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¿Y los autores intelectuales?

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El mayor icono de la música latinoamericana,
Mercedes Sosa, murió en Buenos Aires,
dejando un vacío difícil de llenar.

Un solo detenido; armas a granel. La historia de siempre: los verdaderos dueños del arsenal, en libertad. Estos, sin duda, tenían sus planes, intereses qué defender, motivos para provocar otra matanza. La Versión que Mariano Jiménez Pérez ofreció –al parecer sin presiones de por medio– en el sentido que comerciaba con las armas decomisadas, es poco fiable. No se ve que el hombre se dedicase a un negocio tan lucrativo en una zona donde la gente apenas tiene para medio comer. Si fuera cierta la explicación, el asunto debería preocupar a todos, pues significa que en esa región, hay cientos, si no miles, de indígenas cargando armas de alto poder.
Pero si por el contrario, Jiménez Pérez es parte de un complot para desestabilizar a Chiapas, ¿quién o quiénes están detrás de él? ¿Quién financió el armamento? ¿Cuáles son los motivos para atesorar tan peligroso armamento? ¿Querían –o quieren– otro Acteal? Las respuestas pueden ser preocupantes, como preocupante es la ineficacia inmediata de los encargados de investigar el asunto, pues el descubrimiento del arsenal, puede apresurar las acciones de quienes pudieran estar interesados en provocar otra matanza. La sospecha es que no solo ese armamento existe en esa zona. Puede haber más arsenales ocultos. Las autoridades deben, por tanto, intensificar la búsqueda de éstos para evitar un mar de sangre. Quedarse con la explicación del detenido, sería irresponsable, negligente. Sería volverse cómplice indirecto de un acto que está a tiempo de evitarse.
Lo que viene será conocer quiénes son los patrocinadores del armamento. Aunque no se ha dado a conocer públicamente quiénes estuvieron tras la masacre de Acteal, hay versiones soterradas en el oficialismo sobre la participación de prominentes políticos que entonces, ordenaron aquella masacre para echar del poder a Julio César Ruiz Ferro. Cumplieron su objetivo y quedaron en total impunidad. ¿Quién puede asegurarnos que no hay un complot para derrocar al actual gobierno?
A todo esto debemos estar alertas. Porque no es solo a un régimen al que afectarían, sino a toda la sociedad y lo peor, con sangre inocente. Desde luego, la exigencia es que si hubiere autores intelectuales, se les castigue con todo el peso de la ley. Hay miles de formas para acceder al poder, todas de forma civilizada y honrada; no con asesinatos ni con revueltas que nada aportan a la democracia. Ojalá y lo entiendan desde ahora.

Excesos y vejaciones deportivas

Siempre hemos escuchado las quejas de los directivos del equipo Jaguares con respecto a la poca asistencia al estadio “Víctor Manuel Reyna”; la culpa es de quienes, se supone, solo administran ese centro deportivo y al club. Las medidas “de seguridad” impuestas, son en realidad, abusos y excesos que al final, configuran un fraude descomunal, pues el aficionado, pese a haber pagado sus boletos, muchas veces se queda fuera del estadio al no cumplir con las exigencias que lesionan las libertades civiles y dejan de lado el derecho de los asistentes de apoyar al equipo de su preferencia.
Por ejemplo, en la cabecera norte, es obligatorio adquirir una playera del Jaguares para poder ingresar; brutalidad extrema porque hay gente que apenas tiene para adquirir su boleto y por ello, compra en la zona más barata. Lo peor: una dama que quiera ingresar con su bolso, simplemente no pasa si dentro de éste lleva cosméticos. ¿Acaso una mujer va a matar a otro aficionado con un lápiz labial? Son absurdas y salvajes las medidas “de seguridad”. Eso sí, si el aficionado no entra, no le devuelven el importe de su boleto, lo cual es un robo descarado, un fraude a todas luces.
Se dice que el Jaguares pertenece al pueblo de Chiapas; que el actual presidente solo lo administra. Sin embargo, al vetar deliberada y estúpidamente el ingreso del pueblo por razones que rayan en la violación a los derechos humanos, desmiente esa versión. Los ciudadanos tienen el derecho y la libertad de ingresar a ese estadio, vestidos como les dé la gana y no como obligadamente debe hacerlo, según las inadmisibles reglas de una directiva que, en términos deportivos, está llevando a la debacle a un equipo que llegó manchado de muerte y fraudes financieros a Chiapas. Porque no se nos olvida que dinero que debió servir para salvar la vida a más de una treintena de niños en Comitán, fue utilizado para construir el estadio en mención. El trato que los aficionados reciben de los chamaquitos y policías que cuidan las entradas, es deprimente, insultante. Son irracionales, brutos para tratar a la gente. Y eso que Los Jaguares, insistimos, dicen que es del pueblo. ¿Si no lo fuera?

Tarjetero

*** Por cierto, un respetado periodista de deportes, fue despedido del medio para el que trabajaba, porque hizo público un documento falsificado en el Instituto del Deporte. El titular de esa dependencia, Jorge Cuesi Serrano, pidió su cabeza como represalia. ¿No que muy honrado el deporte? Ya tendremos más detalles. *** La Grande, Señorona, Inmensa, Mercedes Sosa, ha muerto; perseguida por la dictadura argentina, nunca se doblegó. Era –y lo seguirá siendo– la mejor intérprete latinoamericana. De ella recordemos siempre aquel verso unificador que hoy sigue tan exigente como ayer, cuando las libertades eran suprimidas por gorilas uniformados: “Hermano dame tu mano vamos juntos a buscar/ una cosa pequeñita que se llama libertad/ esta es la hora primera este es el justo lugar/ abre la puerta que afuera la tierra no aguanta más./ Mira adelante hermano es tu tierra la que espera/ sin distancias, ni fronteras que pongas alta la mano/ sin distancias, ni fronteras esta tierra es la que espera/ el clamor americano levanten pronto la mano al Señor de las Cadenas.” Descanse en paz. *** Luego nos leemos.
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