Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El gobernador Sabines está obligado
a reflexionar profunda y seriamente
sobre la lealtad de los pablistas que
se quedaron dentro de su gabinete.
¿Quién ordenó el violento desalojo en Montebello y Chinkultic? ¿Tienen los repudiables sucesos, relación con las recientes demandas penales contra el exdictador? ¿Responde ése triste episodio a la pregunta sobre si la actual administración goza de la lealtad de los pablistas que se quedaron dentro del organigrama? Hace unos días, durante la inauguración de la oficina de Atención al Cliente del Cuarto Poder en Plaza Galerías, un amigo, excompañero de prisión durante el pabliato, me decía que frente a la demanda presentada contra Pablo Abner Salazar, se vería quiénes estaban del lado del Gobernador Sabines y quiénes seguían leales al tirano; otro vaticinó de plano, que la reacción de éste podría ser violenta. “Tiene los argumentos y los elementos para llevar a cabo una acción deleznable que desvirtúe ó inhiba las acciones en su contra”, me dijo.
A la luz de los hechos violentos en los dos centros turísticos, surgen infinidad de conjeturas. Según los propios habitantes de las comunidades involucradas en la toma de éstos lugares ante el abandono del Instituto Nacional de Antropología e Historia, las conversaciones para desalojar Montebello y Chinkultic estaban en buenos términos. Tan es así que, según ellos, era cuestión de horas para proceder al desalojo voluntario. ¿Quién, entonces, ordenó la acción armada? ¿A quién se pretendió beneficiar? Evidentemente, ahí hubo órdenes superiores que ignoraron los preacuerdos. Hubo también, el azuzamiento de un par de dirigentes comunales plenamente identificados con los pablistas y que, misteriosamente, no sufrieron ni una sola herida y tampoco fueron detenidos. Siguen casi en el anonimato. Hay una incuestionable falta de comunicación entre los negociadores y los ejecutores del desalojo. Y desde luego, una falla terrible de la política interna, pues la matanza pudo evitarse, con todo y que ésta hubiere sido concebida con fines perversos.
El Ministerio de Justicia ha anunciado una profunda investigación para determinar quién inició la gresca que terminó en carnicería. Hay testimonios que indican que hubo campesinos a los que remataron los policías, como también, salvajismo por parte de los comuneros, quienes incluso, rociaron de gasolina a los funcionarios que mantenían retenidos. Violencia inexplicable por todas partes que no puede quedar en la impunidad. Ni los actores directos, ni quienes cobardemente, están tras los lamentables hechos. El MJ debe llegar al fondo de todo y detener a quién dio la orden de disparar contra los campesinos, así como a los dos dirigentes comunales que ordenaron secuestrar a los funcionarios. Hay un dato interesante que no podemos pasar por alto: los campesinos desarmaron y retuvieron a setenta y siete agentes de la policía. ¿Significa que no a todos les dieron la orden de disparar? ¿Había infiltrados entre éstos para llevar a cabo una acción concertada? Un dato más: Fue la Policía Federal la primera que ingreso a violentar los ánimos de los comuneros. ¿Quién es el encargado de ése cuerpo de policía federal en Chiapas? ¿Cuáles son sus ligas con la dictadura? El Ministerio de Justicia, tiene qué desenmarañar todo éste asunto que indigna a todos. Por último, el Gobernador Sabines debe hacer una profunda revisión del tema de la lealtad entre los pablistas que se quedaron en su gabinete. Por ahí puede encontrarse con algunas sorpresas.
¿Solo dos delitos?
Pandillerismo y lesiones son los dos delitos que encontraron las autoridades a los siete detenidos, integrantes de la temible banda “BMW” o “De los Chong”. ¡Momento!. Los chamacos éstos extraían los dientes a sus víctimas y les extirpaban los ojos. A muchos los dejaban desangrándose. A más de una mujer habrán violado. Eran una peligrosa asociación. De tal manera que no solo pandillerismo y lesiones. Delitos como asociación delictuosa, que no alcanza fianza; homicidio en grado de tentativa, secuestro, violación, asalto con violencia, amenazas y uso excesivo de la fuerza, deben serles agregados. Sobre esto último, en el Código Penal se tipifica como delito agredir a una persona si se tiene conocimientos de artes marciales, puesto que se considera un arma mortal.
