Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Mariano Díaz, recontrató a un
sujeto al que antes había despedido
por corrupción.
El hecho: la provocación que obligó Roberto Domínguez Cortés y a su hijo del mismo nombre, a defenderse de una incursión casera que derivó en la posterior detención de ambos, asunto que desató una embestida mediática en contra del columnista del Cuarto Poder, cuya autoría no es del todo desconocida, pero tampoco arroja elementos que permitan una identificación certera que lleve a la condena directa. La reacción: indignados, algunos colegas expresaron su malestar y preocupación por la detención de Roberto y su hijo, pero más, por el inusitado linchamiento mediático del que fue objeto, presentándolo como a un delincuente de alta peligrosidad, cuando en realidad, su problema es estrictamente familiar, como muchos que se dan a diario en Chiapas (el de las herencias es el más recurrente) y que no han tenido la trascendencia que se le dio al caso de mi amigo y colega, y menos, la contundencia justiciera con que se trató el asunto, pese a que la trifulca se dio dentro del domicilio de Roberto, durante un claro allanamiento de morada.
Siempre he sido partidario de la defensa de los derechos de las mujeres; desde éste espacio hemos hecho infinidad de denuncias por abusos contra ellas. Pocas veces, desgraciadamente, se les ha hecho justicia. Entiendo el papel de madre de la nuera de Roberto, pero no me explico la necesidad de exhibicionismo que la llevó a presentarse en las contraportadas de los diarios en condiciones insultantes para las mujeres, ofensivas para las familias que leen éstos y vergonzantes para sus hijos. No la juzgo; la comprendo. Si yo fuera madre pelearía por mis hijos como fiera herida, pero nunca los expondría al escarnio público, ni les pondría el brutal ejemplo de la barbarie. Pero en fin, es su forma de lucha y debemos respetarla, aunque no compartamos el método, puesto que pone en riesgo la integridad física de los menores. En todo caso, hay un juicio legal que se sigue y serán las autoridades quienes determinen quién tiene la razón y a éste, deberán otorgar la tutela de los niños que hoy, desgraciadamente, son las víctimas mayores de un problema que tiene años y que ya debió tener un final feliz, no tanto para los padres en disputa, sino para los niños, que merecen una infancia placentera, alejada de los escándalos públicos.
Infamia antifeminista
A todo esto, mi amiga y colega Mari Jose Díaz, escribió en su columna “Filo y Sofía” que la información dada a conocer en los medios que exhibieron a Roberto Domínguez Cortés, es irreal y manipulada; aduce que hubo “mano negra” (el entrecomillado y la expresión es mía) en el manejo de la información sobre la detención de Domínguez Cortés e invoca el discurso del Gobernador Sabines Guerrero sobre su relación con los periodistas y los medios de comunicación. Nada del otro mundo que trastoque la libre forma de expresarse de la distinguida periodista. Especialmente porque la cita textual a la que apela es claramente explícita y retrata el pensamiento del mandatario sobre la libre expresión de las ideas: “Mi gobierno está decidido a no pelear con los periodistas, no tenemos por qué; respetaremos la libertad de expresión, no queremos periodistas presos, menos por el libre ejercicio de escribir, de expresarse.” En lo personal, creo que el enunciado de Juan Sabines Guerrero, se enmarca en la realidad de los periodistas chiapanecos. Habrá quienes no concuerden conmigo y les respeto por disentir. No es para pleito. No obstante, inmiscuirse en la vida privada de Mari Jose es una ocurrencia que desató polémica y encendidas protestas, en primer lugar, porque se incurrió en una extraña defensa de los derechos femeniles, atacando, insultando e infamando, precisamente, a otra mujer. No se cuestionaron las ideas de Mari Jose, sino su presunta forma de vida. Digo “presunta”, porque conozco a la periodista desde hace muchos años y nada de lo que se le endilga, perversamente, es cierto. Ahí, los grupos “feministas” que pretendieron unirse al linchamiento contra Roberto y su hijo, deben alzar la voz, pues el feroz ataque contra Mari Jose, es discriminatorio, racista y absolutamente misógino, aparte de irrespetuoso, irresponsable, arbitrario, ofensivo, cobarde y abusivo.
¿Y la ética?
