Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Muchos jóvenes mueren en aparatosos
accidentes tras ingerir bebidas embriagantes
en lupanares capitalinos donde se espenden
licores adulterados. Foto tomada de En Caliente
La verdad es que a pocos le importa; para muchos, mejor si cierran todos los centros de vicio, principales responsables de cientos de accidentes con saldos mortales. La preocupación en realidad, es solo de los dueños de esos lugares, quienes responsabilizan a la actual crisis económica del cierre de éstos. Lo que resulta gracioso es que ahora, sí se quejan, ahora lloriquean. Cuando sus lugares se llenan de chamacos, son soberbios, abusivos. ¡Hay qué ver el trato que dan a los parroquianos los gorilas que tienen en las puertas! Y también, los estratosféricos precios por el consumo.
No son pocas las veces en que los encargados de la “seguridad” de los antros, abusan de su fuerza para someter, vejar, agredir y asaltar a los borrachines que osan reclamar los cobros indebidos. Más aún, hay fundadas sospechas en el sentido que más de un muertito es autoría de los guaruras, quienes siempre han contado con la complicidad de algunas autoridades fáciles de corromper. Y qué decir del licor adulterado que venden a precio de oro. Ahora están pagando sus abusos; es lo bueno de la crisis. Para el colmo, alegan los dueños de tales lupanares que la competencia desleal les dificulta la subsistencia. Son víctimas de la corrupción que ellos mismos promueven y parecen no darse cuenta. Que no se quejen; que se aguanten. Hay burdeles en la zona hotelera de Tuxtla en donde antes, solo dejaban entrar a consumidores vestidos con ropa de marca. Ahora, me cuentan, hasta pandilleros de la peor calaña son bien recibidos.
Es la oportunidad para que las autoridades impongan orden y limpien a la capital de centros de vicio que en realidad son lugares para corromper a los chavales. No estamos en contra de la diversión; cada quién es dueño de su vida y hace de ésta lo que en gana le venga. Pero que no sea a instancias de corruptores con licencia. Todos tienen derecho a embriagarse e irse a matar. Pero debe haber orden en los lugares donde envenenan a los que así quieren poner fin a su vida. Es momento para que las autoridades hagan algo en beneficio de la juventud, víctima y esclava de quienes creen que le hacen un favor a la sociedad emborrachando a su futuro.
Cobros chinos
Desde hace un par de meses, la policía se viene encargando de presionar a los contribuyentes para que paguen la tenencia vehicular, ese impuesto que Felipe Calderón Hinojosa prometió erradicar durante su campaña electoral. En las entradas de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, sendos operativos policiales se ocupan de parar a cualquier vehículo que lleve las anteriores placas. Cualquier documento oficial es confiscado a modo de garantía para que el ciudadano vaya a pagar los onerosos cobros hacendarios. Un abuso más.
Se dice que los operativos en las entradas citadinas, son para evitar el ingreso de bandas criminales. Nada más falso. Es para asediar a ciudadanos comunes y corrientes que debido a la crisis, no han podido pagar la tenencia de su carro. El lenguaje de los policías es por demás grosero e intimidante. A algunos morosos les amenazan con decomisarles su vehículo e incluso, de ser detenido ahí mismo, como si se tratare de un delito mayor. El hostigamiento es cada vez más intenso, más preocupante. Muchos temen perder su propiedad, pues es parte de la amenaza de los policías.
Solo recordemos otra vez que Calderón juró durante su campaña que ya no se pagaría la tenencia; lo dijo una y otra vez. Y no ha cumplido; por el contrario, ahora se utiliza a la policía para obligar a un pago oneroso, abusivo y sin sustento constitucional. Por si fuera poco, anteayer urgió a los gobiernos estatales a intensificar los cobros de impuestos. Hipocresía absoluta que nos recuerda que los políticos, mienten por naturaleza y más, si son panistas. La promesa del entonces candidato, resultó al revés. ¿Podremos creer ahora al Presidente lo que diga si no ha sido capaz de cumplir una sola de sus promesas de campaña? Simplemente, no.
