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Dos rotundos fracasos, dos

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El Chunco, junto con el también
cuestionado "lider" del PRD, en los
tiempos en que ambos, cobijaron
ilegalidades partidistas.

La sociedad podrá estar equivocada, pero nunca desfasada de su tiempo; dos eventos de fin de semana demostraron que cuando el pueblo toma determinaciones colectivas, asume un papel más allá de los intereses de grupo y pretensiones sacadas de la manga. En Ocozocoautla, cariñosamente llamado “Coita”, a rastras y sin cumplir con los requerimientos legales en tiempo y forma y con la desaprobación de miles de ciudadanos que incluso sugirieron suspender lo que llamaron “plebiscito”, éste se llevó a cabo con un resultado aplastante, demoledor. De un universo de entre 45 y 50 mil insaculados del padrón electoral, solo un número poco más allá de los 17 mil participaron en el referéndum. De éstos, sólo 32 ciudadanos votaron por el cambio de nombre (pretendían que el pueblo que por más de 400 años ha llevado el mismo nombre, se llamare Coita, apodo también de muchos años, pero no los suficientes para tan ridículo evento) y 50, anularon su voto. El resto, es decir, más de 17 mil personas, votaron porque Coita se siga llamando Ocozocoautla.
Aplastante victoria para el pueblo en sí, porque desde hace 17 días que tuvieron noticia de la pretensión, se opusieron tajantemente. Con todo y eso, el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana, desoyó los llamados y llevó a cabo un ejercicio inútil, ocioso e innecesario, aún cuando el discurso en materia electoral es de absoluta moderación en los gastos, debido, se dice, a la crisis económica. En sí, con todo y que se diga que ganó la democracia y se respetó plenamente la decisión de los coitecos, el plebiscito fue un fracaso que retrata a un IEPC dispuesto a dilapidar gastos donde no debe y lo peor: inserta en la mente de todos, la idea que la imposición disfrazada de “democracia”, puede ser la parte de miedo para los procesos electorales formales que se avecinan.
Volvemos a preguntar: ¿Cuánto se gastó en el fracasado plebiscito de Ocozocoautla? ¿Quién lo financió? ¿Quién fue el principal promotor? ¿A quién beneficiaría? ¿Por qué, sabedores que la iniciativa de cambiar el nombre no prosperaría siguieron adelante con el plan? ¿Por qué solo otorgaron 14 días para la organización del fracasado asunto? Esperaremos dos siglos las respuestas.
El otro fracaso fue la denominada “megamarcha” para exigir la “renuncia” de Ariel Gómez León, “El Chunco”, malogrado diputado federal que cayó en desgracia por sus inclinaciones racistas y xenofóbicas. Desde el anonimato, un supuesto grupo multidisciplinario, arengó hasta el insulto a los seguidores de una red social para que participasen en tal movilización. Cometieron errores de forma y fondo. Primero, actuaron desde las sombras de un vulgar escondite desde donde promovieron incluso, agresiones mucho más preocupantes que las vertidas por el diputado perredista contra nuestros hermanos haitianos. La gente no puede seguir sombras fantasmales. Imposible. Si hubiesen dado la cara, si hubiésemos sabido quién o quiénes convocaban, quizá hubieran tenido una respuesta más acorde con su pretensión.
En segundo lugar, exigirían en la fracasada marcha, la “renuncia” del Chunco; ignoraron que todo cargo de elección popular, constitucionalmente, es irrenunciable. En todo caso, hubiesen exigido el desafuero e incluso, juicio político y no al Chunco, sino al Congreso de la Unión, que es el órgano que determina lo conducente. En tercer lugar, prebautizaron la movilización con el pomposo nombre de “megamarcha”. Error. Según los estándares mundiales sobre ese tipo de movimientos sociales, una marcha solo puede considerarse como “megamarcha”, cuando el número de asistentes rebasa por lo menos, el medio millón de asistentes. Es decir, ni juntando a todos los habitantes de Tuxtla Gutiérrez en tal concentración, se hubiese llegado a tan cacaraqueado asunto, también fracasado. En la dirección de Facebook del anónimo grupo organizador, declaran un fracaso la convocatoria, pero se cuidan de no dar cifras del número de asistentes.
Y por último, se vio muy dirigida la convocatoria. Porque no solo el Chunco ha cometido cualquier cantidad de brutalidades como diputado federal. El resto de los representantes de Chiapas en el Congreso de la Unión, merecen también ser reconvenidos. ¿Sólo porque el Chunco no refrenó su torpe lengua debe ser llevado a rastras a una crisis moral y emocional cuando el resto de sus compañeros han insultado peor a sus representados? Inequidad, injusticia y falta de seriedad en un asunto que nos muestra una vez más que si bien somos una sociedad olvidadiza y hasta apática, también somos gente que no basa sus actos en rencores ni iras infundadas… Mucho menos, en intereses perversos. Porque no se trata de quitar a un burro para meter a una mula. Esto nos lleva a otras preguntas: ¿Quién estuvo detrás de la fracasada convocatoria? Algunos dicen que el diputado suplente del Chunco, el regidor Bersaín Miranda; otros, que el mismísimo Chunco hizo la finta para distraer lo duro de la crítica por su brutalidad. Con todo, fue un fracaso. La exigencia, sin embargo, no debe quedar en el aire. Ariel Gómez, no merece ser diputado; ya demostró que no tiene capacidad ni interés por sus representados. Debe ser desaforado… o él mismo, por dignidad, debe solicitar licencia.

Tarjetero

*** En breve le tendré el asunto de la corrupción en los programas de SEDESOL, promovidos por una funcionaria de ahí y que tiene qué ver con bodegas donde guardan lo que no es entregado a los supuestos beneficiarios. *** Ayer inició el año electoral; los nombres de los candidatos empiezan a sonar. Para la alcaldía de Tuxtla, hay muchos, pero muy pocos con capacidad para asumir la responsabilidad de dirigir los destinos de una ciudad cada vez más complicada. Veremos quiénes son en los próximos días. *** Las teorías, hipótesis, sospechas y conjeturas con respecto a la ola de terremotos en América Latina y El Caribe, no deben echarse en costal roto. Si ha visto usted la cinta “Volcán Asesino”, podrá darse cuenta que las versiones que circulan en torno a un programa gringo para liberar magma bajo los océanos, no está muy alejado de las sospechas de ahora. Dios nos libre de estar en la mira de nuestros vecinos del norte, si resultan ciertas las hipótesis. *** Luego nos leemos.
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