Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Dos son los temas por los que la Iglesia Católica ha vuelto al activismo político de manera inusitada: El aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. En ambos, la estrategia de la curia ha sido estridente cuando no, equivocada, a pesar de las razones morales y éticas que le asisten.
Los dos asuntos son delicados pues tienen qué ver con la vida y la moral de la sociedad; si se legisla a favor del aborto discrecional, obviamente se atenta contra los principios y valores morales de una sociedad mayoritariamente cristiana, cuyas bases teológicas y filosóficas se encuentran en la creencia de un Dios Supremo que da y quita la vida a voluntad propia. Sucede lo mismo con los matrimonios homosexuales. La voluntad del mismo Dios es que las relaciones matrimoniales sean exclusivamente entre hombres y mujeres y de ninguna manera entre los del mismo género. Sin embargo, vivir en un país donde los valores y principios se han desbordado bajo la premisa de la democracia y las libertades individuales, conlleva el derecho de elegir cada quien su forma de vida y la obligación de las autoridades de satisfacer las exigencias de esa pluralidad.
Evidentemente el problema de fondo no es el liberalismo ni la promiscuidad desatada, sino la pérdida de valores que empieza desde el seno familiar y se extiende hacia la educación religiosa y la secular. No podemos perder de vista que en las actuales circunstancias, la única escuela de los niños y jóvenes es la calle y eso, por falta de programas educativos adecuados y la ausencia de la Iglesia en las necesidades de la familia. Aunque son casos aislados, no podemos dejar de mencionar que la pérdida de esos valores, a veces, se pierde en la misma curia de donde han salido casos espeluznantes de acoso sexual a los niños, factor que ha incidido para que muchos se vayan alejando de sus deberes cristianos. Y eso sucede en cualquier Iglesia Cristiana, sea ésta católica, evangélica o de cualquier otra denominación.
En lo personal, no estoy a favor del aborto, salvo en casos meramente circunstanciales y facultativos, en los que la mujer corra el riesgo de perder la vida; es hipócrita que algunos defiendan la vida a costa de otra vida. En lo referente a los matrimonios gay, cada persona que se decide por esa forma de vida, es responsable de sus actos y sin duda, lo será cuando llegue el momento de entregar cuentas a Dios. A nadie corresponde juzgar los actos de los demás. Lo que resta es que las instituciones morales, religiosas y de gobierno, devuelvan los pasos mal dados y retomen los principios rectores que les fueron dados para conducir a la sociedad, y traten de recomponer el tejido social que se les ha desmadejado por una u otra causa. Gritar a éstas alturas puede resultar hasta oprobioso si no se tiene la conciencia tranquila.
Armando Valencia
A Armando Valencia le conocí en una celda de El Amate; es un muchacho tranquilo y acomedido, a pesar de la fama de “broncudo” y “rebelde” que tenía. Acusado del delito de violación, purga una larga condena. Su expediente, como el de miles de presos injustamente, está plagado de inexactitudes y aberraciones jurídicas que empiezan desde su detención y, obviamente, el delito del que ha sido acusado. En realidad, su delito fue el amor por una muchacha, cuya familia, inconforme con el noviazgo de la muchacha con Valencia, lo acusó de secuestro y violación. La semana pasada me enteré que se había puesto en huelga de hambre en la prisión de Pichucalco a donde fue trasladado en venganza porque se negó a golpear a Humberto Avelar y a otro reo de nombre Iván. El pedido vino de un alto funcionario de El Amate, quien, con toda la saña del mundo, solicitó su traslado a una prisión hasta donde a su familia se le hace casi imposible visitarlo, dada la distancia y los gastos que ello genera.