No conozco un solo Código de Ética Periodística en el mundo que avale expresiones discriminatorias, racistas y ofensivas contra las personas. Todos los documentos al respecto que he leído, ponderan el respeto irrestricto a los seres humanos, sean éstos de la condición social que sean, profesen la religión que quieran, tengan las preferencias sexuales que más les guste o pertenezcan a la raza que fuere. De hecho, el Código de Ética del Frente de Periodistas de Chiapas (FREPECH) que me hicieron el honor de presidir mis compañeros, preconiza el absoluto respeto por las personas. (http://ksheratto.blogspot.com/2008/04/cdigo-de-tica-del-frepech.html). Todos entendemos la injuriosa pretensión de quien se sometió al libertinaje irresponsable para ultrajar la condición de mujer de nuestra colega, pero al mismo tiempo, advertimos la gravedad del hecho: un choque de locomotoras que no contribuye a nada ni ampara a nadie. Un enfrentamiento innecesario que distraería la atención de los verdaderos problemas sociales que, como periodistas y medios de comunicación, estamos obligados a ver, escuchar y comunicar. Las fobias y resentimientos de uno ó más personajes, no pueden ni deben influir en el derecho de informar y ser informados y menos, en la relación que debemos mantener como periodistas. La crisis de credibilidad que nos agobia como periodistas –inocultable realidad dentro de la que me incluyo–, debemos superarla con inteligencia, no con descalificaciones imbéciles que nos exhiben como un sector social débil y sin perspectiva. Somos periodistas, no caníbales. Todos necesitamos de todos. El amarillismo, que es sinónimo de irresponsabilidad y ausencia de ética, no puede dictar los procedimientos de un periodismo serio y comprometido con la sociedad. Tampoco la desautorización a priori de las ideas ajenas puede ser motivo para la confrontación, derivada de insultos sin sentido.
Por último, y sin pretensiones de atraer respuestas igual de virulentas y perversas como las emitidas contra Mari Jose Díaz Flores (que desde luego, tendrían puntual, contundente, documentada y muy respetuosa correspondencia), hago un llamado al respeto y la responsabilidad en el ejercicio periodístico. Ryszard Kapuscinski, periodista, escritor y ensayista polaco-bieloruso, nos dejó un sabio consejo: “La expresión de todo periodista debe estar siempre apegada al respeto de las personas, razas, religiones y preferencias sexuales, procurando siempre cuidar los aspectos privados de las personas, toda vez que incursionar en su vida privada no solo es una violación a la intimidad, sino que constituye una grave lesión a los intereses sociales que exigen sobre todo, veracidad, puntualidad y respeto a los derechos individuales”. Si no nos respetamos entre nosotros, ¿quién lo hará? ¿Así, ó más claro?
Tarjetero
*** Cayó como cubetazo de agua fría; Roberto Albores Gleasson, Francisco Sáu Yáñez, Enrique Orozco, Juan González Esponda, Santiago Lorenzo Jiménez y Luís Raquel Cal y Mayor Franco, fueron cesados fulminantemente tras descubrir, según el secretario de Gobierno Noé Castañón, que desde sus cargos públicos realizaban tareas de proselitismo. Buena medida, plausible. Es la primera vez en la historia reciente de Chiapas que no se tiene contemplaciones contra quienes utilizan recursos públicos para sus muy particulares intereses políticos. Obviamente, no serán los primeros ni los únicos. Algunos funcionarios, si bien no están buscando cargos de elección popular, sí están utilizando los programas de apoyo social para apoyar a amigos y compadres que quieren ser diputados. Pasa en la Secretaría de Atención a los Pueblos Indígenas. Desde ahí se condicionan los apoyos a favor de un grupo de precandidatos rubenistas. Sucede también en la Secretaría del Campo y en la Secretaría de Educación, desde donde se busca impulsar a candidatos del PANAL. LO que debemos ponderar es que a Sabines Guerrero, no le tiembla la mano y con ello, nos arroja una luz acerca de su posición frente al proceso electoral que se avecina. *** Omar Malagón Martínez, Contralor Externo de Pijijiapan, es el principal sospechoso de la brutal agresión de la que fue víctima Víctor Alfonso López Hernández, corresponsal y distribuidor del periódico “Entorno”. Según versiones de los periodistas de ese lugar, Malagón Martínez no ha perdido oportunidad para amenazar de muerte a los colegas Carlos López Salinas, Martín Cigarróa Lara y al propio López Hernández. Unos días antes del ataque contra el periodista, el funcionario amenazó a éstos con matarlos si seguían publicando las arbitrariedades y malos manejos del Ayuntamiento. El lesionado permanecía hasta ayer en un centro asistencial. Por cierto, el Ministerio Público se venía negando a tomar la declaración de éste. ¿Complicidad con el alcalde? *** Cuando fungió por primera vez como alcalde de San Cristóbal de las Casas, Mariano Díaz Ochoa lo corrió por corrupto, según denunció entonces; de nuevo lo volvió a contratar, ahora, como supervisor de obras. Se trata de Alfonso Vidales Romero. Y ya empezó con sus raterías: exige a los constructores, el 4 por ciento sobre el monto total de las obras. Le tendré más de éste señor. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
Angel Mario Ksheratto
Mariano Díaz, recontrató a un
sujeto al que antes había despedido
por corrupción.