Tarjetero
*** Que las vacunas contra la influenza no serán suficientes; era de esperarse. Los laboratorios beneficiados con el “descubrimiento” de la medicina, no se darán abasto sino hasta dentro de seis años, se ha dicho. Y como se llevan las cosas en el país, es muy probable que un bajísimo porcentaje logre ser inyectada del antivirus. *** Inundaron mi correo con quejas y denuncias en contra de directivos del Jaguares, a quienes acusan de abusos en las entradas al estadio “Víctor Manuel Reyna”. Una de las quejosas asegura que le fue confiscado el biberón de su bebé tras ser considerado por los chamacos y policías que cuidan las entradas como “un artefacto peligroso”. Otro aficionado dice que no le dejaron entrar una botella de plástico con agua purificada; en el interior, se queja, solo vendían cerveza. Uno más asegura que llegó con una playera de Las chivas y le fue confiscada y posteriormente destruida por los cuidadores. Otros más se quejan de decomisos de diversos artículos que a la salida, no pueden recuperar. ¿Robo? Sí, claro, es un robo. Y nadie hace nada. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
www.ksheratto.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Muchos jóvenes mueren en aparatosos
accidentes tras ingerir bebidas embriagantes
en lupanares capitalinos donde se espenden
licores adulterados. Foto tomada de En Caliente
La verdad es que a pocos le importa; para muchos, mejor si cierran todos los centros de vicio, principales responsables de cientos de accidentes con saldos mortales. La preocupación en realidad, es solo de los dueños de esos lugares, quienes responsabilizan a la actual crisis económica del cierre de éstos. Lo que resulta gracioso es que ahora, sí se quejan, ahora lloriquean. Cuando sus lugares se llenan de chamacos, son soberbios, abusivos. ¡Hay qué ver el trato que dan a los parroquianos los gorilas que tienen en las puertas! Y también, los estratosféricos precios por el consumo.No son pocas las veces en que los encargados de la “seguridad” de los antros, abusan de su fuerza para someter, vejar, agredir y asaltar a los borrachines que osan reclamar los cobros indebidos. Más aún, hay fundadas sospechas en el sentido que más de un muertito es autoría de los guaruras, quienes siempre han contado con la complicidad de algunas autoridades fáciles de corromper. Y qué decir del licor adulterado que venden a precio de oro. Ahora están pagando sus abusos; es lo bueno de la crisis. Para el colmo, alegan los dueños de tales lupanares que la competencia desleal les dificulta la subsistencia. Son víctimas de la corrupción que ellos mismos promueven y parecen no darse cuenta. Que no se quejen; que se aguanten. Hay burdeles en la zona hotelera de Tuxtla en donde antes, solo dejaban entrar a consumidores vestidos con ropa de marca. Ahora, me cuentan, hasta pandilleros de la peor calaña son bien recibidos.
Es la oportunidad para que las autoridades impongan orden y limpien a la capital de centros de vicio que en realidad son lugares para corromper a los chavales. No estamos en contra de la diversión; cada quién es dueño de su vida y hace de ésta lo que en gana le venga. Pero que no sea a instancias de corruptores con licencia. Todos tienen derecho a embriagarse e irse a matar. Pero debe haber orden en los lugares donde envenenan a los que así quieren poner fin a su vida. Es momento para que las autoridades hagan algo en beneficio de la juventud, víctima y esclava de quienes creen que le hacen un favor a la sociedad emborrachando a su futuro.
Cobros chinos
Desde hace un par de meses, la policía se viene encargando de presionar a los contribuyentes para que paguen la tenencia vehicular, ese impuesto que Felipe Calderón Hinojosa prometió erradicar durante su campaña electoral. En las entradas de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, sendos operativos policiales se ocupan de parar a cualquier vehículo que lleve las anteriores placas. Cualquier documento oficial es confiscado a modo de garantía para que el ciudadano vaya a pagar los onerosos cobros hacendarios. Un abuso más.
Se dice que los operativos en las entradas citadinas, son para evitar el ingreso de bandas criminales. Nada más falso. Es para asediar a ciudadanos comunes y corrientes que debido a la crisis, no han podido pagar la tenencia de su carro. El lenguaje de los policías es por demás grosero e intimidante. A algunos morosos les amenazan con decomisarles su vehículo e incluso, de ser detenido ahí mismo, como si se tratare de un delito mayor. El hostigamiento es cada vez más intenso, más preocupante. Muchos temen perder su propiedad, pues es parte de la amenaza de los policías.
Solo recordemos otra vez que Calderón juró durante su campaña que ya no se pagaría la tenencia; lo dijo una y otra vez. Y no ha cumplido; por el contrario, ahora se utiliza a la policía para obligar a un pago oneroso, abusivo y sin sustento constitucional. Por si fuera poco, anteayer urgió a los gobiernos estatales a intensificar los cobros de impuestos. Hipocresía absoluta que nos recuerda que los políticos, mienten por naturaleza y más, si son panistas. La promesa del entonces candidato, resultó al revés. ¿Podremos creer ahora al Presidente lo que diga si no ha sido capaz de cumplir una sola de sus promesas de campaña? Simplemente, no.
Tarjetero
*** Que las vacunas contra la influenza no serán suficientes; era de esperarse. Los laboratorios beneficiados con el “descubrimiento” de la medicina, no se darán abasto sino hasta dentro de seis años, se ha dicho. Y como se llevan las cosas en el país, es muy probable que un bajísimo porcentaje logre ser inyectada del antivirus. *** Inundaron mi correo con quejas y denuncias en contra de directivos del Jaguares, a quienes acusan de abusos en las entradas al estadio “Víctor Manuel Reyna”. Una de las quejosas asegura que le fue confiscado el biberón de su bebé tras ser considerado por los chamacos y policías que cuidan las entradas como “un artefacto peligroso”. Otro aficionado dice que no le dejaron entrar una botella de plástico con agua purificada; en el interior, se queja, solo vendían cerveza. Uno más asegura que llegó con una playera de Las chivas y le fue confiscada y posteriormente destruida por los cuidadores. Otros más se quejan de decomisos de diversos artículos que a la salida, no pueden recuperar. ¿Robo? Sí, claro, es un robo. Y nadie hace nada. *** Luego nos leemos.
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