar es ser atlético, fortachón, ojiverde, güero ‘mamado’. A mí eso no me llama la atención –me dice y agrega–: Me interesa el arte, la voz, el talento y la virtud para despertar multitudes; tener un cuerpazo, es solo ilusión colectiva que, terminada la presentación, se olvida”. Lo dice con tal confianza que da la impresión de ser parte de sus ideas aún antes de concebirlas. Centradito el hombre, a pesar de su independencia de todo.
Los artistas tienen fama de insensibles en temas más allá de sus intereses comerciales. La música actual; es para locos y chamacos sin la menor idea de sí mismos. Por eso me atreví a preguntarle sobre ése tema, sabedor que matizaría sus respuestas. Pero no: abrió su corazón y dijo lo que todo artista consciente de la realidad de la música actual, diría con el afán de dar, como él mismo dice, lo mejor de sí mismo. Otro, hubiera tratado de no sembrar espinas en su camino.

–Carlos, estás inmerso en un proyecto que llama la atención por dos razones: por la calidad y trayectoria de los participantes y porque surge de un artista joven, prácticamente desconocido en la gran industria musical, independientemente de tus trabajos, algunos ampliamente reconocidos…

–Es un sueño acariciado de muchos años; yo me involucré en la música escuchando a José José, como muchísima gente. Soy un fan más de los millones que tiene el maestro. Me decidí hacer éste proyecto porque independientemente de la voz de José José, es la letra, son las canciones a las que más envidia les tengo; son los autores a los que más pánico les tengo porque las letras de Manuel Alejandro, de Rafael Pérez Botija, Armando manzanero, José María Napoleón, son canciones que influyeron total y absolutamente en mi vida para que empezase a escribir. Entonces, no solo es un homenaje al Príncipe ni su voz, sino a su talento que es innegable e inmenso; es también a las canciones. Grabamos “Volcán”, “Lo que un día fue no será”, “Te quiero así”, “Te quiero toda, toda” del maestro Manuel Alejandro… Es un proyecto muy acariciado que me ha costado muchísimo, en el que han intervenido gentes como Miguel González Alonso, el doctor Nemesio Ponce, Mario Coello, que son gentes que me han ayudado moral y hasta económicamente ó recomendándome con alguien, porque es un proyecto que está grabándose con Big Band, una orquesta muy grande de la Ciudad de México, con muchos metales, pianos, batería, cuerdas en vivo.
Es un proyecto que a nivel musical combina el jazz con el pop, porque yo quiero que las generaciones de jóvenes se peguen un poquito más a la buena música, que oigan a los músicos en vivo; es bueno que muchos amigos tengan la oportunidad de tocar con un teclado y sonar como una orquesta, pero esa no es mi idea. Queremos que los jóvenes realmente aprecien la música buena; lamentablemente ahora tenemos muchas cosas que no son de calidad. Es un proyecto que está lleno de muchas cosas, de mis sueños personales, de los sueños de mi pueblo, de mi tierra, de mis padres, de mis hermanos, mis amigos. Es un homenaje al Príncipe de la Canción, pero también es para darle buena música a la gente. Para mi hubiera sido muy fácil agarrar mi computadora y mi estudio y hacer que sonara como una orquesta y en realidad haberlo hecho todo con un teclado. Estoy pensando en una gira con los músicos en vivo.
A la pregunta de a dónde quiero llegar, mis sueños son demasiado grandes, pero yo lo que quiero es que las personas que lo escuchen, sea uno, mil o millones, entiendan el concepto musical, entienda el sacrificio y entienda sobre todo, el amor que va a haber en un disco como “Las joyas del Príncipe”.

–Me hablas de rescatar la música en vivo, lo que nos recuerda que derivado de las nuevas tecnologías, se ha perdido el talento nato de los músicos, ¿es correcto?

–Así es, desgraciadamente. Algunas veces, por cuestiones de economía, se empezaron a reducir los grupos musicales, por poner un ejemplo; las grandes orquestas casi ya no existen, no las encuentras por ningún lado. De tal manera que ésta es una oportunidad grande para cada vez más gente se sienta contagiada. Kalimba acaba de grabar un disco con Big Band, también en Estados Unods ya están volviendo a grabar con grandes bandas en vivo. Yo espero que más adelante se les antoje un proyecto con músicos de a de veras.