El hecho: la provocación que obligó Roberto Domínguez Cortés y a su hijo del mismo nombre, a defenderse de una incursión casera que derivó en la posterior detención de ambos, asunto que desató una embestida mediática en contra del columnista del Cuarto Poder, cuya autoría no es del todo desconocida, pero tampoco arroja elementos que permitan una identificación certera que lleve a la condena directa. La reacción: indignados, algunos colegas expresaron su malestar y preocupación por la detención de Roberto y su hijo, pero más, por el inusitado linchamiento mediático del que fue objeto, presentándolo como a un delincuente de alta peligrosidad, cuando en realidad, su problema es estrictamente familiar, como muchos que se dan a diario en Chiapas (el de las herencias es el más recurrente) y que no han tenido la trascendencia que se le dio al caso de mi amigo y colega, y menos, la contundencia justiciera con que se trató el asunto, pese a que la trifulca se dio dentro del domicilio de Roberto, durante un claro allanamiento de morada.Siempre he sido partidario de la defensa de los derechos de las mujeres; desde éste espacio hemos hecho infinidad de denuncias por abusos contra ellas. Pocas veces, desgraciadamente, se les ha hecho justicia. Entiendo el papel de madre de la nuera de Roberto, pero no me explico la necesidad de exhibicionismo que la llevó a presentarse en las contraportadas de los diarios en condiciones insultantes para las mujeres, ofensivas para las familias que leen éstos y vergonzantes para sus hijos. No la juzgo; la comprendo. Si yo fuera madre pelearía por mis hijos como fiera herida, pero nunca los expondría al escarnio público, ni les pondría el brutal ejemplo de la barbarie. Pero en fin, es su forma de lucha y debemos respetarla, aunque no compartamos el método, puesto que pone en riesgo la integridad física de los menores. En todo caso, hay un juicio legal que se sigue y serán las autoridades quienes determinen quién tiene la razón y a éste, deberán otorgar la tutela de los niños que hoy, desgraciadamente, son las víctimas mayores de un problema que tiene años y que ya debió tener un final feliz, no tanto para los padres en disputa, sino para los niños, que merecen una infancia placentera, alejada de los escándalos públicos.
Infamia antifeminista
A todo esto, mi amiga y colega Mari Jose Díaz, escribió en su columna “Filo y Sofía” que la información dada a conocer en los medios que exhibieron a Roberto Domínguez Cortés, es irreal y manipulada; aduce que hubo “mano negra” (el entrecomillado y la expresión es mía) en el manejo de la información sobre la detención de Domínguez Cortés e invoca el discurso del Gobernador Sabines Guerrero sobre su relación con los periodistas y los medios de comunicación. Nada del otro mundo que trastoque la libre forma de expresarse de la distinguida periodista. Especialmente porque la cita textual a la que apela es claramente explícita y retrata el pensamiento del mandatario sobre la libre expresión de las ideas: “Mi gobierno está decidido a no pelear con los periodistas, no tenemos por qué; respetaremos la libertad de expresión, no queremos periodistas presos, menos por el libre ejercicio de escribir, de expresarse.” En lo personal, creo que el enunciado de Juan Sabines Guerrero, se enmarca en la realidad de los periodistas chiapanecos. Habrá quienes no concuerden conmigo y les respeto por disentir. No es para pleito. No obstante, inmiscuirse en la vida privada de Mari Jose es una ocurrencia que desató polémica y encendidas protestas, en primer lugar, porque se incurrió en una extraña defensa de los derechos femeniles, atacando, insultando e infamando, precisamente, a otra mujer. No se cuestionaron las ideas de Mari Jose, sino su presunta forma de vida. Digo “presunta”, porque conozco a la periodista desde hace muchos años y nada de lo que se le endilga, perversamente, es cierto. Ahí, los grupos “feministas” que pretendieron unirse al linchamiento contra Roberto y su hijo, deben alzar la voz, pues el feroz ataque contra Mari Jose, es discriminatorio, racista y absolutamente misógino, aparte de irrespetuoso, irresponsable, arbitrario, ofensivo, cobarde y abusivo.
¿Y la ética?
