Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Al exdiputado, le acusa
la madre de su hijo de
varios delitos.
Mal día para Carlos Pano Becerra; ayer por la tarde todo era regocijo entre su pequeño grupo de seguidores. Había decidido anunciar su intención de “recuperar” la Presidencia Municipal de Tapachula para el PRI. Quienes le escucharon aseguran que el ex diputado federal y delator de su propio hermano (Manuel) ante Pablo Salazar, no pudo ocultar su felicidad porque al fin, según sus propias palabras, alcanzaría el sueño de toda su vida: ser alcalde de una ciudad de la importancia de Tapachula.
“He sido siempre un hombre de bien, honrado, honesto, sincero; a nadie he engañado, tengo la conciencia limpia y una familia unida que me respeta y me apoya porque he sido buen ejemplo apara todos y nunca he sido infiel a mis principios y a mi familia”, dicen que dijo. Casi arrancó lágrimas de los ojos de la gente que le veía extasiada, como si de pronto no estuvieran frente al manipulador de Coapatap, sino en el regazo de la Madre Teresa de Calcuta.
Poco duró el efecto de ese conmovedor discurso; María Hernández Laparra, de 34 años de edad hacía lo suyo. Frente a un Ministerio Público, se quejaba de maltrato, engaños, abusos e infidelidades de su pareja sentimental, el aspirante a la presidencia municipal tapachulteca, Carlos Pano Becerra, el mismo que casi a la misma hora, se asumía como el hombre más pulcro en cuestiones de amor y matrimonio. A los periodistas, la señora también contó la larga historia de un triángulo de intereses que incluyó el tráfico de menores, mediante la compra del hijo de ella con Pano Becerra, por parte de la esposa de éste. Al precandidato priísta, dice su enamorada, le interesaba más la política que, incluso, su propio hijo. En una ocasión le pidió que negara su paternidad en virtud que quería ser diputado federal; la convenció logrando que el alcalde de Tuxtla Chico le aumentara el sueldo de secretaria. Según esto, si ella negaba la paternidad de su hijo, su esposa no le pediría el divorcio y él podría utilizarla para que le acompañara durante la campaña, aparentando un matrimonio feliz y sin complicaciones amorosas. Luego vino la proposición de la esposa de Carlos quien, en un restaurante de la ciudad de Tapachula, le pidió que le vendiera al hijo de su marido con ella.
La historia, si bien es de carácter muy personal, tomó tinte público cuando la señora decidió denunciar penalmente al exdiputado, acusándole de varios delitos que, como quiera que sea, desacreditan a éste para contender por un cargo público y más, cuando Pano intenta engañar al electorado con una imagen familiar y personal que no corresponde a la realidad. A pesar que a los electores de la Costa no les incumbe la vida privada de los políticos, el escándalo con que se amanecieron hoy, ha desatado las más diversas reacciones, muchas de las cuales coinciden en señalar que si ha sido capaz de engañar a dos mujeres a las que juró amor eterno y ha sido capaz de traficar con su propio hijo, también sería capaz de traicionar a los ciudadanos. El escándalo, merma la confianza y credibilidad del precandidato priísta. Le ubica como un hombre sin principios, mentiroso y superficial. “Si traicionó a su hermano proporcionado a la Fiscalía pablista todos las pruebas incriminatorias, a los tapachultecos, los hará pedazos”, se oyó decir en los restaurantes y cafeterías de ésta ciudad durante todo el día.
El IEE bajo sospecha
Conforme pasan los días, los órganos electorales van cobrando terreno en el asunto de las desconfianzas. El poco trabajo para promover el voto y la desidia para atender las quejas contra los adelantados, sugieren que en materia de democracia electoral hay mucha tela de dónde cortar y poco piso por dónde correr. Por si fueran pocas las desconfianzas, surgió la sospecha en el sentido que existe un muy mal manejo de las finanzas de éstos, derivada de la pésima administración y los derroches que han alcanzado proporciones de escándalo.