–¿Es factible reimponer ese concepto musical, pero sobre todo, que los jóvenes lo abracen, especialmente si tomamos en cuenta que las canciones que aparecerán en el álbum “Las joyas del Príncipe” son para un público de 35 años para arriba? ¿Podrán reinsertarse esas canciones en el gusto de nuestra juventud, ahora alejada del romanticismo, cuyas canciones hablan más de sexo, violencia y drogas?

–Te lo voy a decir, quién sabe dónde vaya a ser eco, pero los “éxitos” de ahora, son pagados. Los artistas pagan la famosa “payola” que es un mal que nos está dando en la torre a muchos artistas; tú vas a una estación de radio, ponen tus discos pero te cobran tanto. Así, los “éxitos” duran tres meses o lo que aguanta tu bolsillo, lo que dura tu dinero. No son éxitos reales, que el pueblo quiera escuchar y seguir en el gusto de la gente. Por eso la labor que queremos hacer es titánica.
Por otro lado, José José le ha cantado a muchísimas generaciones y los jóvenes de ahora, también conocen la música de José José. A lo mejor en éste concepto va a ser difícil que lo puedan digerir a la primera. Por eso, para ser muy sincero, eché mano de gente como Yahir, que es un chavo que está en permanente contacto con la juventud; a través de él podremos llegar a ése público. Como bien dices, el público va a ser de 35 años para adelante, pero estoy seguro que es factible penetrar en las nuevas generaciones porque les vamos a presentar un producto real, de carne y hueso. Un día, platicando con Armando Manzanero sobre éste tema, nos decíamos que ojalá, un día podamos llenar el estadio “Azteca” como lo hacen Los tigres del norte, como lo hace Belanova. Esperamos que un día, algún artista, sin tener un cuerpazo, ni ojos azules, sin ser el típico artista que ahora tenemos, pueda ofrecer antes que efecto visual, buena música. Para eso necesitamos que los chavos empiecen a ser un poco más selectivos con lo que escuchan.

–Cuéntame algo sobre las experiencias que has tenido con las grandes luminarias que han abrazado con gusto tu proyecto. Por ejemplo, ayer vimos cómo José José se quedó maravillado con el arreglo que hiciste a una de sus canciones. ¿Cómo ha sido tu experiencia con Napoleón, Alejandra Ávalos, Pablo Montero, Yahir, Ana Cirré (que por cierto, la señora tiene una voz privilegiada) y cómo han tomado un proyecto que no viene de un artista de renombre internacional, que no vive en Miami, sino en Chiapa de Corzo? Lo digo, desde luego, sin menospreciar a nadie, sino para que la gente de Chiapas asimile y valore tu esfuerzo.

–Justamente la pregunta que me haces me la he hecho yo mismo. ¿Por qué, gente como Napoleón, Walberto Castro, Yahir, Carmen Salinas, Lupe Esparza, Ana Cirré, Kika Edgar, Pablo Montero, Mirza Maldonado, José Julián, Germán Montero, Alejandra Ávalos y por supuesto, el “Príncipe de la Canción”, el maestro José José?. Mira, al principio del proyecto, el disco no iba a ser de duetos; lo iba a hacer yo solo, cantando con la Big Band, pero, cuando voy a grabar el tema de “Lo que un día fue no será”, que fue el primer tema que grabé, llamé al maestro Napoleón para pedirle autorización para grabar el tema. (Yo con el hijo de Napoleón, tengo cierta amistad; le he hecho algunos trabajos, ha visto mis canciones; conoce más ó menos mi trayectoria). Mientras hablamos del proyecto por teléfono, se me ocurrió proponerle hacer un dueto; pensé que me iba a mandar por un tubo.
Mi sorpresa fue que no solo autorizó el tema, sino que aceptó mi propuesta. Por la calidad de artista que es, por su enorme trayectoria, bien pudo haberme dicho que por qué iba él a participar en un homenaje a José José y por qué mejor, no se le homenajeaba a él. Pero no, muy entusiasmado me dijo que sí y que nos pusiéramos de acuerdo con las fechas. Aquí quiero agregar algo muy importante: todos los artistas que participan en el disco, no me han cobrado un solo peso. Ni siquiera me han preguntado cuánto les va a tocar de regalías. Han escuchado los arreglos y han dicho que sí, en el momento. Ha sucedido con Pablo Montero, Kika Edgar. Con la señora Carmen Salinas pasó algo muy curioso. Estaba ella en la oficina de un amigo, Javier Esponda, comiteco y productor de Televisa, un hombre que ha sido mi ángel de la guarda en éste sueño. Él estaba oyendo una copia del disco que yo le había llevado. Lo escuchó y él le contó que era un proyecto para homenajear a José José, que era un proyecto de un paisano chiapaneco, en fin. La señora Salinas, se emocionó y le pidió a Javier Esponda que me dijera que quería entrar al disco, que quería cantar porque quiere mucho a José José. Obviamente, tiene qué ver mucho el nombre de José José; es un nombre que abre muchas puertas, porque el maestro es muy querido, muy respetado.
Pero cuando un artista es desconocido –a lo mejor yo soy conocido como compositor, pero no como cantante– no tiene las mismas posibilidades. Muchos artistas no me conocían, por ejemplo, Ana Cirré, Alejandra Ávalos, no tenían idea de quién era yo. Al exponerles el proyecto, el concepto, ¡todo mundo se apuntaba! Ha sido maravilloso. Grabar con todos ellos ha sido de aprendizaje, porque aparte de intérprete, soy productor y arreglista del disco. Todo ha sido también en equipo; han trabajado conmigo Samuel Aguiar, Benjamín Flores, Hugo Warhol; hay arreglos del maestro Magallanes, que es una leyenda de la música. Por cierto una de las canciones que grabo solo para el álbum y que se llama “Dos”, la compuso el maestro Eduardo Magallanes para José José en 1972. Cuando me entregó el arreglo –que es muy parecido al original– le pone el maestro en la partitura: “Arreglado en 1972 para José José y arreglado en el 2010 para Carlos Macías”. El mismo arreglo, el mismo compositor, 40 años después.
Las compañías han dado los permisos sin ningún problema; todo se ha ido acomodando. Ha habido momentos importantes y tú fuiste testigo de ver cómo José José me abraza, me da un beso en la mejilla y dice que es una maravilla los arreglos a sus canciones; verlo hasta con lágrimas en los ojos al escuchar los arreglos, fue algo padrísimo.

