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AMLO, el cochinero y el golpe de estado

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


El autodenominado "presidente
legítimo", de deslegitima al ordenar
la toma violenta e ilegal de la Tribuna
del Congreso de la Unión.

Incapaces de reconocerse a sí mismos en el cochinero en que se han revolcado desde que intentaron manipular su pretendida “democracia”, los perredistas han llevado su vergonzante espectáculo al Congreso de la Unión, secuestrando la máxima Tribuna del país, como si ésta fuera el galardón merecido por el desorden imperante que los lleva, irremediablemente, a una pérdida total del capital político que alguna vez tuvieron y que se esfumó por la falta de disciplina y respeto a sus propios principios… Si es que los llegaron a tener. Técnicamente, el secuestro de la Tribuna de las Cámaras de Senadores y Diputados Federales, es un
golpe de estado que atenta claramente contra la soberanía de la Nación, pone en riesgo la endeble democracia y desestabiliza los cimientos de la gobernabilidad de México, toda vez que el llamado del líder de ese desfachatado movimiento, Andrés Manuel López Obrador, ha llamado a la “resistencia civil pacífica”, ateniéndose precisamente a acciones contrarias, actos que violentan en primer término, los derechos de terceros y las normativas generadoras de consenso y diálogo.
En palabras claras, estamos frente a una conspiración de la izquierda radical, basada en el odio personal de López Obrador contra Felipe Calderón y no sustentada en la defensa de los petroquímicos, como pareciera ser. La lógica del PRD no deja lugar a las conjeturas; el tema del petróleo es mero pretexto para violentar uno de los órdenes de la institucionalidad. Bien pudo estar en la mesa de debates cualquier otro tema. Lo que a AMLO le urgía era una cortina de humo para esconder el cochinero a que llevó al partido cuando fracasó en la imposición de su candidato a la dirigencia perredista y que al mismo tiempo, tapara el cochinero de su “presidencia legítima”, cuyos resultados han sido francamente catastróficos. Obviamente, la coyuntura también se presta para demostraciones ridículas de liderazgo, un liderazgo que sólo comparte una minoría que se niega a admitir los resultados de la democracia.
Esa minoría, desgraciadamente, se ha cargado de un fanatismo exacerbado y peligroso que amenaza con poner de rodillas al país entero. La ilegalidad sobre la que se mueven los seguidores de López Obrador, no ayuda en nada a la “legitimidad” de éste en su alocada idea de ser el “presidente legítimo”; y más, cuando en aras de una defensa sin sentido (porque ha quedado perfectamente claro que PEMEX seguirá siendo patrimonio de los mexicanos) se recurre a un golpe de estado técnico, cuya base es el encono personal.

¿Qué es un golpe de estado?

Me decía hace unos días un perredista chiapaneco que catalogar la toma de la Tribuna del Congreso de la Unión, “es una exageración estúpida de los Medios de Comunicación”. Respetable su punto de vista, pero errado a todas luces. Un golpe de estado puede ser llano o técnico, aunque en realidad, la única variante es el resultado final. Es llano, cuando el promoverte de un golpe de estado, toma el poder y dicta medidas extremas para hacerse respetar. Y técnico, cuando uno de los Poderes interfiere en la vida democrática de las instituciones con intenciones desestabilizadoras. Una de las definiciones que encontramos en el Diccionario Ideológico de la Lengua Española es que un golpe de estado técnico “es una medida grave y violenta que toma uno de los Poderes del Estado, usurpando las atribuciones del otro”. Esos elementos son claros en la toma de la Tribuna, por parte de un puñado de perredistas y algunos títeres del PT y Convergencia.
En cuanto al golpe de estado llano, “es la acción de apoderarse violenta e ilegalmente del gobierno de un país, alguno de los poderes del mismo, por ejemplo, el Ejército” (Diccionario de Uso del Español) Así podríamos llenar cien columnas con definiciones y todas concuerdan en que la toma ilegal y violenta de uno de Poderes de una Nación, es un golpe de estado técnico, una usurpación del poder que denota claras faltas, en el caso de México, a la Constitución General de la República. Los perredistas y sus dos compinches en ese ilegal acto (insistimos: imposible reconocer a AMLO como presidente “legítimo” cuando el pondera y promueve la ilegalidad) están vulnerando la legalidad institucional, atacando, sin justificación, los principios democráticos que pregonan.
Ante tal situación, debe, la sociedad, mantenerse en alerta, pues de concretarse el plan de los lopezobradoristas de conducir a México al caos y la anarquía, muy probablemente se caiga en la tentación de una dictadura de facto, como ya empezamos a ver. La falta de contundencia del resto de Poderes e incluso, de los demás diputados que en mayoría se oponen al capricho de una minoría recalcitrante, está permitiendo que lo que empezó como un acto de protesta y está siendo un golpe de estado técnico, termine siendo el inicio de una etapa de sometimiento forzoso que traiga consigo actos de violencia extrema.
No hay razón aparente para que un grupo de desquiciados mesianistas asalte el Poder Legislativo; ha habido propuestas de diálogo al que se han negado sistemáticamente, lo que confirma la hipótesis en el sentido que su defensa no es el petróleo, sino los intereses muy particulares de Andrés Manuel, quien no termina de entender que en una democracia, se gana o se pierde. Y se pueden perder las elecciones, pero no el sentido común y tampoco, el respeto a las mayorías.

Tarjetero

*** Anteanoche celebró su primer aniversario el programa televisivo “Sin Censura”, que conduce mi entrañable amigo, el reconocido y talentoso periodista, Miguel González Alonso, junto con otros talentos como el caricaturista Enrique Alfaro, y Javier Navarro, Alejandro Flores Cancino y el famosísimo Gallo, en la producción. A todos ellos, el reconocimiento por su entrega y profesionalismo. De Miguelón siempre hemos esperado un trabajo serio y responsable, porque esa es su naturaleza. Felicitaciones. *** Ya entrados en felicitaciones, para mi también amigo Luís Torres Lascano y su distinguida esposa, la felicitación por el nacimiento de su tercer hija. *** Luego nos leemos.
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