Una fuente dentro del propio Instituto Estatal Electoral confió a éste columnista que solo por concepto de viáticos, las erogaciones han superado las expectativas monetarias de esa institución. Lo grave es que por lo general, nadie viaja al interior del estado a promover el voto y menos, mucho menos, para generar espacios de credibilidad entre los electores. Pero no solo en el manejo de las finanzas han surgido sospechas; la imparcialidad que debe regir el espíritu rector de esa institución ha empezado a ser seriamente cuestionada incluso por los partidos políticos, cuyos representantes creen que la jefatura del IEE, ha caído en la tentación de otorgar facilidades a algunos candidatos, especialmente aquellos que representan el proyecto transexenal de Pablo Salazar. Si ése órgano sucumbe a las presiones y exigencias de un exgobernador soberbio, prepotente y al mismo tiempo, cobarde, podría generar una crisis política y social, como ya se prevé en algunos distritos electorales donde los participantes o aspirantes a participar, empiezan a hacer cuestionamientos que preocupan de verdad. Por las razones que sean, el IEE está obligado a presentar un balance claro, primero, de sus finanzas y segundo, de sus acciones como garante de la democracia electoral. No puede ni debe haber una elección bajo sospecha. Y si de plano los encargados de llevar a cabo los procesos electorales no pueden o no quieren cumplir con sus obligaciones, no estaría mal que renuncien, pues no hay indispensabilidad de sus actos en una sociedad que ya ha superado las etapas de autoritarismo electoral. Al menos eso se percibe.
Tarjetero
*** Como perrito faldero, Blas Zamora no se despega de las oficinas de doña Arely Madrid. Su intención que es que el santísimo dedo de la señora le haga rico, más de lo que ya se ha hecho en los cargos públicos que ha ostentado y de donde ha salido bajo sospecha. Es decir, quiere que por el antidemocrático dedo, lo hagan de nuevo, candidato a una diputación local, sin pasar por una consulta a las bases. ¿No tiene vergüenza el famoso Chucky? Que primero rinda cuentas claras de su paso por la alcaldía de Tapachula y que explique los negocios que hizo con los alcaldes cuando estuvo al frente de la Comisión de hacienda del Congreso. *** Luego nos leemos.
http://www.asich.com
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Al exdiputado, le acusa
la madre de su hijo de
varios delitos.
Mal día para Carlos Pano Becerra; ayer por la tarde todo era regocijo entre su pequeño grupo de seguidores. Había decidido anunciar su intención de “recuperar” la Presidencia Municipal de Tapachula para el PRI. Quienes le escucharon aseguran que el ex diputado federal y delator de su propio hermano (Manuel) ante Pablo Salazar, no pudo ocultar su felicidad porque al fin, según sus propias palabras, alcanzaría el sueño de toda su vida: ser alcalde de una ciudad de la importancia de Tapachula.“He sido siempre un hombre de bien, honrado, honesto, sincero; a nadie he engañado, tengo la conciencia limpia y una familia unida que me respeta y me apoya porque he sido buen ejemplo apara todos y nunca he sido infiel a mis principios y a mi familia”, dicen que dijo. Casi arrancó lágrimas de los ojos de la gente que le veía extasiada, como si de pronto no estuvieran frente al manipulador de Coapatap, sino en el regazo de la Madre Teresa de Calcuta.
Poco duró el efecto de ese conmovedor discurso; María Hernández Laparra, de 34 años de edad hacía lo suyo. Frente a un Ministerio Público, se quejaba de maltrato, engaños, abusos e infidelidades de su pareja sentimental, el aspirante a la presidencia municipal tapachulteca, Carlos Pano Becerra, el mismo que casi a la misma hora, se asumía como el hombre más pulcro en cuestiones de amor y matrimonio. A los periodistas, la señora también contó la larga historia de un triángulo de intereses que incluyó el tráfico de menores, mediante la compra del hijo de ella con Pano Becerra, por parte de la esposa de éste. Al precandidato priísta, dice su enamorada, le interesaba más la política que, incluso, su propio hijo. En una ocasión le pidió que negara su paternidad en virtud que quería ser diputado federal; la convenció logrando que el alcalde de Tuxtla Chico le aumentara el sueldo de secretaria. Según esto, si ella negaba la paternidad de su hijo, su esposa no le pediría el divorcio y él podría utilizarla para que le acompañara durante la campaña, aparentando un matrimonio feliz y sin complicaciones amorosas. Luego vino la proposición de la esposa de Carlos quien, en un restaurante de la ciudad de Tapachula, le pidió que le vendiera al hijo de su marido con ella.