–Quiero ser terco ésta vez; no eras ni siquiera el hijo de un artista famoso. Eras solo un chavo que llega de Chiapas con un proyecto bajo el brazo, que tiene como virtud lo que todos deberíamos tener: carácter y determinación; fe y confianza en tu proyecto. ¡Vaya, tuviste el atrevimiento de hacer las cosas! Ahora bien, viene la presentación formal del disco, viene dos o tres grabaciones pendientes, ¿en qué etapa de la producción estás?

–El disco va a salir con quince canciones, llevamos diez temas grabados; nos faltan cinco, que los grabo la semana que viene. Mañana viajo a la Ciudad de México; hago la sesión de fotos, el arte; el disco estará saliendo a la venta a nivel nacional, el 20 de abril. Contamos con 49 días para que el disco esté en el mercado. Quiero aprovechar un poco la venta del Día de las Madres. La presentación la estoy planeando para el mes de mayo. El día de ayer tuvimos una buena charla, una buena bohemia y una buena idea que esperemos en Dios se concrete; no quiero quemar la sorpresa, pero va a ser un evento enorme en beneficio de los periodistas. En mayo estaremos también arrancando una gira, ya hay varias plazas interesadas. A principios de junio, el disco estará a la venta en Honduras, Venezuela, Puerto Rico, Estados Unidos y en Colombia.

–¿Qué compañía está trabajando el disco?

–Warner Music, la compañía donde están Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Luís Miguel, en fin, una compañía muy importante.

–Llama la atención que desde Chiapas salgan proyectos que interesan realmente a mucha gente. Sin embargo, nos seguimos preguntando, qué está pasando con el arte y la cultura en Chiapas. ¿Por qué tanto talento y muy pocos destellos?