Ante la negativa de las autoridades penitenciarias de trasladarlo a una cárcel más accesible para su familia, se ha puesto en huelga de hambre, lo que, según supe ayer mismo, lo tiene en condiciones precarias de salud, puesto que Valencia, a su temprana edad padece varias enfermedades, producto de las condiciones insalubres de la cárcel. Lo más grave es que éste muchacho volvió a caer en las drogas, consecuencia de la profunda depresión que le sobrevino tras el traslado. Ahí vemos la evidente hipocresía de las autoridades penitenciarias quienes dicen tener programas contra las drogas, pero con actitudes prepotentes y absurdas, obligan a los reos a caer en ese hoyo sin salida alguna. El argumento de las autoridades es que Valencia es “muy rebelde”. Negarse a golpear a otros presos incómodos para las autoridades penitenciarias, no es rebeldía. Es un acto de honor personal. Pero eso ha sido suficiente para que le castiguen de esa forma. Ojalá el gobernador Sabines gire las instrucciones a quienes considere necesario para acabar de tajo con los abusos en las cárceles, porque no es el único caso del que tengo noticias.
Tarjetero
*** Manuel de Jesús Castillejos, salió con cuentas pendientes de la alcaldía de Villaflores; un faltante de 2 millones 505 mil 293 pesos lo desacreditan para su nueva pretensión: volver a ser postulado para ese mismo cargo bajo las siglas del PRI. Según documentos oficiales, el fraude de Castillejos Constantino es por obras no ejecutadas, desvíos de recursos, deficiencias técnicas y otras lindezas que poco a poco revelaremos. *** La familia del rector de la UNACH no tarda en entrar en la lista de los más ricos de Chiapas. Ángel René Estrada ha metido a trabajar en puestos clave de la Universidad a primos, sobrinos, tíos, hermanos. Veamos algunos ejemplos: César Orozco Arévalo, en Administración; Ovidio Arévalo, Director General de Personal y Prestaciones Sociales. A Ernesto Estrada, le creó un cargo especial en la Secretaría Técnica, donde también se maneja mucho dinero. Nepotismo y corrupción. *** En http://ksheratto.blogspot.com, encontrará más testimoniales de presos, en la sección de reportajes. *** Luego nos leemos.
http://www.columnasur.org
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Dos son los temas por los que la Iglesia Católica ha vuelto al activismo político de manera inusitada: El aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. En ambos, la estrategia de la curia ha sido estridente cuando no, equivocada, a pesar de las razones morales y éticas que le asisten.Los dos asuntos son delicados pues tienen qué ver con la vida y la moral de la sociedad; si se legisla a favor del aborto discrecional, obviamente se atenta contra los principios y valores morales de una sociedad mayoritariamente cristiana, cuyas bases teológicas y filosóficas se encuentran en la creencia de un Dios Supremo que da y quita la vida a voluntad propia. Sucede lo mismo con los matrimonios homosexuales. La voluntad del mismo Dios es que las relaciones matrimoniales sean exclusivamente entre hombres y mujeres y de ninguna manera entre los del mismo género. Sin embargo, vivir en un país donde los valores y principios se han desbordado bajo la premisa de la democracia y las libertades individuales, conlleva el derecho de elegir cada quien su forma de vida y la obligación de las autoridades de satisfacer las exigencias de esa pluralidad.
Evidentemente el problema de fondo no es el liberalismo ni la promiscuidad desatada, sino la pérdida de valores que empieza desde el seno familiar y se extiende hacia la educación religiosa y la secular. No podemos perder de vista que en las actuales circunstancias, la única escuela de los niños y jóvenes es la calle y eso, por falta de programas educativos adecuados y la ausencia de la Iglesia en las necesidades de la familia. Aunque son casos aislados, no podemos dejar de mencionar que la pérdida de esos valores, a veces, se pierde en la misma curia de donde han salido casos espeluznantes de acoso sexual a los niños, factor que ha incidido para que muchos se vayan alejando de sus deberes cristianos. Y eso sucede en cualquier Iglesia Cristiana, sea ésta católica, evangélica o de cualquier otra denominación.