La historia, si bien es de carácter muy personal, tomó tinte público cuando la señora decidió denunciar penalmente al exdiputado, acusándole de varios delitos que, como quiera que sea, desacreditan a éste para contender por un cargo público y más, cuando Pano intenta engañar al electorado con una imagen familiar y personal que no corresponde a la realidad. A pesar que a los electores de la Costa no les incumbe la vida privada de los políticos, el escándalo con que se amanecieron hoy, ha desatado las más diversas reacciones, muchas de las cuales coinciden en señalar que si ha sido capaz de engañar a dos mujeres a las que juró amor eterno y ha sido capaz de traficar con su propio hijo, también sería capaz de traicionar a los ciudadanos. El escándalo, merma la confianza y credibilidad del precandidato priísta. Le ubica como un hombre sin principios, mentiroso y superficial. “Si traicionó a su hermano proporcionado a la Fiscalía pablista todos las pruebas incriminatorias, a los tapachultecos, los hará pedazos”, se oyó decir en los restaurantes y cafeterías de ésta ciudad durante todo el día.
El IEE bajo sospecha
Conforme pasan los días, los órganos electorales van cobrando terreno en el asunto de las desconfianzas. El poco trabajo para promover el voto y la desidia para atender las quejas contra los adelantados, sugieren que en materia de democracia electoral hay mucha tela de dónde cortar y poco piso por dónde correr. Por si fueran pocas las desconfianzas, surgió la sospecha en el sentido que existe un muy mal manejo de las finanzas de éstos, derivada de la pésima administración y los derroches que han alcanzado proporciones de escándalo.
Una fuente dentro del propio Instituto Estatal Electoral confió a éste columnista que solo por concepto de viáticos, las erogaciones han superado las expectativas monetarias de esa institución. Lo grave es que por lo general, nadie viaja al interior del estado a promover el voto y menos, mucho menos, para generar espacios de credibilidad entre los electores. Pero no solo en el manejo de las finanzas han surgido sospechas; la imparcialidad que debe regir el espíritu rector de esa institución ha empezado a ser seriamente cuestionada incluso por los partidos políticos, cuyos representantes creen que la jefatura del IEE, ha caído en la tentación de otorgar facilidades a algunos candidatos, especialmente aquellos que representan el proyecto transexenal de Pablo Salazar. Si ése órgano sucumbe a las presiones y exigencias de un exgobernador soberbio, prepotente y al mismo tiempo, cobarde, podría generar una crisis política y social, como ya se prevé en algunos distritos electorales donde los participantes o aspirantes a participar, empiezan a hacer cuestionamientos que preocupan de verdad. Por las razones que sean, el IEE está obligado a presentar un balance claro, primero, de sus finanzas y segundo, de sus acciones como garante de la democracia electoral. No puede ni debe haber una elección bajo sospecha. Y si de plano los encargados de llevar a cabo los procesos electorales no pueden o no quieren cumplir con sus obligaciones, no estaría mal que renuncien, pues no hay indispensabilidad de sus actos en una sociedad que ya ha superado las etapas de autoritarismo electoral. Al menos eso se percibe.
Tarjetero
*** Como perrito faldero, Blas Zamora no se despega de las oficinas de doña Arely Madrid. Su intención que es que el santísimo dedo de la señora le haga rico, más de lo que ya se ha hecho en los cargos públicos que ha ostentado y de donde ha salido bajo sospecha. Es decir, quiere que por el antidemocrático dedo, lo hagan de nuevo, candidato a una diputación local, sin pasar por una consulta a las bases. ¿No tiene vergüenza el famoso Chucky? Que primero rinda cuentas claras de su paso por la alcaldía de Tapachula y que explique los negocios que hizo con los alcaldes cuando estuvo al frente de la Comisión de hacienda del Congreso. *** Luego nos leemos.
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