–¡Híjole! Me dan ganas de decir algo, pero me lo voy a callar. Yo creo que la mayoría de los chiapanecos, que me perdonen lo que voy a decir, pero seguimos teniendo miedo. Muchos tienen miedo de salir, de ir a probar suerte. Yo recuerdo una frase que me decía mi abuelita, cuando me fui a la Ciudad de México a buscar una oportunidad como compositor. Mi abuela Luvia de Paz, a la que quiero y admiro, me decía: “¿Para qué te vas? No te vayas, aunque sea tortillita con sal, pero aquí hay para comer”.
Yo me acuerdo que de mala manera, muy mal hecho, le respondí: “Estoy hasta el gorro de andar comiendo tortillita con sal; quiero comer lo que yo quiera, cuando yo quiera y como yo quiera. Quiero vivir bien”. En realidad vivíamos en una pobreza casi extrema. Con todo, me fui con 700 pesos a México, una guitarra de 150 pesos y me fui a partir el alma. Como que nos falta eso que ya saben, para salir adelante. ¿Sabes qué es lo malo? Muchos queremos que el que ya está arriba, nos ayude a cumplir nuestros sueños. A mí se me acerca mucha gente a pedirme que les eche la mano, pero yo les digo que no es así como se hacen las cosas. Vayan, graben sus canciones. Yo no soy Santa Clos ni soy Súperman. Hay que hacer una labor fuerte, de mucho esfuerzo, de mucho sacrificio. Si yo veo a alguien que tiene mucho talento –hay una niña de San Cristóbal que tiene mucho talento, se llama Violeta Ferrer y desde que la vi me dije: “ésta chava va a hacer muchas cosas” y así ha sido–, los ayudo. Pero la mayoría es así, como que lo piensa mucho, como que ya quieren la sopa servida, masticada y digerida.
Tienen miedo el fracaso, por lo general. A mí me pasó muchas veces, pero no dejé de luchar. Iba a México, me quedaba sin dinero, me regresaba con la cola entre las patas. Llegó el momento en que las cosas se dieron y ahora van súper bien. Chiapas tiene mucho talento. Lo que hace falta es no perder las esperanzas ni estar esperanzado en que algún político ó algún padrino nos vaya a ayudar. Es muy raro el que te ayuda. Me he topado con un par de políticos maravillosos, pero antes de eso, me topé con cien que para qué te cuento. No debemos esperar que los demás lo hagan por nosotros.

–Aunque te veo preparado para el éxito, me pregunto si vamos a seguir teniendo al mismo Carlos Macías de siempre. Te lo digo, porque la fama es bruta, torpe y acaba con el ser humano.

–Yo espero que uno mejor. No sé cómo vaya a sonar lo que voy a decir: yo descubrí el éxito desde hace ocho años, cuando me gané el Gramy Latino, en el 2003, que es un premio similar al Oscar otorgado por la Academia de Actores a lo mejor del cine. Yo no olvido una anécdota padrísima de esa ocasión; estaba pegando fuerte una canción que me hizo el favor de grabar Pablo Montero, que se llama “Olvidarte, jamás” y que sonó mucho en Colombia, Puerto Rico, Miami; la compañía disquera me mandó un cheque por 60 mil dólares. Casi me desmayo y no sabía qué hacer con tanto billete. Pensé en irme con El Chino y echar trago tres meses. A lo mejor no ha sido un éxito tan comercial, pero hasta el día de hoy, me dejó la lección de que no debe haber ladrillo que te maree.
Mi relación con muchos artistas es de amistad; llegan a la casa –hemos tenido el gusto que grandes artistas estén en la casa– a oír los arreglos de sus canciones, pero eso no me marea. De repente alguien en la calle me pide una foto, un autógrafo o me piden que firme un disco, te juro que me da pena; me sonrojo. Yo siento que a los artistas, los manager`s, Televisa o las compañías disqueras, los encumbra más de lo que debería. Regresas a Chiapas y porque te ven con un artista famoso, ¡puta, ya eres el ídolo! Pero el que viene de estudiar un doctorado, una maestría en medicina, no lo pelan. Tengo buenos amigos que me aterrizan.
Cuando me hablaron para decirme que me había ganado el Gramy por una canción que grabó Emilio Navaira, yo ni siquiera fui a la ceremonia porque nadie sabía quién diablos era Carlos Macías. Les pregunté si no se habrían confundido con el maestro Jorge Macías, un autor de los grandes. Llego a la casa y se lo cuento a mi mujer: “Mi amor, acaban de hablarme para decirme que me gané el Gramy. ¿Deveras? –me dijo y me felicitó–. Luego me dice: chaparrito, puedes ir por las tortillas?”
Esas son las cosas que te aterrizan; mi mamá vende tamales en Chiapa de Corzo, mi papá es fontanero, mi hermana trabaja en un Oxo. Toda mi familia lucha, no nacimos en pañales de seda, tampoco nadie nos ha dado nada para nada. Son cosas que me han marcado en la vida y sigo teniendo mis penas, mis pesares y mis angustias. Traigo un carro que cada mes me hace sufrir para pagarlo, como cualquier ciudadano. Claro que cuando uno empieza a portarse mal con la vida, la vida te pasa la factura.

–Obviamente, el Gramy te abrió puertas. ¿Qué vino después?