En lo personal, no estoy a favor del aborto, salvo en casos meramente circunstanciales y facultativos, en los que la mujer corra el riesgo de perder la vida; es hipócrita que algunos defiendan la vida a costa de otra vida. En lo referente a los matrimonios gay, cada persona que se decide por esa forma de vida, es responsable de sus actos y sin duda, lo será cuando llegue el momento de entregar cuentas a Dios. A nadie corresponde juzgar los actos de los demás. Lo que resta es que las instituciones morales, religiosas y de gobierno, devuelvan los pasos mal dados y retomen los principios rectores que les fueron dados para conducir a la sociedad, y traten de recomponer el tejido social que se les ha desmadejado por una u otra causa. Gritar a éstas alturas puede resultar hasta oprobioso si no se tiene la conciencia tranquila.
Armando Valencia
A Armando Valencia le conocí en una celda de El Amate; es un muchacho tranquilo y acomedido, a pesar de la fama de “broncudo” y “rebelde” que tenía. Acusado del delito de violación, purga una larga condena. Su expediente, como el de miles de presos injustamente, está plagado de inexactitudes y aberraciones jurídicas que empiezan desde su detención y, obviamente, el delito del que ha sido acusado. En realidad, su delito fue el amor por una muchacha, cuya familia, inconforme con el noviazgo de la muchacha con Valencia, lo acusó de secuestro y violación. La semana pasada me enteré que se había puesto en huelga de hambre en la prisión de Pichucalco a donde fue trasladado en venganza porque se negó a golpear a Humberto Avelar y a otro reo de nombre Iván. El pedido vino de un alto funcionario de El Amate, quien, con toda la saña del mundo, solicitó su traslado a una prisión hasta donde a su familia se le hace casi imposible visitarlo, dada la distancia y los gastos que ello genera.
Ante la negativa de las autoridades penitenciarias de trasladarlo a una cárcel más accesible para su familia, se ha puesto en huelga de hambre, lo que, según supe ayer mismo, lo tiene en condiciones precarias de salud, puesto que Valencia, a su temprana edad padece varias enfermedades, producto de las condiciones insalubres de la cárcel. Lo más grave es que éste muchacho volvió a caer en las drogas, consecuencia de la profunda depresión que le sobrevino tras el traslado. Ahí vemos la evidente hipocresía de las autoridades penitenciarias quienes dicen tener programas contra las drogas, pero con actitudes prepotentes y absurdas, obligan a los reos a caer en ese hoyo sin salida alguna. El argumento de las autoridades es que Valencia es “muy rebelde”. Negarse a golpear a otros presos incómodos para las autoridades penitenciarias, no es rebeldía. Es un acto de honor personal. Pero eso ha sido suficiente para que le castiguen de esa forma. Ojalá el gobernador Sabines gire las instrucciones a quienes considere necesario para acabar de tajo con los abusos en las cárceles, porque no es el único caso del que tengo noticias.
Tarjetero
*** Manuel de Jesús Castillejos, salió con cuentas pendientes de la alcaldía de Villaflores; un faltante de 2 millones 505 mil 293 pesos lo desacreditan para su nueva pretensión: volver a ser postulado para ese mismo cargo bajo las siglas del PRI. Según documentos oficiales, el fraude de Castillejos Constantino es por obras no ejecutadas, desvíos de recursos, deficiencias técnicas y otras lindezas que poco a poco revelaremos. *** La familia del rector de la UNACH no tarda en entrar en la lista de los más ricos de Chiapas. Ángel René Estrada ha metido a trabajar en puestos clave de la Universidad a primos, sobrinos, tíos, hermanos. Veamos algunos ejemplos: César Orozco Arévalo, en Administración; Ovidio Arévalo, Director General de Personal y Prestaciones Sociales. A Ernesto Estrada, le creó un cargo especial en la Secretaría Técnica, donde también se maneja mucho dinero. Nepotismo y corrupción. *** En http://ksheratto.blogspot.com, encontrará más testimoniales de presos, en la sección de reportajes. *** Luego nos leemos.
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