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Cayó ele torturador de la dictadura pablista

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El exfiscal, cuando era sacada de las instalaciones de la Procuraduría,
rumbo al penal de "El Amate", tras largos años de represión
contra miles de chiapanecos.


En otro tiempo, el cruel argumento al que recurre el exdictador Pablo Abner Salazar para justificar su lloriqueo por lo que empieza a considerar “persecución política”, quizá hubiese conmovido al más duro; utilizar a su familia para esconder lo que en justicia corresponde a las miles de víctimas que dejó en el sinuoso camino de latrocinio y abusos que siguió, es vil, ruin y poco convincente. Cuando ejerció el poder, no tuvo compasión de mujeres indefensas, ancianas y niñas que vieron a sus seres amados tras las rejas, víctimas de sus irracionales odios; al contrario, se burló de ellos, los exhibió, los humilló, los amenazó, los intimidó. Familias enteras llevó a los calabozos; invariablemente, a todas éstas despojó de casas, terrenos, autos
y cualquier otra propiedad. Un exfuncionario de la dictadura me confesó, cuando ya se había ido, que Pablo Abner disfrutabas del dolor ajeno y cuando algún ciudadano que había caído en su rencor buscaba su conmiseración, ordenaba que triplicaran el castigo.
Ahora, cuando sabe que la justicia le pisa los talones y ve a sus cómplices empezando a pagar los excesos que cometieron bajo sus órdenes, intenta desvirtuar su propia realidad con cartas públicas en las que pone a su mamá como una de las víctimas de sus fobias, irreconciliables con ésa realidad que poco a poco le alcanza y que sin duda, habrá de desnudar todas y cada una de sus fechorías. Nunca tuvo compasión de las madres de los ciudadanos honrados a quienes injurió y encarceló. Traigo a la memoria la expresión que soltó cuando murió el hijo de Ramón Cancino, aquel que fue su amigo y colaborador incondicional y que después mandó al carajo: “Qué bueno que se murió ese pinche gordo, qué bueno que se está llevando la chingada a Ramón”. Ese era el nivel de su soberbia y maldad. Ahora pretende la compasión pública hacia su madre cuando tu no tuvo siquiera una muestra de respeto por las que cayeron en sus manos. No se puede pedir lo que nunca se dio. En todo caso, está cosechando lo que sembró: odio y rencor.
Como todo hombre sin escrúpulos, miente descaradamente al afirmar que ni siendo gobernador tuvo a su disposición hordas de policías cuidándole a él y su familia. Todos vimos los despliegues policiales en torno a ésta y todos somos testigos de la ola de violencia que se vivió en los tiempos en que malgobernó a Chiapas. Y era una violencia institucional, promovida por sus secuaces y sus hermanos. Por si fuera poco, recurre a sus acostumbrados arranques de chantaje político para advertir que de la respuesta que reciba de la carta que hizo publicar en un diario nacional, dependerá “que precise lo que son las verdaderas razones de éste sainete”. Amenazante, como si en esa vieja práctica –suya por conveniencia– estuviese la puerta de salida a su futuro inmediato. Para muchos, Pablo Abner ya debe estar lejos como para asumir su responsabilidad por los excesos y abusos cometidos por él y su familia. La detención de su principal ejecutor de medidas dictatoriales, Mariano Herrán Salvatti, le habrá puesto las barbas en remojo. ¿Cuáles habrán de ser sus “verdaderas razones”? Todo indica que la búsqueda de impunidad es una de ellas. No logró intimidar al gobierno de Sabines con la amenaza de hacerlas públicas y la primer respuesta ha sido dada. Un gobierno que se precia de justo y que hace lo justo, no puede ni debe dejarse llevar por los exabruptos epistolares de un hombre que intenta, ahora sí, reconocer a su madre entre las inexistentes víctimas de una también inexistente persecución. Buscar justicia y erradicar la impunidad no es persecución; es simple y llanamente, una acción legal que se apega a los cánones de una democracia con transparencia y equilibrio, factores que no estuvieron presentes durante la dictadura salazarista y que hoy, vemos reflejada en la detención de Mariano Herrán, quien debe pagar uno a uno sus abusos y excesos.
Debo ser honesto en reconocer que me parecía impensable que el brazo de la justicia alcanzase a Mariano Herrán Salvatti. Hace algunos días, en plática de amigos y colegas, comentamos esa posibilidad y hubo quienes opinaron que ésta era mucho más que remota. El alegato a favor de éste era que estaba protegido como informante de la DEA; otros alegaron que el caudal de dinero que amasó durante el tiempo que estuvo en cargos públicos, le serviría para comprar a la justicia. Otros más, que había impuesto tal cantidad de miedo sobre todos, que nadie se atrevería a tocarlo. Hoy es una realidad; es un acto de justicia que revoca el poder a la impunidad y transforma la impotencia en esperanza. Muy probablemente ahora esté compartiendo espacios con los miles de ciudadanos a quienes él mismo inventó delitos falsos. La pregunta ahora es si Pablo Abner está por la misma vía. No lo dudamos; las evidencias de sus abusos y robos están a la vista de todos. No se pueden ocultar. Ni ahora ni nunca.

Tarjetero

*** Los fiscales que utilizó Mariano Herrán Salvatti para ejecutar los odios pablistas, trascendió ayer, salieron en estampida de Chiapas por la mañana. Nolasco y aquel de la silla de ruedas, cuentan, se fueron en las cajuelas de algunos vehículos. Así han de estar temblando. *** Ariel Silva e Isaín Mandujano, reporteros chiapanecos, fueron agredidos por personal que custodiaba la casa de Mariano Herrán tras la detención de éste. No se sabe si eran guardaespaldas del detenido ó metiches que estaban molestos por los sucesos. Nuestra solidaridad con ambos y la exigencia que se castigue a los agresores. *** Para Marco Antonio Álvarez, director de la revista Diálogos y su familia, un abrazo solidario por la muerte de su señor padre. Descanse en paz. *** Sin duda, tienen razón: el tema de la pena de muerte es asunto electorero. Tan fácil será que aprueben la cadena perpetua para los delincuentes peligrosos. No hay de otra. *** Siguen las inconformidades por las irregularidades en el PRI local para las elecciones federales; a doña Arely Madrid, la acusan de todo, lo cual es preocupante y exige una revisión de fondo del proceso interno. *** Luego nos leemos.
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