–Vinieron contratos para grabaciones; temas para telenovelas. Temas principales y temas incidentales para telenovelas como “Las vías del amor”, “Juan querendón”, “Olvidarte jamás”, “Fuego en la sangre”; hice temas para el Teletón, he producido durante cuatro años las mañanitas a la Virgen las noches del 11 de diciembre. Me tocó trabajar con grandes estrellas como Marco Antonio Solís, Lucía Méndez, Ana Bárbara. Después de eso vinieron muchas cosas. La verdad sí me sirvió de inspiración y empecé a componer mucho. Tengo cien canciones grabadas con diferentes artistas. Vinieron más nominaciones al Gramy; en el 2007 estuve nominado con un tema que se llama “veinte mil heridas” con la Banda Machos. La compañía me llamó para decirme que el tema estaba nominado y en la terna estaban Marco Antonio Solís, Joan Sebastian y yo. Pensé no irme ni a parar en el evento porque soy admirador y muy respetuoso del trabajo de estos dos maestros; se lo ganó Joan Sebastian con el tema “Más allá del sol”. Pero el simple hecho de la nominación al lado de dos grandes, es algo muy bonito, muy padre. Creo que soy de los autores afortunados, que me graban mucho, que produce y hace arreglos. Procuro no pensar en lo que ya hice, sino en lo que tengo qué hacer mañana. Con esa idea me levanto todos los días. Lo que he hecho en el pasado, lo guardo en un cajoncito y hago de cuenta que no me han grabado nada para seguir con lo que sigue. Tengo la ilusión de trabajar con Chayanne, Marck Antony, Tito Nieves. Tengo la ilusión de llevar mi proyecto a algo más internacional, a Colombia, Brasil, Venezuela. Tengo todavía muchísimos escalones qué subir y espero que se pueda.

–¿Qué proyectos tienes para rescatar y rescatar bien a otros autores que hicieron época en los 60’s, 70’s, 80’s y un poco de los 90’s? Te lo digo porque en la actualidad, algunas bandas –verdaderas bandas destructoras del arte, diría yo– han grabado canciones bellísmas, pero con unos arreglos que dan asco. Han perdió la esencia de la tambora tradicional de algunos estados del norte de México y hecho pedazos obras del arte romántico cantado. Por ejemplo, alguna canción de Diego Verdaguer que una vez fue algo así como una oda al amor y que el grupo Abba pudo haberse quedado pequeño, hoy es una “rola” que hace pensar que se perdió la sensibilidad humana para el otro arte, el del buen amar, del buen conquistar. Los del llamado “pasito duranguense”, también han despedazado obras de arte musical.

–¿Sabes qué es lo que pasa? Antes en el extranjero nos tenían muy bien identificados por la música del mariachi. Ahora piensan que la música tradicional de México es el “pasito duranguense”. No le resto absolutamente nada a una tradición regional como la del estado de Durango, pero esa no es la identidad, por ejemplo, de Chiapas y Tabasco, donde tenemos excelentes marimbas. La música tradicional de México en sí, no es el duranguense ni los tamborazos. A mí me han grabado muchas bandas y no quiero criticar el trabajo de ellos, que es magnífico, enorme. El género no es malo; son las canciones que han tenido arreglos más allá de nuestra cultura general, nuestra cultura nacional. Lo malo son algunos grupos, eso sí hay qué decirlo. Tenemos grandes bandas, excelentes grupos de música duranguense, incluso, de música norteña, pero, insisto, no todos hacen su trabajo con amor a México, sino a la fama, al dinero.
Mi idea sobre el álbum de “Las joyas del Príncipe”, es que sea el único disco que yo haga. No quiero hacer carrera como cantante; quiero seguir produciendo. Sueño con tener una casita cerca de San Cristóbal de las Casas con un estudio de grabación, con habitaciones confortables para que los artistas vengan a Chiapas a confeccionar sus productos, a supervisarlos. Sin embargo, no sé si vaya a haber la oportunidad de hacer otro álbum. Miguel González Alonso me decía que por qué no me convierto en el joyero de la música; por ejemplo, hoy son “Las joyas del Príncipe”, el otro sea “Las joyas de José María Napoleón”, “Las joyas de Walberto Castro”. Son ideas que van surgiendo y no sé si algún día se vayan a concretar. Para mí es muy importante éste proyecto y hacerlo con la orquesta que se hizo, para ponerle una “curita” a las heridas que se le ha hecho al arte musical romántico.
Con tanta porquería –porque no es otra cosa que eso: una porquería– que hay ahora en la radio, es bueno empezar a meter compositores que sepan, por lo menos, rimar sus canciones. Hoy hay los que riman “prima” con “lima” porque si no “lima” me “lastima”. Por eso dice Armando Manzanero que hay siete infiernos y el séptimo infierno es para los malos compositores. Yo solo espero que aporte, éste álbum de homenaje a José José, un poco a la buena música. Que la gente lo reciba bien y que El Príncipe esté contento, que podamos tocarlo en vivo y que podamos ir a lugares para que la gente llegue.
Queremos hacer una pequeña contribución a las celebraciones del bicentenario y el centenario. Por cierto y aunque no es el tema, me dicen que para las celebraciones, viene Michael Bolton, Elton John, excelentes, grandiosos, pero, si es una celebración mexicana, tienen qué ser artistas mexicanos; debe resaltarse nuestra música mexicana y darle prioridad a nuestros artistas mexicanos. Estamos tan llenos de cosas raras que a veces no permiten que los valores nacionales tengan el lugar debido. Volviendo al tema de nuestra conversación, el disco que vamos a sacar ya pronto, está lleno de músicos mexicanos; mínimo, 60 músicos.

