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Uso y abuso de la ley

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto


“No más abusos con el uso de la ley; no más tráfico de influencias. No más derroche de fuerza injusta. Hoy, en Chiapas, se aplica la ley”. Es como para tomarles la palabra. Primero, porque la pieza de oratoria a la que hacemos alusión, es parte del discurso oficial mediante el cual se honró la memoria de Don Belisario Domínguez, en el 144 aniversario de su natalicio.
Segundo, porque la presencia en el evento del gobernador Juan Sabines, remarca lo ahí expresado y garantiza su cumplimiento y, tercero, porque el dicente es, por obligación de abolengo jurista, una autoridad para hablar de justicia y, como cercano al mandatario, el portavoz de calidad para enviar un mensaje claro que deben entender quienes aún persisten en la utilización de los recursos de ley para perseguir injustamente a cientos, miles de chiapanecos que fueron (y lamentablemente, siguen siéndolo) víctimas del odio irracional de Pablo Salazar, sus hermanos y cómplices diversos.
En ese sentido debemos interpretar el mensaje de Jaime Valls durante el desordenado pero concurrido acto en mención. Es muy pronto para olvidar que en el sexenio pasado, el mal uso y abuso de la ley fue la premisa del dictador Salazar. Se utilizó la ley para inventar delitos a los ciudadanos y conducirlos a las cárceles sin razón justificada. Se utilizó la ley para despojarlos de sus bienes y propiedades. El tráfico de influencias de los hermanos de Pablo Salazar, fue monstruoso y desgraciadamente, lo sigue siendo hasta hoy. De ahí la importancia del discurso de Valls, pero más, la urgencia de que éste se aplique sin demora para por fin, dar vuelta a la página negra en la historia de Chiapas.
Los destinatarios del discurso gubernamental son de sobra conocidos; allá ellos si no lo entienden y no echan pasos atrás en su terca intención de mantener intacto el odio y la ambición del ex gobernante. Y que no digan que están libres de pecado. Pruebas en su contra hay miles y perfectamente documentadas. Es ahora, responsabilidad moral del gobernador Juan Sabines Guerrero, hacer que se cumpla el espíritu del discurso de ayer. El Jefe del Ejecutivo ha venido dando muestras constantes de buena voluntad, de entendimiento y de aplicación correcta de la ley. La detención del chacal Flores Montiel (que por cierto fue protegido en el sexenio anterior, pese a las denuncias) es una buena muestra de su sana intención. Pero eso no es todo. Muchas injusticias se cometieron contra los chiapanecos en el sexenio pasado y deben ser justamente castigadas.

Resistencia al cambio

Voy a referirme a dos de los cientos de casos de abuso registrados en Chiapas durante la dictadura de Pablo Salazar. Primero, el de doña Amelia Rabasa, sobrina del insigne Emilio Rabasa Estebanel, a quien Antonio Córdoba Cordero y uno de los hermanos de Pablo Salazar, defraudaron aprovechando la muerte del esposo de la víctima señalada. Conforme al tráfico de influencias de los hermanos del exdictador, la metieron injustamente a la cárcel, acusada de delitos inexistentes con la insana intención de despojarla de sus bienes. Mediante el pago de una onerosa fianza, salió del Amate y hoy, de nuevo, la señora Rabasa ha tenido qué abandonar el estado ante la amenaza de una nueva orden de aprehensión, dictada por un juez, quien en contubernio con los hermanos de Pablo y el verdadero defraudador Córdoba Cordero, le volvieron a fincar responsabilidades por el mismo delito por el que ya está en proceso. Otra vez, tráfico de influencias y uso descarado de la ley para afectar a chiapanecos inocentes. Cabe mencionar que días antes que a la señora Rabasa le volvieran a demandar por el mismo delito por el que está bajo proceso, el juez Juan Carlos Calderón y Córdoba Cordero, se reunieron en un restaurante. No debo omitir el hecho que también fincaron responsabilidades penales a los abogados de la víctima.
El segundo caso es de la señora Rosinela Muñoz, a quien, por “rumores” (así lo estableció el ministerio público, según el expediente) se le acusó de ser amante del expresidente municipal de Tapachula Manuel Pano Becerra y se le despojó de todas sus propiedades, mismas que ella había adquirido muchos años antes que Pablo iniciara la persecución contra el exfuncionario. Nunca probaron que la señora Muñoz fuera amante de Pano Becerra. Por supuesto que no lo fue jamás, según hemos constatado con decenas de testigos tanto de Tapachula como de Tonalá y Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo, la señora estuvo más de un año presa y sus propiedades, siguen en manos de las autoridades quienes, contraviniendo y violando descaradamente la Ley de Bienes Asegurados, las han dado al servicio de personajes ligados a algunos funcionarios. Curiosamente, las dos señoras víctimas del pablismo, son viudas. ¿Acaso Pablo, sus hermanos y sus cómplices quisieron aprovechar la condición de ellas para despojarlas?
Aquí es donde, de nuevo, debemos esperar que el discurso de Jaime Valls, avalado con la presencia de Juan Sabines, se haga realidad. Deben, como bien dijo Jaime, “dar a cada quien lo que se merece”. Los cientos de víctimas como doña Amelia y doña Rosinela, merecen vivir con dignidad y no huyendo o viviendo bajo un proceso penal injusto. He revisado cuidadosamente cientos de expedientes de presos injustamente y, sin ser abogado, se nota a leguas que los delitos les fueron prefabricados. Son producto del abuso en el uso de la ley; producto del tráfico de influencias. Les tomamos la palabra: que verdaderamente acaben esos abusos; que no haya más tráfico de influencias contra éstas dos señoras y los cientos de chiapanecos encarcelados injustamente. Que no quede solamente en el discurso.

Tarjetero

*** Ricardo Soto, empleado del Instituto de Profesionalización, bajo el mando de mi estimadísima amiga Emilia González Arrazate, ha sido acusado de abusos en sus funciones, además de ser sindicado de acoso sexual. Sin embargo, el sujetillo en mención, persiste en su intención de llevarse a la cama a las empleadas, lo cual es reprobable. Ojalá doña Emilia, cuya conducta profesional es de defensa de los derechos de las mujeres, haga lo conducente y no proteja a ese pillo. Eso esperamos. *** Luego nos leemos.
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