Ahora bien, solo se ha detenido a siete de los aproximadamente treinta integrantes de esa peligrosa banda criminal. Faltan más o menos veintitrés. Solo de esa banda, pues hay dos más que no han sido tocadas por las autoridades. No esperamos que ahí queden las cosas y el resto siga libre y haciendo lo que saben hacer: asaltar a jóvenes y señoritas indefensos que gustan de divertirse sanamente. Andrés y Manuel Carballo Chong, Alfonso Toledo Clausen, Rafael Gaitán Núñez, Adrián Cámara, Alejandro y Guillermo Serrano Sagrario, solo son parte de esa red de transgresores de la ley. Aplaudimos el hecho que ya hayan sido detenidos, pero aplaudiríamos más si se detiene a todos los integrantes de ese grupo. Y aplaudiremos más si analizan detenidamente los delitos cometidos por éstos. Porque por pandillerismo y lesiones, hasta ya habrán salido, subrepticiamente, bajo fianza. ¿Por qué a los pandilleritos de Patria Nueva o Las Granjas sí los acusan de asociación delictuosa? ¿Por su condición social? ¿Los delitos graves solo son para los pobres? Insistimos: Faltan 23 más y los de otras dos bandas. Estaremos pendientes.
Tarjetero
*** César Chávez, el mensajero de la muerte de Pablo Abner Salazar (sí, aquel que acuño la frase “encierro, destierro o entierro” para los opositores del exdictador) empieza a ser un serio problema para el Congreso del Estado. En una de tantas, podría estallar la bomba política que todos temen y todo, por la desfachatez de Chávez, quien, ya sabemos, sigue cumpliendo los cometidos de su exjefe, el tirano. *** Por cierto, “El Chamula”, avión oficial del Gobierno de Chiapas, en el sexenio pasado sirvió para llevar ilegales centroamericanos a Tijuana. El que “capitaneaba” la nave era uno de los hermanos de Pablo Abner. Así de bonito el asunto. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
El gobernador Sabines está obligado
a reflexionar profunda y seriamente
sobre la lealtad de los pablistas que
se quedaron dentro de su gabinete.
¿Quién ordenó el violento desalojo en Montebello y Chinkultic? ¿Tienen los repudiables sucesos, relación con las recientes demandas penales contra el exdictador? ¿Responde ése triste episodio a la pregunta sobre si la actual administración goza de la lealtad de los pablistas que se quedaron dentro del organigrama? Hace unos días, durante la inauguración de la oficina de Atención al Cliente del Cuarto Poder en Plaza Galerías, un amigo, excompañero de prisión durante el pabliato, me decía que frente a la demanda presentada contra Pablo Abner Salazar, se vería quiénes estaban del lado del Gobernador Sabines y quiénes seguían leales al tirano; otro vaticinó de plano, que la reacción de éste podría ser violenta. “Tiene los argumentos y los elementos para llevar a cabo una acción deleznable que desvirtúe ó inhiba las acciones en su contra”, me dijo.
A la luz de los hechos violentos en los dos centros turísticos, surgen infinidad de conjeturas. Según los propios habitantes de las comunidades involucradas en la toma de éstos lugares ante el abandono del Instituto Nacional de Antropología e Historia, las conversaciones para desalojar Montebello y Chinkultic estaban en buenos términos. Tan es así que, según ellos, era cuestión de horas para proceder al desalojo voluntario. ¿Quién, entonces, ordenó la acción armada? ¿A quién se pretendió beneficiar? Evidentemente, ahí hubo órdenes superiores que ignoraron los preacuerdos. Hubo también, el azuzamiento de un par de dirigentes comunales plenamente identificados con los pablistas y que, misteriosamente, no sufrieron ni una sola herida y tampoco fueron detenidos. Siguen casi en el anonimato. Hay una incuestionable falta de comunicación entre los negociadores y los ejecutores del desalojo. Y desde luego, una falla terrible de la política interna, pues la matanza pudo evitarse, con todo y que ésta hubiere sido concebida con fines perversos.
