Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Cínica, la pseudodirigente magisterial
no deja lugar a las dudas respecto a su
debilidad por el dinero ajeno.
Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que hay por miles en todo el país. Difícil creer que sea para invertir en sueldos para decenas de miles de maestros que perciben una miseria y que sin embargo, son utilizados por unos cuantos zánganos que negocian para ellos y luego los dejan tirados.
Aunque ayer trataron de recomponer las cosas diciendo que no, que las Hummer’s que entregó la señora Morales Gordillo eran para rifarse, nadie les ha vuelto a creer, pues los mismos dirigentes estatales aseguraron que normalmente, cada año les regalan una Explorer, la cual, dicen, todavía están esperando. Inmoralidad sobre inmoralidad. No parece un sindicato de formadores de ciudadanos libres y honrados, sino una familia de mafiosos, en la que la matrona, Vita Gordione, hace y deshace, ante la complaciente mirada de un Gobierno Federal incompetente y quizá, hasta cómplice de las majaderías que lastiman y ofenden a la sociedad. Porque es seguro que ése dinero no salió de las gordas bolsas de la señora en mención, sino de la Secretaría de Educación, cuya titular, Josefina Vásquez Mota, debe una explicación coherente y eficaz a los mexicanos. ¿Por qué no, en lugar de regalar lujosos automóviles a dirigentes espurios, se invierte en mejorar las escuelas públicas que están en condiciones deplorables? El cinismo, la desvergüenza, como puntos de apoyo para una mafia que no deja de sorprendernos con sus marrullerías y abusos que tampoco dejan lugar a las dudas respecto a la terrible corrupción que se vive tanto en la SEP, como en un sindicato castrado y carente de autoridad moral. ¿Cuánto dinero más se ha malgastado en lujos y pillerías la señora Gordillo Morales? ¿Quién se ha atrevido a auditar los dineros de ése sindicato que desde los tiempos de Salinas de Gortari tiene en su poder? Es increíble que en pleno siglo veintiuno, cuando se llenan la boca de pureza, sigan viviendo de la corrupción, del robo descarado y del engaño a miles de maestros que siguen bajo la bota opresora de una vulgar dirigencia y de dirigentes estatales impuestos, espurios y bandidos. Es indignante lo que sucede. No se puede admitir de ninguna forma.
Visita inesperada
Sorpresivamente, por los pasillos del Hospital Regional, un personaje se apareció la semana pasada; agarró a todos como al afamado “Tigre de Santa Julia”. A uno por uno de los enfermos, les preguntó su estado de salud y si ya habían sido debidamente atendidos. Era el gobernador Juan Sabines Guerrero. No estaba en su agenda presentarse de improviso en ése nosocomio. Causó sorpresa y nerviosismo en algunos que se vieron descubiertos en su desmán de todos los días. Buen detalle que entre otras cosas, desnudó una lacerante realidad: el Hospital Regional está en pésimas condiciones. ¿Se acuerda Usted que en el sexenio pasado se “reinauguró” y entonces se dijo que en la remodelación se gastaron varios millones de pesos? También recordará que entonces, se denunció que era una mentira, que solo le construyeron una pared frontal y que el interior, seguía peor que un mingitorio de burdel de barrio. Se enojaron Pablo Abner y el actual rector de la UNACH, Ángel René Estrada, entonces, secretario de Salud.
Eso fue lo que, sin duda, vio el Gobernador Sabines, quien de inmediato, se comprometió a mejorar ésas instalaciones, lo cual es plausible… Y lo será más si los encargados de ése tipo de obras, se ponen a trabajar cuanto antes. Otra cosa que esperamos cambie a raíz de esa visita, es el trato a los pacientes. Son mejor tratados los animalitos en una veterinaria que los enfermos en ése hospital. Qué bueno que Sabines Guerrero preguntó a algunos de éstos, cómo los atienden. Sé de médicos y enfermeras (no todos, ni todas, aclaro) que llegan en estado de embriaguez o que utilizan ésas instalaciones para ingerir licor. Sé de algún personal que actúa con total negligencia contra los enfermos. Y no lo se de oídas; lo he vivido, no una sino muchas veces. Esto de las visitas sorpresivas de algunos mandatarios a centros asistenciales, cárceles y oficinas públicas para verificar el buen trato a los ciudadanos, es algo que muy pocos han hecho. Se recuerda a Julio César Turbay, de Colombia; Jaime Lusinchi, de Venezuela; Tancredo Neves, de Brasil y el guatemalteco, Efraín Ríos Montt. Casi todos en la misma época, por ahí en la década de los ochentas. ¿Qué dejó? Que el trato y la atención cambiaron radicalmente. Ojalá, suceda lo mismo en Chiapas, pues hay oficinas donde de plano, tratan a los ciudadanos como limosneros. Aunque no es de competencia del Estado, pero ahí está la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuyo delegado, de apellido Salazar por cierto, trata a la gente con tal desprecio, que no parece una oficina de asuntos diplomáticos, sino verduleros. En fin.
Tarjetero
*** Por ahí se debe iniciar una investigación a la Secretaría de Pueblos Indios pues, muchos de los recursos de esa dependencia, no están siendo entregados a los beneficiarios, sino solo a familiares y amigos del titular y otros funcionarios de menor rango. Lo grave es que cuando se trata de grupos y organizaciones, solo le dan a aquellas que manifiesten su apoyo a la improbable candidatura de Rubén Velásquez. Mal, muy mal. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Cínica, la pseudodirigente magisterial
no deja lugar a las dudas respecto a su
debilidad por el dinero ajeno.
Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que hay por miles en todo el país. Difícil creer que sea para invertir en sueldos para decenas de miles de maestros que perciben una miseria y que sin embargo, son utilizados por unos cuantos zánganos que negocian para ellos y luego los dejan tirados.Aunque ayer trataron de recomponer las cosas diciendo que no, que las Hummer’s que entregó la señora Morales Gordillo eran para rifarse, nadie les ha vuelto a creer, pues los mismos dirigentes estatales aseguraron que normalmente, cada año les regalan una Explorer, la cual, dicen, todavía están esperando. Inmoralidad sobre inmoralidad. No parece un sindicato de formadores de ciudadanos libres y honrados, sino una familia de mafiosos, en la que la matrona, Vita Gordione, hace y deshace, ante la complaciente mirada de un Gobierno Federal incompetente y quizá, hasta cómplice de las majaderías que lastiman y ofenden a la sociedad. Porque es seguro que ése dinero no salió de las gordas bolsas de la señora en mención, sino de la Secretaría de Educación, cuya titular, Josefina Vásquez Mota, debe una explicación coherente y eficaz a los mexicanos. ¿Por qué no, en lugar de regalar lujosos automóviles a dirigentes espurios, se invierte en mejorar las escuelas públicas que están en condiciones deplorables? El cinismo, la desvergüenza, como puntos de apoyo para una mafia que no deja de sorprendernos con sus marrullerías y abusos que tampoco dejan lugar a las dudas respecto a la terrible corrupción que se vive tanto en la SEP, como en un sindicato castrado y carente de autoridad moral. ¿Cuánto dinero más se ha malgastado en lujos y pillerías la señora Gordillo Morales? ¿Quién se ha atrevido a auditar los dineros de ése sindicato que desde los tiempos de Salinas de Gortari tiene en su poder? Es increíble que en pleno siglo veintiuno, cuando se llenan la boca de pureza, sigan viviendo de la corrupción, del robo descarado y del engaño a miles de maestros que siguen bajo la bota opresora de una vulgar dirigencia y de dirigentes estatales impuestos, espurios y bandidos. Es indignante lo que sucede. No se puede admitir de ninguna forma.
Visita inesperada
Sorpresivamente, por los pasillos del Hospital Regional, un personaje se apareció la semana pasada; agarró a todos como al afamado “Tigre de Santa Julia”. A uno por uno de los enfermos, les preguntó su estado de salud y si ya habían sido debidamente atendidos. Era el gobernador Juan Sabines Guerrero. No estaba en su agenda presentarse de improviso en ése nosocomio. Causó sorpresa y nerviosismo en algunos que se vieron descubiertos en su desmán de todos los días. Buen detalle que entre otras cosas, desnudó una lacerante realidad: el Hospital Regional está en pésimas condiciones. ¿Se acuerda Usted que en el sexenio pasado se “reinauguró” y entonces se dijo que en la remodelación se gastaron varios millones de pesos? También recordará que entonces, se denunció que era una mentira, que solo le construyeron una pared frontal y que el interior, seguía peor que un mingitorio de burdel de barrio. Se enojaron Pablo Abner y el actual rector de la UNACH, Ángel René Estrada, entonces, secretario de Salud.
Eso fue lo que, sin duda, vio el Gobernador Sabines, quien de inmediato, se comprometió a mejorar ésas instalaciones, lo cual es plausible… Y lo será más si los encargados de ése tipo de obras, se ponen a trabajar cuanto antes. Otra cosa que esperamos cambie a raíz de esa visita, es el trato a los pacientes. Son mejor tratados los animalitos en una veterinaria que los enfermos en ése hospital. Qué bueno que Sabines Guerrero preguntó a algunos de éstos, cómo los atienden. Sé de médicos y enfermeras (no todos, ni todas, aclaro) que llegan en estado de embriaguez o que utilizan ésas instalaciones para ingerir licor. Sé de algún personal que actúa con total negligencia contra los enfermos. Y no lo se de oídas; lo he vivido, no una sino muchas veces. Esto de las visitas sorpresivas de algunos mandatarios a centros asistenciales, cárceles y oficinas públicas para verificar el buen trato a los ciudadanos, es algo que muy pocos han hecho. Se recuerda a Julio César Turbay, de Colombia; Jaime Lusinchi, de Venezuela; Tancredo Neves, de Brasil y el guatemalteco, Efraín Ríos Montt. Casi todos en la misma época, por ahí en la década de los ochentas. ¿Qué dejó? Que el trato y la atención cambiaron radicalmente. Ojalá, suceda lo mismo en Chiapas, pues hay oficinas donde de plano, tratan a los ciudadanos como limosneros. Aunque no es de competencia del Estado, pero ahí está la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuyo delegado, de apellido Salazar por cierto, trata a la gente con tal desprecio, que no parece una oficina de asuntos diplomáticos, sino verduleros. En fin.
Tarjetero
*** Por ahí se debe iniciar una investigación a la Secretaría de Pueblos Indios pues, muchos de los recursos de esa dependencia, no están siendo entregados a los beneficiarios, sino solo a familiares y amigos del titular y otros funcionarios de menor rango. Lo grave es que cuando se trata de grupos y organizaciones, solo le dan a aquellas que manifiesten su apoyo a la improbable candidatura de Rubén Velásquez. Mal, muy mal. *** Luego nos leemos.
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