–Ya le pegaste a los músicos chafas, a los chavos que quieren todo servido; no obstante, hay talento dormido en las escuelas donde tenemos dos importantes fugas: la de recursos públicos que de por sí es grave y dolorosa, y la de cerebros, que lastima a todos porque muchos de nuestros paisanos triunfan todas partes, menos en Chiapas. ¿Qué consejo les darías para que no pasen por el calvario que tú pasaste?

–Yo creo que lo más importante es que se preparen bien; agarrar la guitarra y tocar bien dos o tres canciones, cualquiera lo puede hacer. Lo que vayan a ser y a hacer, que lo hagan bien. Más si son cosas a favor de la sociedad; si van a cantar, que se preparen para cantar bien. Si van a ser ingenieros, que sean los mejores. Si van a ser escritores, que tengan la visión de ser grandes. Desgraciadamente, algunos valores y principios se han perdido por diversos factores. Y te cito uno tan evidente:
Ves un automóvil con una familia (lo veo con mis sobrinos) y los hijos, los chavos, van en otro mundo oyendo música en el Ipod. Ya no hay integración familiar, hay un diálogo roto, si es que alguna vez lo hubo. Los chavos están lejos de la familia, desenganchados de las tradiciones, las costumbres familiares. Es rara la familia donde los hijos comparten la música de los padres y los padres, de la música de los hijos. Necesitamos que los chavos se concienticen, que se preparen. Que vivan su momento, pero que no se alejen de los valores.

–Aquí quiera hacer un paréntesis: Cuando estudiantes, fuimos concomitantes con los pobres, los campesinos, los obreros, las amas de casa; hoy, los chavos solo quieren a la familia para que pague los gastos de un piercing, un tatuaje, un disco con música casi diabólica o por lo menos, absurdamente vulgar. El culo que antes todos cuidábamos como parte de la dignidad humana, hoy es tema persistente en las canciones de moda…

–Yo creo que hay varios espacios para aprender música, pintura; hay un esfuerzo de lo que algunos llaman terapia ocupacional, que podría salvar a nuestros chavos. No sé qué o cuáles son los programas escolares para inducir a los chavos a amar sus raíces, su presente y su futuro. Pero sí deben hacer conciencia para escuchar buena música, que sepan distinguir entre la buena y la mala música. Deben distinguir entre la buena y la mala lectura. A veces, los chavos consumen lo que se les da. Aquí debe haber también un exhorto a las estaciones de radio para que volteen hacia lo pulcro, socialmente hablando. Los chavos se van con lo que oyen.

–“Mueve el culito mami”, como que desencaja en la cultura y la educación. ¡Hasta los maestros la tararean, por lo menos!

–Cuando la gente aprenda a tener acceso a cosas pulcras y decentes, estoy seguro que van a exigir música de calidad, música que no trastoque los valores, la cultura, la educación. Ojalá la radio se aleje de la corrupción moral y abra espacios para la decencia. Y no soy de la Liga de la Decencia. Solo soy un ciudadano más que quiere para sus hijos una vida digna.

–¿Tendrán hijos los dueños de las radios?

–Jajajajaja. Creo que las estaciones de radio y televisión, están obligadas a dar buenos programas. No chismes. Los chavos son como esponjitas. Absorben todo: y si les das cosas buenas, lo van a absorber. Si les das cosas malas, igual.

