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El dedo con atole de la CFE

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


Renán Galán, alcalde con licencia
de Huehuetán, ha sido acusado de
adeudar más de tres millones y medio
de pesos.

En cada sexenio, la “generosidad” de la Comisión Federal de Electricidad se desborda hacia los chiapanecos; programas van y vienen pero ninguno se cumple. Durante la dictadura de Pablo Abner Salazar, crearon uno que ya ni recordamos cómo se llamó, pero que entonces se dijo que otorgarían el servicio gratuito. Nada. Vil mentira. Los precios de la energía eléctrica se dispararon y en muchas regiones del estado, siguen subiendo las tarifas. Es loable que el Gobierno del Estado impulse políticas públicas para favorecer a los usuarios del servicio eléctrico, pero desafortunadamente, por parte de la Comisión Federal de Electricidad, los acuerdos y convenios son letra muerta, atole con el dedo que ya nadie quiere siquiera oler. Un referente es el desglose que sobre el tema hace el legislador Rutilio Escandón Cadenas, quien acusa a la Secretaría de Hacienda Federal de no atender los requerimientos sobre tarifas justas que, suponemos, han hecho algunos colegas suyos. Aunque Rutilio no parece una voz autorizada dado el oportunismo con que siempre suele hacer sus arrebatados comentarios, hay que concederle la razón en cuanto a que en efecto, Chiapas es el estado que mayor porcentaje de energía otorga al país y sin embargo, es donde las tarifas son más altas, incluso, más que Nuevo León, Quintana Roo, Jalisco y los estados del centro-norte de México.
Ha sido una lucha casi eterna; nadie hace caso. Los convenios quedan en simples buenas intenciones que nos obligan a pensar que de parte de la CFE y del Gobierno Federal, no hay suficiente voluntad para dar a los chiapanecos una tarifa justa que ayude a paliar la cada vez más lacerante pobreza que azota a cientos de comunidades rurales y que en más de una vez, ha orillado a violentar las normas de convivencia social. El actual gobierno encabezado por Juan Sabines Guerrero, ha hecho lo suyo y ha logrado un acuerdo sustancial; no obstante, hay comunidades donde la gente paga costos casi industriales, cuando apenas si tienen un triste foco, un desvencijado televisor, un refrigerador vacío y una radiograbadora dónde escuchar las promesas de los políticos. Todavía hace unos días, me encontré con una mujer que en el sexenio pasado fue llevada a la cárcel acusada de “robar” energía a la CFE. En el año de 2004, le llegó un recibo por la cantidad de 123 mil pesos por consumo de siete meses de luz. Es una señora pobre que apenas si tenía para sobrevivir. Fue acusada de robo, sabotaje y fraude genérico. Hasta hoy sigue bajo proceso, según me contó. Como ella, miles son afectados por la CFE, sin que puedan hacer algo las autoridades locales, puesto que, arguyen, se trata de “delitos federales”. ¿Cuántas comunidades se han declarado en rebeldía por los altos costos de la luz? Muchas.
De ahí el llamado para que se exija con contundencia a la Comisión Federal de Electricidad para que cumpla lo pactado. Si se han comprometido a favorecer a los chiapanecos con tarifas preferenciales, sencillamente, que cumpla. El gobierno local ha hecho lo que le compete y creemos que lo ha hecho de buena fe, con voluntad, con deseo de servir. Falta lo más importante por parte del Gobierno Federal.

¿Transporte moderno?

Por fin, dicen, se ha llegado a un acuerdo para mejorar (“modernizar”, dicen los más crédulos) las pésimas condiciones del transporte público en la capital del estado. La idea, creen, es que en el primer semestre de éste año se cuente con nuevas unidades. Perfecto. El asunto es que no serán las unidades las que hagan todo. No servirá de nada que se cuente con nuevas “jarrillas” si los choferes no son educados y sometidos a un verdadero control de buen servicio. Las actuales unidades bien pueden servir algunos años más; no son el problema de fondo. El problema son quienes las manejan. Ayer por ejemplo, el chofer de una combi de la ruta Cien, se metió, por sus pantalones, a una fila de automóviles, sin importar que en ese momento un muchacho llevaba a una señora en su silla de ruedas. No conforme con el abuso, insultó a ambos de la manera más cruel que usted se pueda imaginar.
Con esa educación, así traigan las más modernas naves del universo, el problema de fondo no se va a solucionar. Todos los días, los principales protagonistas de accidentes viales en la ciudad los provocan taxis y combis. Si con las chatarras que ahora llevan, se siente dueños de las calles y vidas ciudadanas, con artefactos nuevos, se van a sentir con licencia para matar. Por lo visto, los transportistas siguen sus propios intereses, no los de la sociedad. Nunca terminan de aprender. Ojalá y quienes vigilen el transporte, tomen en cuenta la seguridad de los usuarios, no solo las ganancias de los monopolistas. Ojalá.

Tarjetero

*** Julio César Blanco Tovilla, panista sin escrúpulos, ha intentado en varias ocasiones apoderarse de los programas de asistencia social que se reparten en La Frailesca. Dueño de más de un centro de vicio disfrazado de “depósito” cervecero, no ha dudado en juntar firmas para atacar los programas en mención, con lo que busca dos cosas: primero, sacar de sus puestos a los encargados de entregar los recursos y segundo, imponer a sus incondicionales para que tales recursos sean utilizados para financiar la precampaña electoral de un tal Angel Albino Corzo, quien por cierto, dicen, viene presionando a los alcaldes de Montecristo de Guerrero y Jaltenango la Paz, para que desvíen recursos a su favor. Ya le tendré mucho más de esta vergonzante historia de pillos pablistas. *** El alcalde con licencia –por atacar a balazos a gente inocente– Renán Galán, de Huehuetán, otra vez en problemas; trascendió que tienen endeudado al Ayuntamiento con más de tres millones y medio de pesos. Habrá qué investigarlo a fondo. *** El diputadito Juan Carlos López Fernández, de Palenque, saluda con sombrero ajeno. Ahora resulta que todas las obras que se han hecho ahí, él las gestionó, promovió y llevó a cabo. Lo cierto es que el pobre muchachito, no se para en su distrito ni siquiera para hacer del “uno”. *** Luego nos leemos.
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