El Ministerio de Justicia ha anunciado una profunda investigación para determinar quién inició la gresca que terminó en carnicería. Hay testimonios que indican que hubo campesinos a los que remataron los policías, como también, salvajismo por parte de los comuneros, quienes incluso, rociaron de gasolina a los funcionarios que mantenían retenidos. Violencia inexplicable por todas partes que no puede quedar en la impunidad. Ni los actores directos, ni quienes cobardemente, están tras los lamentables hechos. El MJ debe llegar al fondo de todo y detener a quién dio la orden de disparar contra los campesinos, así como a los dos dirigentes comunales que ordenaron secuestrar a los funcionarios. Hay un dato interesante que no podemos pasar por alto: los campesinos desarmaron y retuvieron a setenta y siete agentes de la policía. ¿Significa que no a todos les dieron la orden de disparar? ¿Había infiltrados entre éstos para llevar a cabo una acción concertada? Un dato más: Fue la Policía Federal la primera que ingreso a violentar los ánimos de los comuneros. ¿Quién es el encargado de ése cuerpo de policía federal en Chiapas? ¿Cuáles son sus ligas con la dictadura? El Ministerio de Justicia, tiene qué desenmarañar todo éste asunto que indigna a todos. Por último, el Gobernador Sabines debe hacer una profunda revisión del tema de la lealtad entre los pablistas que se quedaron en su gabinete. Por ahí puede encontrarse con algunas sorpresas.
¿Solo dos delitos?
Pandillerismo y lesiones son los dos delitos que encontraron las autoridades a los siete detenidos, integrantes de la temible banda “BMW” o “De los Chong”. ¡Momento!. Los chamacos éstos extraían los dientes a sus víctimas y les extirpaban los ojos. A muchos los dejaban desangrándose. A más de una mujer habrán violado. Eran una peligrosa asociación. De tal manera que no solo pandillerismo y lesiones. Delitos como asociación delictuosa, que no alcanza fianza; homicidio en grado de tentativa, secuestro, violación, asalto con violencia, amenazas y uso excesivo de la fuerza, deben serles agregados. Sobre esto último, en el Código Penal se tipifica como delito agredir a una persona si se tiene conocimientos de artes marciales, puesto que se considera un arma mortal.
Ahora bien, solo se ha detenido a siete de los aproximadamente treinta integrantes de esa peligrosa banda criminal. Faltan más o menos veintitrés. Solo de esa banda, pues hay dos más que no han sido tocadas por las autoridades. No esperamos que ahí queden las cosas y el resto siga libre y haciendo lo que saben hacer: asaltar a jóvenes y señoritas indefensos que gustan de divertirse sanamente. Andrés y Manuel Carballo Chong, Alfonso Toledo Clausen, Rafael Gaitán Núñez, Adrián Cámara, Alejandro y Guillermo Serrano Sagrario, solo son parte de esa red de transgresores de la ley. Aplaudimos el hecho que ya hayan sido detenidos, pero aplaudiríamos más si se detiene a todos los integrantes de ese grupo. Y aplaudiremos más si analizan detenidamente los delitos cometidos por éstos. Porque por pandillerismo y lesiones, hasta ya habrán salido, subrepticiamente, bajo fianza. ¿Por qué a los pandilleritos de Patria Nueva o Las Granjas sí los acusan de asociación delictuosa? ¿Por su condición social? ¿Los delitos graves solo son para los pobres? Insistimos: Faltan 23 más y los de otras dos bandas. Estaremos pendientes.
Tarjetero
*** César Chávez, el mensajero de la muerte de Pablo Abner Salazar (sí, aquel que acuño la frase “encierro, destierro o entierro” para los opositores del exdictador) empieza a ser un serio problema para el Congreso del Estado. En una de tantas, podría estallar la bomba política que todos temen y todo, por la desfachatez de Chávez, quien, ya sabemos, sigue cumpliendo los cometidos de su exjefe, el tirano. *** Por cierto, “El Chamula”, avión oficial del Gobierno de Chiapas, en el sexenio pasado sirvió para llevar ilegales centroamericanos a Tijuana. El que “capitaneaba” la nave era uno de los hermanos de Pablo Abner. Así de bonito el asunto. *** Luego nos leemos.
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