–Esto tiene qué ver con el mensaje de las canciones; algunas hay en las que se promueve el uso de drogas, de alcohol. Otras promueven el sexo libre. Antes criticamos a los franceses por su “excesiva” liberalidad. Sophia Loren fue duramente criticada y la señora no enseñaba lo que la Princesa Lea, Angélica Chaín y otras del cine sucio mexicano, ensañaron en la época más turbia del cine mexicano. Hoy es común ver videos en horario “infantil” de Shakira, sumamente sensual, casi pornográfica.
Antes, los programas de espectáculos se dedicaban a promover el disco de Camilo Sesto, Julio Iglesias, Dulce, Roberto Carlos, Sandro, Rocío Durcal, Nelson Ned, en fin de los grandes, grandísimos de aquellas épocas doradas. Hoy son chismes sobre la sexualidad, los sentimientos, la vida privada de los artistas. Tan cruda es la barbaridad, que muchos hogares de artistas se han destruido por chismes “periodísticos” que a los que realmente hacemos periodismo, nos avergüenza, nos duele, porque ése no es periodismo, es chantaje, es mercenarismo mediático. Y lo peor es que atacan a sus mismos compañeros de empresa. Inmoral desde todo punto de vista. Afortunadamente en Chiapas no tenemos ese tipo de perversidades denigrantes del ser humano, pero me asaltan las dudas.

–Yo creo, hermano, que una ó dos veces he visto ésos programas, que se esmeran por seguir a un artista en su trabajo real. Los ves que andan corriendo atrás de un artista, pero el resto es correrías atrás de un artista que lo cacharon con una que no es su novia, su esposa. Pero toda esa porquería que presentan en los programas de espectáculos, es porque muchos artistas, ó pseudoartistas, es lo único que ofrecen, lo único que saben hacer. No tienen talento. O sea, chisme a falta de trabajo serio. No puedes hablar, por ejemplo, de talento en la persona de quien alguna vez fue amante de Irma Serrano. Nutres a los programas de chismes, de embustes, no de noticias agradables, no de ideas para que el mundo de la farándula pase los pantanos sin mancharse. Son programas para gente de bajo perfil y poco talento como un tal Poncho DeNigris o para otros que representan a lo más vulgar de la farándula… Y para gente que está acostumbrada a ver lo más bajo de la escoria. La gente, desgraciadamente, es lo que consume; no conozco a quien te hable de algo relevante, que no sea las disfunciones sexuales de Andrés García, los amoríos de tal o cual personaje.

–Es un hecho que somos una sociedad carente de educación; hace unos años, me tocó compartir mesa con un exrector universitario y creí que hablaríamos de temas relacionados con la cultura, el arte, la política, la academia, no sé, de temas propios de un personaje de su presunta estatura social, por decir lo menos y resulta que el señor rector de la UNACH, sólo sabía hablar de los títeres mediáticos de Big Brother que estaban de moda entonces. Sabía más de los pectorales de Omar Chaparro (me convenció que tenía inclinaciones homosexuales el tipo) que de las necesidades de su universidad. ¡Hasta se sabía cuántos centímetros medía el pene de Chaparro! Pero no sabía cuántos estudiantes de periodismo había en la UNACH.

–Mientras no cambie ese tipo de “periodismo”, si se le puede llamar periodismo, mientras que la gente no aprenda a valorar a sus artistas desde una perspectiva profesional, no vamos a avanzar en materia de respeto al derecho que todos tenemos de llevar una vida digna, apartada de chismes.

–A veces da risa cuando vemos a algunos “conductores” de programas de chismes, criticando las preferencias sexuales de tal ó cual personaje de la farándula, cuando ellos ó ellas, son unos grandes putotes o marimachas reprimidas.

–Exacto. A mí como espectador, no me importa si Alejandro Fernández tiene una, dos, tres, mil novias o si no le gustan las mujeres. El señor es un artista profesional, es un talento que nos enorgullece, que da a México un alto grado de notoriedad. A mí me interesa el enorme talento que tiene. Me interesa quién le grabó un disco, quién lo compuso. Me interesa saber dónde se va a presentar. Su vida privada es solo asunto suyo, no de los programas de chismes destructivos. Cada quién, con su talento, dinero, fama o posición social, debe y puede hacer lo que le conviene. Hay artistas como Pepe Aguilar de los que nunca se inmiscuyen en escándalos, porque no da cabida a eso. Pero a la mayoría, los inmiscuyen, ya por descuido de ellos o ya por mala fe de los conductores de esos programas. ¡Somos seres humanos! No por ser artista, futbolista, político, cura, periodista, empresario o lo que sea, quiere decir que debemos poner voluntariamente las dos mejillas para que nos golpeen. Todos tenemos derecho a defendernos, por ejemplo, en una trifulca. Parece que es un pecado capital para los artistas, ser un ser humano con defectos y virtudes.