No conozco un solo Código de Ética Periodística en el mundo que avale expresiones discriminatorias, racistas y ofensivas contra las personas. Todos los documentos al respecto que he leído, ponderan el respeto irrestricto a los seres humanos, sean éstos de la condición social que sean, profesen la religión que quieran, tengan las preferencias sexuales que más les guste o pertenezcan a la raza que fuere. De hecho, el Código de Ética del Frente de Periodistas de Chiapas (FREPECH) que me hicieron el honor de presidir mis compañeros, preconiza el absoluto respeto por las personas. (http://ksheratto.blogspot.com/2008/04/cdigo-de-tica-del-frepech.html). Todos entendemos la injuriosa pretensión de quien se sometió al libertinaje irresponsable para ultrajar la condición de mujer de nuestra colega, pero al mismo tiempo, advertimos la gravedad del hecho: un choque de locomotoras que no contribuye a nada ni ampara a nadie. Un enfrentamiento innecesario que distraería la atención de los verdaderos problemas sociales que, como periodistas y medios de comunicación, estamos obligados a ver, escuchar y comunicar. Las fobias y resentimientos de uno ó más personajes, no pueden ni deben influir en el derecho de informar y ser informados y menos, en la relación que debemos mantener como periodistas. La crisis de credibilidad que nos agobia como periodistas –inocultable realidad dentro de la que me incluyo–, debemos superarla con inteligencia, no con descalificaciones imbéciles que nos exhiben como un sector social débil y sin perspectiva. Somos periodistas, no caníbales. Todos necesitamos de todos. El amarillismo, que es sinónimo de irresponsabilidad y ausencia de ética, no puede dictar los procedimientos de un periodismo serio y comprometido con la sociedad. Tampoco la desautorización a priori de las ideas ajenas puede ser motivo para la confrontación, derivada de insultos sin sentido.
Por último, y sin pretensiones de atraer respuestas igual de virulentas y perversas como las emitidas contra Mari Jose Díaz Flores (que desde luego, tendrían puntual, contundente, documentada y muy respetuosa correspondencia), hago un llamado al respeto y la responsabilidad en el ejercicio periodístico. Ryszard Kapuscinski, periodista, escritor y ensayista polaco-bieloruso, nos dejó un sabio consejo: “La expresión de todo periodista debe estar siempre apegada al respeto de las personas, razas, religiones y preferencias sexuales, procurando siempre cuidar los aspectos privados de las personas, toda vez que incursionar en su vida privada no solo es una violación a la intimidad, sino que constituye una grave lesión a los intereses sociales que exigen sobre todo, veracidad, puntualidad y respeto a los derechos individuales”. Si no nos respetamos entre nosotros, ¿quién lo hará? ¿Así, ó más claro?
Tarjetero
*** Cayó como cubetazo de agua fría; Roberto Albores Gleasson, Francisco Sáu Yáñez, Enrique Orozco, Juan González Esponda, Santiago Lorenzo Jiménez y Luís Raquel Cal y Mayor Franco, fueron cesados fulminantemente tras descubrir, según el secretario de Gobierno Noé Castañón, que desde sus cargos públicos realizaban tareas de proselitismo. Buena medida, plausible. Es la primera vez en la historia reciente de Chiapas que no se tiene contemplaciones contra quienes utilizan recursos públicos para sus muy particulares intereses políticos. Obviamente, no serán los primeros ni los únicos. Algunos funcionarios, si bien no están buscando cargos de elección popular, sí están utilizando los programas de apoyo social para apoyar a amigos y compadres que quieren ser diputados. Pasa en la Secretaría de Atención a los Pueblos Indígenas. Desde ahí se condicionan los apoyos a favor de un grupo de precandidatos rubenistas. Sucede también en la Secretaría del Campo y en la Secretaría de Educación, desde donde se busca impulsar a candidatos del PANAL. LO que debemos ponderar es que a Sabines Guerrero, no le tiembla la mano y con ello, nos arroja una luz acerca de su posición frente al proceso electoral que se avecina. *** Omar Malagón Martínez, Contralor Externo de Pijijiapan, es el principal sospechoso de la brutal agresión de la que fue víctima Víctor Alfonso López Hernández, corresponsal y distribuidor del periódico “Entorno”. Según versiones de los periodistas de ese lugar, Malagón Martínez no ha perdido oportunidad para amenazar de muerte a los colegas Carlos López Salinas, Martín Cigarróa Lara y al propio López Hernández. Unos días antes del ataque contra el periodista, el funcionario amenazó a éstos con matarlos si seguían publicando las arbitrariedades y malos manejos del Ayuntamiento. El lesionado permanecía hasta ayer en un centro asistencial. Por cierto, el Ministerio Público se venía negando a tomar la declaración de éste. ¿Complicidad con el alcalde? *** Cuando fungió por primera vez como alcalde de San Cristóbal de las Casas, Mariano Díaz Ochoa lo corrió por corrupto, según denunció entonces; de nuevo lo volvió a contratar, ahora, como supervisor de obras. Se trata de Alfonso Vidales Romero. Y ya empezó con sus raterías: exige a los constructores, el 4 por ciento sobre el monto total de las obras. Le tendré más de éste señor. *** Luego nos leemos.
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