–Y lo peor es que los “jueces” son lo peor de toda la escoria, ¿no?

–Tenemos que saber qué queremos escuchar de un artista: Ó su vida privada, ó lo que sabe hacer.

–Desde tu perspectiva, ¿qué le faltó a ésta charla? ¿Qué pregunta no te hice ó cuál te hubiera gustado que te hiciese?

–Bueno, primero agradecer tu tiempo, tu interés por hablar conmigo. No me lo preguntaste y sé que por razones profesionales muy cargadas de ética de tu parte, no lo hiciste, pero quiero insistir en el tema de las emociones… Y es que ya me emocioné, ya me ilusioné con el asunto del masivo a favor de los periodistas que, espero en Dios, hagamos y tenga el éxito que esperamos. Pero también, con el disco, que al final, la última palabra la va a tener la gente. No se trata de mis canciones. Atreverse a hacer éxitos y más, con las voces extraordinarias de José José, de Ana Cirré, Alejandra Ávalos, Pablo Montero. Kika Edgar, Napoleón, Carmen Salinas, Yahir, Lupe Esparza y todos los demás que son unas luminarias, es algo que pocas veces se va a ver en Chiapas. Hacer un disco con Big Band, es algo que nadie había hecho. Estoy muy emocionado, muy agradecido con la gente de Chiapas. Si hay a quienes no les guste, también se vale. No quiero que lo juzguen; quiero que lo escuchen con el corazón. Algo muy importante: no me quiero colgar de la fama de José José; el trabajo es de fondo y de forma. Se buscó la mejor orquesta y se buscó el éxito a base de ideas. Y gracias por la entrevista.

–No me lo agradezcas. Si no apoyamos al talento nuestro, no seríamos chiapanecos. Créeme que estoy orgulloso de vos. Gracias a vos por ser tan chiapaneco como el posol sobaquero de tu pueblo, nuestro Chiapa de Corzo.

–¡Güey!

Las más leídas

Elba Esther Gordillo, sinónimo de corrupción y arbitrariedad

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Cínica, la pseudodirigente magisterial no deja lugar a las dudas respecto a su debilidad por el dinero ajeno. Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que

Apunte sobre la entrevista Scherer-Zambada

Fichero Político Angel Mario Ksheratto "El narcotráfico está en toda la sociedad", dijo el capo de la droga al periodista Julio Scherer García, fundador de "Proceso". A juicio de uno de los capos más buscado y perseguido por los gobiernos de México y Estados Unidos, toda acción legal contra el narcotráfico, no modificaría el posicionamiento que han logrado y que, deja entrever, se ha alcanzado gracias a una de las enfermedades crónicas que padece el país: la corrupción. Frente al emblemático periodista mexicano, Julio Scherer García, uno de los referentes periodísticos de mayor trascendencia en América Latina, el capo suelta una verdad estremecedora, abrumadora, perturbadora: “el narco está en la sociedad”. Para los persecutores de éstos, la frase debería ser un reto; para los mexicanos, es desalentador. El flagelo ha permeado por todas partes, en todos los estratos sociales, en todos los rincones de la región. Es, quieran o no reconocerlo las autoridades de todos l

Las rabietas de MVC

Artículo Único Angel Mario Ksheratto D e manera imprevista, el senador golpea con fuerza el lujoso e impecable escritorio; suelta imprecaciones, enreda sus dedos en el cabello y, con los puños cerrados, vuelve a castigar al mueble en el que no hay un solo papel. —¡Es un malagradecido!, —explota y se queja—: ahora, ni la llamada me toma… Ni él ni sus funcionarios, ¡carajo! La urgencia de hablar con su sucesor —y no obtener respuesta—, tiene fundados motivos para enfurecerlo: seis de sus ex colaboradores, están siendo seriamente investigados y de al menos cuatro, se tienen evidencias claras de desvíos de recursos y uno, ya tiene orden de aprehensión, misma que, inexplicablemente, no se ha ejecutado. Aunque por lo pronto, las indagaciones de millones de pesos desviados no lo alcanzan a él, sí a sus funcionarios, lo que mediáticamente podría afectarle en sus aspiraciones para saltar del Senado al Gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde donde pretende construir una